El sueño de la maternidad vive en el imaginario de la mayoría de las mujeres en determinada etapa de sus vidas. ¿Pero qué pasa cuando tu cuerpo se convierte en un agente que te impide cumplir con tu anhelo?
La infertilidad femenina es una realidad que afecta a millones de féminas alrededor del mundo y que las llena de frustraciones e inseguridades. Sin embargo, hay alternativas naturales que puedes ayudar y mucho.
Y aunque el cuidado del proceso fértil es un proceso complicado, se puede mejorar con ciertas prácticas. De hecho, se trata de hábitos comunes y sencillos de cumplir que brindan mejores resultados que la reproducción asistida.
Los primeros pasos…
Es fundamental tener claro el momento en el que se quiere concebir e ir preparando al organismo para todo este proceso. Recuerda que ningún organismo es igual al otro y que se trata de un proceso que puede llevar mucho tiempo.
Hay puntos clave que debes cuidar de manera estricta, entre ellos la alimentación, los ejercicios, mantenerte alejada de vicios como el alcohol y el tabaquismo, así como evitar las actividades que te produzcan estrés.
Vale recordar que la fertilidad es un ciclo que tiene grandes diferencias entre hombres y mujeres. Por ejemplo, en las mujeres es un proceso que se puede debilitar en una etapa temprana mientras que en los hombres se puede prolongar durante años.
Estudios científicos sugieren que la diferencia del lapso fértil de ambos sexos es de 10 años, por lo que no extraña ver a hombres mayores de 45 años concebir sin problemas mientras que las mujeres mayores de 35 años tienen muchos problemas.
Algunos consejos útiles que te serán de gran ayuda
Ten presente que tu organismo trabaja contrarreloj así que no le des tantas largas a la decisión de ser madre. Luego de los 35 años se debilitan las posibilidades de concebir, además de que aumentan los riesgos de aborto y de que el feto sufra trastornos relacionados a problemas en sus cromosomas.
Llevar una alimentación sana se hace un hábito necesario para gozar de buena salud en general. Sin embargo, en el caso de la fertilidad se convierte en una necesidad que no se debe pasar por alto. Evita sobre todo las harinas procesadas, se sabe que afectan el proceso de ovulación.
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La cafeína es una sustancia que debes evitar a toda costa porque te hace eliminar el calcio de tu organismo e inhibe el proceso de fertilidad por excelencia. Consumir más de tres tazas diarias de cafeína hará que el proceso de implantación del embrión nunca ocurra.
No fumar y no beber alcohol en exceso también se recomienda para tener un buen estado de salud pero en el caso de la fertilidad, son sustancias sumamente tóxicas que te harán muchísimo daño. Se sabe que aumentan el riesgo de aborto hasta en 80 %.
Evita consumir medicamentos sin prescripción. Hay mujeres que lo hacen para así mejorar sus ciclos menstruales, y por ende el proceso de ovulación. Pero con esto puedes obtener el resultado contrario. Mantente siempre en comunicación con tu médico.
Lo que te conviene…
Hay un refrán que reza que “eres lo que comes”, y si tu objetivo es mejorar la fertilidad, debes tener en cuenta que en la naturaleza encontrarás alimentos que te ayudarán en tu propósito.
Las semillas de calabaza aportan hierro a tu organismo. Se sabe que una mujer necesita cerca de 20, 7 miligramos al día, por lo que una porción de este comestible te ayudará a cumplir esa cuota.
Se recomienda que se consuman en las meriendas, tostadas y sin sal. Para variarlas, las puedes agregar a sopas, algunas ensaladas e incluso a los panes que prepares en la comodidad de tu casa.
La vitamina C será una de tus principales aliadas en el proceso de fertilidad que buscas mejorar. Se sabe que ayuda a que aumente la progesterona en tu cuerpo, además que regula el proceso de menstruación y ayuda a reforzar la mucosa uterina.
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Solo necesitas 75 gramos al día y lo puedes encontrar en vegetales verdes como la espinaca, la acelga, además de frutas que sean cítricas, como la naranja, el limón, las fresas, entre otras.
Las proteínas de origen animal también ayudan a la fertilidad. Una porción diaria de pollo, carne o cerdo ayudan a mejorar este proceso natural, sobre todo si la acompañas con verduras y vegetales.
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