Fumar es malo para la salud de forma general. Pero hacerlo durante la etapa de embarazo, supone aumentar los riegos para la embarazada y el bebé. Y es que durante los nueve meses de embarazo, hay ciertos hábitos que se deben evitar. Junto a suprimir el alcohol, fumar puede ser malo para la madre y para el futuro bebé, por lo que es mejor dejar este hábito en cuanto una mujer sabe que está embarazada.
Desde el departamento de Obstetricia y Ginecología del Hospital Providence en Michigan aseguran que fumar es probablemente la primera causa de bebés que nacen con problemas. Por ejemplo, todo ello se asocia a bebés que han nacido de forma prematura, bebés con bajo peso y bebés que mueren antes de nacer.
Estos son los efectos -y riesgos- de fumar durante el embarazo
Bajo peso y tamaño
Uno de los principales riesgos de fumar durante el embarazo es el bajo peso y tamaño del bebé cuando nace. Fumar un paquete al día durante el embarazo, representa 200 gramos menos de peso en el bebé. Esto puede tener consecuencias para el bebé durante toda su vida.
Mayores posibilidades de aborto
Aunque hay muchas causas que provocan el aborto, y en algunos casos, no está claro del todo, determinados estudios comentan que una embarazada fumadora tiene 10 veces más posibilidades de sufrir un aborto durante el primer trimestre del embarazo que otra que no tiene este hábito.
Parto prematuro
Otra incidencia que suele ocurrir cuando se fuma estando embarazada es la posibilidad de sufrir un parto prematuro. El riesgo de adelanto del parto puede llegar a multiplicarse por 4-6 en fumadoras frente a las mujeres que no fuman en el embarazo. Ello provoca una serie de consecuencias graves.
Más riego de tener malformaciones
Fumar en el embarazo también aumenta la probabilidad de desarrollar malformaciones y diversas enfermedades en los futuros niños. Hay que destacar que las sustancias carcinogenéticas pasan a la sangre fetal y no se depuran ni eliminan con la rapidez adecuada.
Problemas en la sangre
El humo del tabaco es causante del daño celular y de la inflamación que puede darse en los tejidos de los fumadores pasivos. Esto hace que la sangre sea más propensa a coagularse.
Otros problemas
Según la American Cancer Society, otras investigaciones sugieren que los niños cuyas madres fumaron durante el embarazo tienen más riesgo de contraer problemas de conducta, ser más propensos a tener presión arterial alta, asma, tener problemas de sobrepeso… en este punto podemos nombrar el aumento o aparición de la hipertensión gestacional del embarazo, que cuando aparece puede ser más grave en la mujer embarazada fumadora.
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Cómo dejar de fumar estés o no embarazada
Sabemos que dejar de fumar es un problema nunca fácil de solventar y más cuando la madre fumadora tiene un hábito muy arraigado. Muchas madres aprovechan el embarazo para dejar de fumar definitivamente siendo el mejor momento para ello.
De hecho, algunas mujeres ya dejan de fumar antes de querer concebir, puesto que el tabaco también está relacionado con la fertilidad, bajando las posibilidades de quedarse embarazada.
Lo mejor es hablar con el especialista para saber por dónde empezar a la hora de dejar de fumar. Si bien esta etapa puede aumentar los nervios, también es favorable al relax, por lo que a algunas mujeres no les cuesta dejar el hábito justo durante el embarazo. Otras mujeres lo intentan dejar durante los primeros meses (si bien es de señalar que son los más importantes porque es cuando se está formando el bebé).
Un estudio de la revista Obstetrics and Gynecology ratificó que las madres embarazadas que dejan de fumar en el primer trimestre pueden elevar sus posibilidades de dar a luz a un bebé sano a término, de la misma manera que si son madres no fumadoras.
Ante todo se necesitan ganas y fuerza de creerse que uno quiere dejar de fumar, tranquilizarse y analizar las posibles causas del daño que se puede hacer al bebé si se fuma. Luego hay terapias de meditación, relajación, hipnosis y seguir las pautas de los especialistas en este tipo de terapias.
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