Son muchas las causas que pueden influir en que aparezca una mala digestión, o que simplemente a nuestro estómago le cueste más digerir determinadas comidas o alimentos. Por ejemplo, comer en exceso, no masticar correctamente y además hacerlo muy rápido pueden influir en este sentido, a lo que debemos sumarle a su vez el comer con nervios, estrés o ansiedad.
Debemos tener en cuenta que, en realidad, la digestión es un proceso lento el cual tiende incluso a alargarse más tiempo cuando comemos demasiada comida, o cuando consumimos determinados alimentos, los cuales son muy ricos en grasas o fibras.
A la hora de aliviar las digestiones pesadas, no hay duda que lo más importante es tratar de hacer mejor la digestión, para lo que existen determinados consejos que pueden ser de gran utilidad en este sentido.
¿Qué hacer para mejorar la digestión?
1. Come despacio
Cuántas veces no habrás comprobado por ti mismo/a que tras comer demasiado rápido tu digestión se resentía, y te sentías molesto del estómago, con pesadez y gases. El motivo es muy sencillo: al comer rápido no masticas bien, lo que genera distención acelerada en el aparato digestivo, traduciéndose en dolor y sensación de llenura excesiva (dispepsia).
Por tanto, es importantísimo comer siempre despacio, sin prisas, masticando bien los alimentos, lo que te ayudará de manera muy positiva a que la digestión sea mucho más completa.
2. Mastica bien los alimentos
Como te comentábamos anteriormente, masticar bien los alimentos es tanto o incluso más importante como comer despacio. Al masticar bien los alimentos trituramos los alimentos y los convertimos en un bolo alimenticio que es mucho más fácil de digerir por parte de nuestro sistema digestivo, de manera que evitamos con ello indigestión, dolor estomacal y gases.
Además, permitimos que las enzimas salivales se mezclen mejor con el alimento, lo que ayuda a que se produzca una predigestión, iniciándose el proceso químico que ocurre en el interior del organismo al separar las sustancias beneficiosas de las tóxicas.
3. No abuses de determinados alimentos
Como es el caso de la carne, los embutidos y los fiambres, ya que son muy ricos en grasas, siendo más adecuado sustituirlos por el pavo, el conejo y otras aves de caza.
Tampoco se aconseja abusar de otros alimentos que pueden resultar más difíciles de digerir, como las legumbres y los alimentos en definitiva muy ricos en grasas.
4. Cuidado con lo que comes
No solo es importantísimo comer despacio, masticar bien los alimentos y no abusar de determinados alimentos. También es de vital importancia tener cuidado con lo que comemos, ya que influirá evidentemente de manera directa en nuestra digestión.
Por ejemplo, los alimentos ricos en grasas y azúcares refinados suelen ser realmente perjudiciales para nuestro sistema digestivo y para nuestra salud en general. En el caso de los alimentos ricos en azúcares refinados, tienden a ser peores, puesto que ocasionan un aumento rápido de la glucosa en sangre. Y pueden influir de manera directa en la aparición de determinadas enfermedades del hígado, como por ejemplo es el caso del hígado graso.
5. Evita el alcohol
El alcohol es uno de los mayores enemigos tanto de nuestra salud como de nuestro sistema digestivo. Afecta de manera general a todos y cada uno de los órganos de nuestro cuerpo, e incluso aunque no sea consumido en exceso, no solo puede ocasionar problemas en el hígado (el alcohol se transforma en grasa, la cual se acumula en este órgano y puede derivar en esteatosis hepática), sino también gases y flatulencias y otros problemas digestivos.
¿Qué hacer cuando ya ha aparecido la indigestión?
Como su propio nombre indica, la indigestión aparece cuando a nuestro sistema digestivo le cuesta digerir los alimentos que hemos comido, ya sea porque hemos comido demasiado rápido, nos hemos sentido estresados o nerviosos al comer, o hemos comido muchos alimentos ricos en fibra o en grasas.
Pero cuando la indigestión ya ha aparecido, ¿qué podemos hacer para aliviarla? Te proponemos algunos consejos tan útiles como sencillos que te ayudarán:
- Infusión de manzanilla: la manzanilla es una planta digestiva, que además de ayudar a la digestión es relajante. La infusión puedes elaborarla hirviendo en un cazo el equivalente a una taza de agua y una cucharadita de manzanilla, preferiblemente después de las comidas.
- Infusión de menta: la menta es una planta digestiva, al igual que la manzanilla. Su infusión se puede tomar después de las comidas.
- Vinagre de manzana: aliviará la indigestión tomarte un vaso de agua con una cucharada de vinagre de manzana.
Lo cierto es que siguiendo estos consejos básicos conseguirás, en la mayoría de las ocasiones, disfrutar de una digestión más sana y saludable cada vez que comas.
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