El calcio es un mineral fundamental para nuestro cuerpo. Se convierte, de hecho, en el mineral más abundante que encontramos en el cuerpo humano, aunque los que lo contienen en mayor cantidad son tanto los huesos como los dientes. No obstante, ¿sabías que también contienen calcio la sangre, las neuronas, los tejidos corporales y también otros líquidos presentes en nuestro organismo?.
Entre otras importantísimas funciones, es fundamental para el desarrollo de unos huesos y dientes fuertes, para la adecuada coagulación de la sangre, para la relajación y contracción de los músculos, para el envío y la recepción de las distintas señales nerviosas, para la secreción de determinados químicos y hormonas, así como para un normal ritmo cardíaco.
Encontramos calcio sobre todo en productos lácteos (como la leche, el yogur, el queso y el suero de leche), que se convierten en la mejor fuente. Pero también existen otras fuentes de calcio, como las hortalizas de hojas verdes (brócoli, col rizada, berza común, repollo chino y nabos), determinados pescados (salmón y sardinas enlatadas), las legumbres secas y frutos secos (semillas de girasol y nueces de Brasil).
¿Qué es la hipocalcemia? ¿En qué consiste?
Podríamos definir a la hipocalcemia como una enfermedad en la que los niveles de calcio en la sangre se encuentran disminuidos, por debajo de sus valores normales. Es decir, nos encontramos ante un desequilibrio electrolítico, consistente en la presencia de niveles bajos de calcio en la sangre.
Se consideran normales valores de calcio en adultos entre 4,5 a 5,5 mEq/L, o bien de 8,5 a 10,2 mg/dL.
En caso de valores disminuidos de calcio en la sangre es posible que el médico evalúe la posibilidad de analizar los valores de albúmina, de manera que si ésta es también baja es importantísimo que el nivel de calcio deba ser corregido (el cual será mayor si la albúmina es baja).
Qué síntomas produce
Dado que el calcio se encuentra directamente relacionado con la función de nervios y músculos, uno de los síntomas más comunes de la hipocalcemia es la aparición de una irritabilidad neuromuscular, causando fasciculaciones o espasmos. De ahí que habitualmente produzca síntomas a nivel óseo, nervioso y muscular principalmente.
Pero los síntomas dependen de la velocidad en la que se produce la disminución de los niveles de calcio en la sangre. Así, por ejemplo, cuando la hipocalcemia hace tiempo que existe es posible que no se presenten síntomas, solo existiendo signos leves como escozor o entumecimiento en los dedos (lo mismo ocurre cuando los valores de calcio son levemente bajos).
Son comunes los dolores musculares, así como tener la sensación de hormigueo en las manos, los pies y la boca.
Además, también es habitual signos como dificultad para respirar y palpitaciones acompañados de contracciones irregulares, pudiendo producirse incluso desorientación, delirios y alucinaciones, sobre todo cuando los valores de calcio en sangre son muy bajos.
¿Cuáles son sus causas?
Son muchísimas las causas que pueden influir de forma directa e indirecta en la disminución de los niveles de calcio en la sangre. Las más comunes son la existencia de determinados déficit nutricionales, como la vitamina D o el magnesio. O por hábitos malsanos como consumir bebidas alcohólicas.
Puede ser debido a otras causas más serias y graves, como por ejemplo la existencia de una insuficiencia renal crónica, determinados tipos de trastornos sanguíneos o leucemia, y el síndrome de lisis tumoral (cuando el tratamiento de quimioterapia rompe rápidamente las células tumorales).
También puede ser producida por otras causas, como el consumo de determinados medicamentos (diuréticos, estrógenos, glucosa, insulina, laxantes) o por tratamientos como bifosfonatos.
¿Cómo se trata?
El tratamiento médico depende tanto de la causa que ocasione la hipocalcemia como del grado. Por ejemplo, depende de si se trata de una hipocalcemia aguda que aparece rápidamente, si es crónica o si se acompaña de niveles bajos de magnesio en sangre:
- Hipocalcemia aguda: consiste en la administración de calcio por vía intravenosa.
- Hipocalcemia crónica: administración por vía oral de suplementos de calcio y de vitamina D.
- Hipomagnesemia: consiste en la presencia de niveles bajos de magnesio en sangre. Se trata administrando magnesio por vía intravenosa.
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