Según datos estadísticos más de un millón de personas sufren infarto en Estados Unidos de América, sobre una población de 318 millones de personas. La mitad de ese millón muere y dentro de este grupo su desencadenamiento fatal se debe por no tener una atención en forma inmediata o por no saber o no tener un antecedente previo de sufrir esta enfermedad.
Pero no nos vayamos tan lejos. En nuestro país, por ejemplo, las enfermedades cardiovasculares tienden a causar un 31% de las muertes, de las cuelas la mitad (en torno a un 16%) es causada por el infarto de miocardio.
Pero vale aclarar ahora cuáles son las causas concretas que producen un infarto en el órgano llamado corazón. Los infartos ocurren cuando un coágulo en la arteria bloquea el suministro de sangre y oxígeno produciendo arritmias. Esto causa una disminución grave en el bombeo del corazón produciendo el infarto.
¿Cómo prevenir estos ataques? Aunque en ocasiones no pueden prevenirse, sí es importantísimo seguir un estilo de vida lo más sano y saludable posible. En este sentido, se puede prevenir controlando la presión arterial, disminuyendo el colesterol, haciendo ejercicio, evitando el tabaco, reducir el nivel de azúcar en la sangre, comer sano y perder peso.
Los síntomas del infarto más comunes a tener en cuenta
Los síntomas a los cuales debemos estar atento y que pueden ser señales de un futuro infarto son:
- Molestias en el pecho como presión y dolor: aunque es considerado como uno de los síntomas más típicos la realidad es que no todos los infartos tienden a estar precedidos de dolor en el pecho. Este dolor suele durar en torno a 15 minutos; es decir, suele ser prolongado y se percibe sobre todo como una sensación de presión intensa en el pecho que se extiende por los brazos y los hombros (especialmente en el lado izquierdo) y también en la espalda. Suele no ser continuado, pero sí prolongado.
- Falta de aire y dificultades para respirar: es conocido médicamente como disnea, y consiste básicamente en la dificultad para respirar, sobre todo entre las mujeres. Es posible que esta dificultad comience incluso antes de que se produzca el infarto..
- Náuseas, vómitos y mareos: suele ser común que estos síntomas no se asocien a un infarto, pero lo cierto es que sí tienden a estar relacionados.
- Excesiva sudoración: cuando estamos a las puertas de sufrir un infarto la sudoración excesiva es uno de los síntomas típicos, ya que nuestro corazón hace un mayor esfuerzo al tener que bombear la sangre a través de arterias obstruidas.
Los síntomas de un infarto pueden variar si se trata de hombres o mujeres.
Entre las mujeres hay algunos casos que no se presentan síntomas previos aunque sufran la enfermedad. Estos casos se llaman enfermedad coronaria asintomática. Algunas otras mujeres sí presentan síntomas y en estos casos pueden ser, por ejemplo, en caso de enfermedad coronaria: angina (dolor o malestar en el pecho), dolor en el cuello, mandíbula o la parte superior del abdomen.
En caso de presentar síntomas de arritmia la señal más común es sentir palpitaciones en el pecho. En caso de insuficiencia cardiaca los síntomas más comunes son sensación de falta de aliento, hinchazón en los pies, tobillos, las piernas y el abdomen.
Mientras que en caso de presentar un ataque cardiaco las señales más comunes son dolor en el pecho, espalda, indigestión, acidez estomacal, etcétera.
Otro factor de riesgo de producir infarto cardiaco es la apnea del sueño. ¿Pero qué es la apnea? Cuando dormimos llevamos una respiración irregular, lo que provoca que el consumo de oxígeno baje durante periodos breves. Esta causa puede implicar y triplicar el riesgo de sufrir un accidente cerebro vascular (ACV).
Estudios recientes han descubierto que la toma de estatina reduce el riesgo de esta enfermedad cardiaca, un fármaco usado frecuentemente para bajar el colesterol. La estatina es segura para la mayoría de las personas, salvo el caso de embarazadas y personas que sufren enfermedades del hígado.
Otros estudios recientes indican que las personas que viven en los pisos más altos de los rascacielos tienen menos probabilidades de sobrevivir a un ataque cardiaco que aquellos que viven en otro tipo de propiedades.
Aquellos que viven de un tercer piso en adelante ven reducidas las posibilidades de sobrevivir y quien vive en un piso superior al 16 tienen chances remotas. El motivo es simple: tardan más tiempo en llegar a planta baja.
Según los datos de un estudio de una revista especializada de Canadá, sus resultados fueron que más de 6,000 personas aquellas que vivían en el primer o segundo piso solo pudieron sobrevivir el 4.2. Solo un 2.5 por ciento de las personas que vivían por encima del tercer piso lograron sobrevivir a un ataque. Y por encima del decimosexto piso solo un 1 por ciento sobrevivieron al paro.
¿Cómo se podrían mejorar estos números? Logrando sin duda un acceso más rápido a los rascacielos y teniendo una gran cantidad de desfibriladores externos automáticos.
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