“No tomes esto” o “no tomes aquello” son algunas de las advertencias que millones de mujeres embarazadas escuchan durante el proceso de gestación. Los cuidados que deben tener para cuidar del bebé deben ser muy minuciosos.
Sin embargo, no todos los medicamentos están contraindicados para las futuras madres, y de hecho existen algunos fármacos que, bajo supervisión médica, se pueden consumir sin comprometer la salud de la embarazada y su pequeño.
Es vital importante comprender que, pese a que sí se pueden consumir algunos medicamentos, no se puede recurrir a la automedicación. Hay que recordar que cada cuerpo es diferente y que todos tienen necesidades específicas.
Algún descuido con los componentes del fármaco o con la dosis que decidas tomar pueden poner en severo riesgo la vida del ser que está por nacer y también la de quien lo lleva en su vientre.
Es vital que la madre le haga a su médico todas las preguntas pertinentes. Asimismo, exigirle que le recomiende todas las opciones que puede tomar en caso que sufra de alguna dolencia de “bajo calibre”.
Lo que sí se puede tomar
En el caso de tener algún dolor, los analgésicos con la alternativa más específica. Se recomienda, con discreción, el uso de paracetamol en caso de sufrir dolores o inflación con determinadas causas.
Los AINES son recetados únicamente durante el primer trimestre del embarazo. Y aunque no sea del todo dañino, es mejor que siempre optes por el paracetamol porque actúa de manera local.
Si el problema es una congestión nasal, puedes utilizar cualquier descongestionante nasal porque, como el paracetamol, actúan de manera local sin afectar o comprometer algún otro órgano del cuerpo.
Ahora bien, prolongar su uso por más de cuatro días puedes ser contraproducente y te puede provocar un mal peor, como una rinitis de tipo medicamentosa. Aún peor, podrías tener algún efecto rebote.
Es decir, que la mucosa de la nariz se adecúa tanto al medicamento, que en momentos permitirá que un resfriado regrese de forma más potente, y el virus se fortalecerá y se hará más fuerte.
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Si hay accesos de tos, las pastillas se recomiendan por encima de los jarabes. Si estamos frente a una tos que irrite la garganta, entonces también se convierte en una medicación más ideal.
Las pastillas para la tos, además de calmar el mal en sí, también estarían aportando un efecto suavizante del área, lo cual, en consecuencia, se transporta en mejor flujo de la saliva y alivio para la zona afectada.
Los antiácidos que estén hechos a base de aluminio o magnesio son ideales para problemas estomacales asociados a la acidez. Eso sí, se recomienda que se empleen aquellos que vienen en presentación de pastilla o masticables.
Qué medicamentos no son aconsejables en el embarazo
Y como toda indicación tiene una contraindicación, repasa con cuidado los medicamentos que no debes consumir durante el embarazo…
Evita los antiflamatorios como el ibuprofeno, el naproxeno (uno de los más populares es el antalgin) o la aspirina. Se sabe que todos estos medicamentos pueden afectar considerablemente el flujo sanguíneo del feto y evita que produzca prostaglandinas, responsables de la formación de sus vasos sanguíneos.
Los parches de nicotina son altamente tóxicos para la salud de tu bebé. Si tienes el hábito de fumar, procura no hacerlo y mucho menos emplear esta alternativa. Aunque es menos nociva que los cigarrillos, es igualmente mortal.
Los antihipertensivos se transforman en altos inhibidores de enzimas como la angiotensina. Tomarlos durante la gestación hará que tu bebé sufra defectos considerables, sobre todo a nivel del sistema renal.
Los controladores del azúcar en la sangre son letales para el feto. Si este era tu tratamiento para la diabetes antes de quedar embarazada, la insulina deberá ser tu nuevo paso a seguir para controlar la enfermedad. El sistema nervioso de tu bebé podría sufrir daños irreparables.
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Los medicamentos que se utilizan para regular el colesterol en la sangre son mortales para el bebé que se está gestando en el vientre. Estos medicamentos se transforman en defectos en la tráquea, en el esófago, el corazón o el ano del feto.
La cortisona se asocia a un defecto muy común en los fetos, que es el paladar hendido.
El consumo de anticonceptivos por vía oral está asociado al Síndrome de Down, a malformaciones en el área genital del feto y también en sus vías urinarias. Cuando la mujer está embarazada, aumentan el riesgo de que sufran cáncer vaginal.
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