Es cierto que el crecimiento que en los últimos años ha ido registrando la sanidad privada ha sido simplemente espectacular. De ahí que, a día de hoy, cada vez sea mayor el número de personas que optan por un seguro médico como forma de complementar los diferentes servicios cubiertos que ofrece la sanidad pública.
Un seguro médico (o seguro de salud) consiste en un contrato que una determinada persona (conocida en este caso como paciente o cliente) establece con una compañía de seguros de salud, consistente en pagar un determinado precio mensual por un plan o póliza de salud, a cambio que la citada aseguradora se encargue de todo o parte de sus gastos médicos.
Es decir, se trata de un contrato mantenido entre la persona y la compañía de seguros de salud, a través del cual se compra un plan médico y de salud, y la compañía debe cubrir los gastos médicos (ya sea de manera completa, o en un porcentaje determinado).
Por lo que podemos decir que un seguro médico es un contrato donde lo que quedaría asegurado es tu salud, de manera que la empresa sanitaria privada es la aseguradora y tú el cliente que decide las características, prestaciones (lo que te ofrece y cubre el servicio) y los límites de lo asegurado.
En la actualidad es posible optar por diferentes tipos de seguros de salud, que varían en función de las necesidades que puedas tener y del precio mensual, bimestral, trimestral, semestral o anual que puedas permitirte. Así, por ejemplo, un seguro médico sencillo que cubra consultas a especialistas médicos y pruebas diagnósticas puede rondar los 25 euros mensuales, pero todo depende a su vez de la edad que tengas al momento de contratar el seguro.
Entre otras opciones, un seguro médico o de salud pueden resultar útiles por las siguientes circunstancias:
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No tienes que esperar por tediosas listas de espera, muy habituales en la sanidad pública.
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Puedes pedir hora con el especialista médico que desees, siendo en muchos casos muchísimo más rápido que con el especialista de la sanidad pública.
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Tienes acceso casi inmediato a pruebas diagnósticas, entre ellas rutinarias como es el caso de los análisis de sangre y de orina.
Lo cierto es que un seguro médico privado, al menos en nuestro país (España), puede resultar especialmente útil si lo complementamos con nuestro sistema de salud público, dado que nos brinda la posibilidad de acceder sin esperas a un completo cuadro médico de especialistas y a pruebas diagnósticas, en la mayoría de los casos de forma rápida.
Imagen | Seattle Municipal Archives
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