El colesterol alto se convierte en una de las señales más evidentes de acumulación de grasa en las arterias, lo que mantenido en el tiempo puede causar un aumento de riesgos coronarios y provocar la aparición de diferentes enfermedades y accidentes cardiovasculares.
Lo cierto es que se entiende que existe colesterol alto (o hipercolesterolemia) cuando los niveles de colesterol total superan los 200 mg./dl, los niveles de colesterol LDL son superiores a 130 mg./dl, y el colesterol HDL es inferior a 35 mg./dl en hombres, y a 40 mg./dl en mujeres.
Teniendo en cuenta que en la mayoría de las ocasiones los síntomas del colesterol alto son prácticamente imperceptibles (es decir, no causa síntomas según se va acumulando en las arterias, hasta que su acumulación es tan excesiva que las tapona), siempre es útil prevenir que el colesterol suba. Para evitarlo, existen algunos consejos útiles. Pero antes de conocer esos consejos es de vital importancia descubrir por qué el colesterol elevado no es bueno para la salud (no debemos olvidarnos de que en realidad el colesterol NO es malo; de hecho, es fundamental para nuestro organismo).
¿Qué es el colesterol y por qué sube?
Tendemos la costumbre de confundir el colesterol en sí mismo con el colesterol elevado y sus evidentes -y conocidos- riesgos para la salud. Es más, debemos tener en cuenta que el colesterol es un lípido fundamental en nuestro organismo, dado que sirve para la formación de las membranas de las células de nuestros órganos.
Descubre: Colesterol LDL o colesterol malo
El colesterol actúa como un elemento fundamental e imprescindible para la síntesis de las hormonas suprarrenales y las hormonas sexuales. Además, es precursor de los ácidos biliares, las cuales facilitan la adecuada digestión de los alimentos grasos.
Cuando el colesterol se encuentra en sus niveles normales, y no existe ninguna patología o afección de base que pueda afectar en ello, la mayor parte del colesterol presente en nuestro organismo los absorbemos de los alimentos del que el hígado elabora por sí mismo.
Este colesterol es transportado por las lipoproteínas y pasa al torrente sanguíneo, para finalmente ser distribuido por nuestro cuerpo.
Sin embargo, cuando existe un exceso de colesterol en la sangre éste tiende a depositarse en la pared de las arterias, y es cuando precisamente se convierte en un riesgo para nuestra salud, ya que forma lo que médicamente se conoce como placas de ateroma.
Esto significa que, cuando el colesterol está elevado, las placas de ateroma van aumentando de tamaño, ocasionando una obstrucción progresiva en la pared de las arterias y contribuyen además a que posean una mayor rigidez.
En la mayoría de los casos, el colesterol aumenta fundamentalmente por nuestra alimentación, porque tendemos a seguir una alimentación poco saludable y rica en alimentos con elevado contenido en grasas y azúcares. Además, también influye nuestro estilo de vida, de manera que si mantenemos un estilo de vida sedentario y no practicamos ejercicio físico, no ayudamos a que nuestro organismo sea capaz de eliminar todo ese excedente de colesterol.
Cómo prevenir el colesterol elevado
Cuida tu alimentación
Una mala alimentación, rica en grasas y calorías y poco nutritiva y variada es una de las causas principales por las que los niveles de colesterol suben hasta valores peligrosos para nuestra salud.
Se deben evitar, por tanto, los alimentos o productos ricos en calorías vacías, que no aportan ningún tipo de nutriente esencial y sí muchísimas grasas y calorías. ¿Un ejemplo? La bollería y los dulces, las galletas, los refrescos azucarados, las gominolas o los aperitivos fritos.
Conoce más: Colesterol HDL o colesterol bueno
Por tanto, los mejores alimentos para nuestra dieta diaria son las frutas y verduras frescas, el pescado, carnes magras, cereales integrales y legumbres. Los frutos secos también son tremendamente positivos, ya que ayudan a reducir el colesterol a la vez que aumentan el colesterol bueno.
Evita el tabaco y al alcohol
A medio plazo el consumo habitual de tabaco eleva no solo los niveles de colesterol, sino también los de tensión arterial, predisponiendo a que la persona pueda sufrir una enfermedad coronaria, un infarto de miocardio o un accidente cerebro vascular.
En el caso del alcohol, además de ser un enemigo para la salud de nuestro hígado y para nuestra salud en general (puedes saber más sobre los efectos del alcohol), también son bebidas ricas en calorías vacías.
Fuera el sedentarismo: haz ejercicio
El sedentarismo se ha convertido en la última década en una de las mayores preocupaciones para la mayoría de médicos, nutricionistas y expertos en salud, porque causan un aumento de peso y además favorece que la persona tenga unos niveles altos de grasas en la sangre.
Se debe practicar ejercicio con regularidad, que además ayuda a reducir el colesterol en caso de que lo tengamos alto. Al menos 30 minutos cada día, aunque lo ideal es que dure entre 30 a 60 minutos.
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