La Organización Mundial de la Salud estima que, en el mundo, aproximadamente 50 millones de personas tienen epilepsia, un trastorno neurológico crónico que en realidad puede afectar a personas de cualquier edad, aunque ésta tiende a aparecer sobretodo a partir de los 5 años de edad.
Se trata de un trastorno cerebral causado por la existencia de un desequilibrio en la actividad eléctrica de las neuronas de alguna zona del cerebro. Se trata, por tanto, de uno o por varios trastornos neurológicos que dejan en el cerebro una predisposición a padecer convulsiones recurrentes, las cuales suelen dar lugar a consecuencias cognitivas, neurobiológicas y psicológicas.
Uno de sus síntomas comunes es la conocida como crisis epiléptica, que consisten en episodios de alteración de la actividad cerebral que producen cambios en la atención o en el comportamiento de la persona.
¿Por qué se produce la crisis epiléptica?
El funcionamiento eléctrico cerebral normal depende en cierto sentido de un equilibrio ciertamente delicado entre la actividad de las diferentes neuronas excitatorias y de las neuronas inhibitorias. De manera que, si existe algún proceso que modifique este balance, se puede generar una descarga neuronal anormal.
Lo cierto es que la mayoría de estas descargas permanecen localizadas, no produciéndose una expresión clínica. Pero si la descarga supera los conocidos como circuitos locales “de seguridad” (los cuales impiden de manera activa la propagación de las descargas), y se propaga a un número crítico de neuronas aparece la crisis clínica.
¿Cuánto dura la crisis de epilepsia?
Suele ser una de las preguntas más habituales que se realiza una persona cuando se encuentra frente a un familiar o amigo que sufre una crisis de epilepsia. Por lo general, una crisis epiléptica suele durar entre 3 a 4 minutos. A partir de los 5 minutos algunos especialistas médicos consideran conveniente llamar a una ambulancia.
Estos síntomas pueden llegar a detenerse después de unos pocos segundos o minutos, o bien continuar hasta por 15 minutos.
Eso sí, cuando la duración de la crisis epiléptica es mayor de 30 minutos nos encontramos ante una emergencia neurológica, siendo imprescindible acudir urgentemente al hospital.
Cómo actuar ante una crisis epiléptica
Es fundamental siempre mantener la calma. En la mayoría de los casos la crisis epiléptica solo dura unos pocos minutos, y en un gran número de casos éstos tienden a ceder de forma espontánea.
Se recomienda observar con suma atención las diferentes características de los movimientos convulsivos, cuánto duran y lo que la persona hace al iniciar su recuperación una vez ha superado la crisis epiléptica.
Puesto que puedes lesionar a la persona, no se aconseja tratar de detener la crisis ni impedir los movimientos convulsivos. Por el contrario, sí es recomendable acomodar a la persona con cuidado, colocándole algún objeto blando bajo su cabeza y situarlo de lado con cuidado, para que pueda respirar mejor.
También es imprescindible permanecer con la persona hasta que la crisis termine. Es habitual que luego de la crisis la persona esté confusa; háblale en tono amistoso y calmado.
Además de los consejos indicados anteriormente, ten también en cuenta las siguientes pautas básicas:
-
Afloja las ropas que puedan impedir a la persona respirar libremente.
-
Retira objetos y mobiliarios que podrían lastimar a la persona al convulsionar.
-
No intentes administrar respiración artificial. Excepto cuando el paciente no vuelva a respirar después de la crisis (circunstancia muy poco probable).
-
Es posible que tras acabar la crisis la persona se sienta confusa. Evita determinarlo, y háblale de forma calmada y amistosa, dirigiéndolo sin forzarlo lejos de objetos peligrosos.
-
No coloques nada en la boca de la persona.
¿Cuándo pedir una ambulancia?
Aunque en la gran mayoría de los casos las crisis epilépticas no suponen una urgencia médica, ya que éstas suelen durar uno o dos minutos y no suelen causar daños, existen algunas razones que pueden llevar a solicitar ayuda urgente. Son las siguientes:
-
Cuando la crisis dure más de 5 minutos.
-
Dificultad para respirar después de la crisis.
-
Recuperación lenta.
-
Segunda convulsión.
-
Embarazo.
-
Cualquier señal de enfermedad o lesión.
-
Existencia de otros diagnósticos médicos.
Comentar