La pasada semana nos despertábamos con una noticia que sorprendió y entristeció a muchos de nuestros lectores: el célebre y popular actor Robin Williams fallecía el día 11 de agosto en su domicilio del Condado de Marin (California) a los 63 años de edad. Ya en aquellos momentos se indicó que podría tratarse de un suicidio, y entre los motivos que las autoridades planteaban como posibilidades, se sospechaba la depresión que el actor padecía desde hacía tiempo.
No obstante, pocos días después su viuda, Susan Schneider, indicaba que el actor había sido diagnostico con la enfermedad de Parkinson, pero aún no estaba listo para desvelarlo. De hecho, como la propia viuda indicó en una entrevista, «el fue un valiente y luchó sus batallas contra la depresión, la ansiedad, así como contra las primeras fases de la enfermedad de Parkinson».
¿Qué es la Enfermedad de Parkinson?
Es conocida también con los nombres de parálisis agitante o Parkinsonismo idiopático. Consiste en un trastorno neurodegenerativo crónico, que con el tiempo, conduce a la persona que la padece a una incapacidad progresiva, a consecuencia de la destrucción –por causas que aún no se conocen- de las neuronas pigmentadas de la sustancia negra (porción heterogénea del mesencéfalo, importante del sistema de ganglios basales).
También desencadena alteraciones en la función cognitiva, en la función autónoma y en la expresión de las emociones, por ello es clasificada a su vez como un trastorno del movimiento.
¿Cuáles son sus causas?
Antes de conocer cuáles son las causas del Parkinson, debemos tener en cuenta que las neuronas de nuestro cerebro son las encargadas de controlar el movimiento, de manera que para que éste se produzca, las neuronas transmiten el mensaje unas a otras por medio de neurotransmisores (y también al resto del cuerpo).
Sin embargo, cuando aparece la enfermedad de Parkinson, estos mensajes se ven interrumpidos, y no se transformen de manera uniforme a los músculos.
La causa es la falta de dopamina, uno de los neurotransmisores que participan en el control de los movimientos. Esto se traduce en que si no hay suficiente, las neuronas no funcionan de forma correcta, no pudiendo transmitir los mensajes del cerebro.
Por otro lado, también se producen otras anomalías en los neurotransmisores, y no solo la dopamina es el principal y único neurotransmisor afectado. Esto explicaría por qué las personas afectadas con esta enfermedad presentan síntomas no motores.
No obstante, no está del todo claro el motivo por el que se reduce el número de células productoras de dopamina. Los investigadores creen que en realidad son muchos los factores responsables, incluyendo el envejecimiento, factores genéticos y ambientales, y los virus.
Síntomas del Parkinson
Son varios los síntomas que aparecen ante la enfermedad del Parkinson, aunque debemos tener en cuenta que estos síntomas son comunes en ancianos y pueden ser causados por otras afecciones.
Son los siguientes:
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Temblor en reposo, consistente en una especia de agitación, el cual disminuye durante el sueño o cuando la persona realiza alguna actividad.
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Rigidez de los músculos (hipertonía muscular).
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Lentitud en los movimientos voluntarios e involuntarios, sobretodo dificultad para comenzar y terminarlos (bradicinesia).
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Pérdida de reflejos posturales, y alteración de la postura así como inestabilidad postural.
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Producción excesiva de saliva (sialorrea).
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Apatía, depresión y ansiedad.
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Alteraciones cognitivas.
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Trastornos del sueño.
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Alteraciones sensoriales.
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Dolor por calambres, frío, ardor o sensación de entumecimiento en las piernas.
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Dolor de cintura (lumbar) o dolor de cabeza (cefalea).
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Disminución o pérdida del sentido del olfato (Anosmia).
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Trastornos de la función autonómica.
¿Cómo es el diagnóstico de la enfermedad de Parkinson?
Dado que muchos de los síntomas que aparecen en la enfermedad de Parkinson son comunes en ancianos y pueden ser causados por otras afecciones, en los primeros estadios de la enfermedad el diagnóstico –que es generalmente clínico- puede ser muy difícil.
Es importante la realización de un exhaustivo interrogatorio para averiguar otras causas posibles que diferencien la enfermedad de Parkinson con otros síndromes o afecciones.
Algunas empresas de diagnósticos genéticos ofrecen test para la secuenciación de diferentes genes altamente relacionados con la enfermedad (SPARK1, SPARK2 y SPARK4), pero la detección de mutaciones en estos genes no determina que la persona vaya efectivamente a desarrollar la enfermedad en un futuro. Por otro lado, no existe ninguna prueba de laboratorio o estudio radiológico que permita el diagnóstico de la enfermedad.
No obstante, existe una prueba terapéutica consistente en la aplicación de terapia farmacológica con Levodopa durante al menos 30 días. Si el paciente responde radicalmente a su tratamiento se considera como prueba positiva, y negativa si no existe respuesta en absoluto.
¿Cuál es el tratamiento del Parkinson?
El tratamiento del Parkinson consiste en mejorar, mantener o prolongar la funcionalidad del paciente durante el mayor tiempo posible. Actualmente existen tres tipos de tratamientos:
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Tratamiento farmacológico: levodopa principalmente y varios agonistas de dopamina, así como la amantadina, benzatropina y la selegilina.
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Tratamiento quirúrgico: estimulación transcraneal por corriente alterna o TACS, y el trasplante nervioso.
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Tratamiento rehabilitador: basado en ejercicios de manos. Además, es importante que un logopeda trabaje con el paciente.
Para finalizar con este artículo, te dejamos con un video-tributo a Robin Williams, que la semana pasada publicábamos en nuestro canal de YouTube:
Imágenes | Kai Schreiber / makelessnoisemakelessnoise
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