De todos es conocido que el colesterol, en sus valores normales, se convierte en una grasa fundamental para nuestro organismo, al ser precursor de la vitamina D, de las hormonas sexuales, de las sales biliares, de las hormonas corticoesteroidales y de las balsas de lípidos.
Además, es un componente sumamente importante de las membranas plasmáticas de los animales.
Sin embargo, es cierto que niveles de colesterol alto sí resulta perjudicial para nuestra salud, especialmente cuando los niveles de colesterol HDL (o colesterol bueno) son bajos y los niveles de colesterol LDL (o colesterol malo) son altos, dado que es el tipo de colesterol que se acumula en las arterias y aumenta el riesgo de trastorno o enfermedad cardiovascular.
Pero estudios recientes han puesto de manifiesto la existencia de un nuevo tipo de colesterol: el llamado oxicolesterol.
¿Qué es el oxicolesterol?
Explicado sencillamente, podemos indicar que el oxicolesterol es la oxidación en el organismo causado por la reacción entre las grasas y el oxígeno.
¿El oxicolesterol es peligroso?
Teniendo en cuenta que se trata del resultado de la reacción entre las grasas y el oxígeno, no hay duda que el oxicolesterol es incluso más peligroso que el colestero LDL.
¿Por qué? Fundamentalmente porque aumenta el riesgo de sufrir problemas cardíacos en mayor proporción que el denominado como el colesterol malo.
¿En qué alimentos encontramos oxicolesterol?
Encontramos este colesterol en alimentos fritos y procesados, especialmente en la comida rápida (también conocida con el nombre de fast food).
Por tanto, se vuelven a confirmar los riesgos de comer comida rápida, dado que si bien se sabía que era nociva para nuestra salud, ahora se conoce que supone incluso un riesgo mayor para nuestro organismo.
El oxicolesterol no solo aparece en los alimentos fritos, sino que también aparece en alimentos grasos recalentados, especialmente en aceites oxidados como las grasas trans o con aceites vegetales que han sido parcialmente hidrogenados.
Imágenes | Stacey Huggins
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