La flora intestinal consiste en un conjunto de bacterias que viven en nuestro intestino y que forman parte de la microbiota normal del mismo. En su gran mayoría todas estas bacterias son muy beneficiosas para nuestro organismo y para nuestra propia salud, de forma que de las 2.000 especies bacterianas diferentes que se cree que existen en nuestro organismo solo 100 podrían ser perjudiciales.
Entre las funciones de la flora intestinal más importantes no hay duda que nos encontramos ante un elemento de defensa fundamental de nuestro sistema inmunitario, puesto que entre otros aspectos se encarga de la especialización del tejido linfoide que encontramos en la mucosa de los intestinos. Esto significa que estas bacterias se encargan de mostrar a los linfocitos T qué cepas son útiles y cuáles no, reconociendo qué antígenos son los invasores.
Por ello es muy importante cuidar nuestra flora intestinal y mantenerla siempre en buen estado: porque sin estar sana nuestro sistema inmunológico no podría funcionar de forma correcta y adecuada, y por tanto, no podríamos en definitiva disfrutar de una buena salud. En este sentido, es muy fácil saber si nuestra flora intestinal se encuentra o no en buen estado.
Una opción sencilla es fijarnos en cuáles son los síntomas de la flora intestinal dañada, como pueden ser problemas digestivos e intestinales constantes, cambios en el hábito al momento de ir al baño, cambios en as heces, cólicos y dolores intestinales y aumento de las infecciones.
A la hora de cuidar nuestra flora intestinal de forma efectiva y natural lo mejor es optar por yogur, un alimento probiótico que contiene microorganismos vivos sumamente beneficiosos no solo para la flora sino para nuestra salud en general. Y, además, no debemos olvidarnos que se trata de un producto lácteo más digestivo, sobre todo si lo comparamos con la digestibilidad de la leche.
Los beneficios del yogur para la flora intestinal
El yogur es un producto lácteo que se obtiene a partir de la fermentación o la acidificación bacteriana de la leche. Esta fermentación se produce por la presencia de microorganismos específicos, como por ejemplo lactobacillus bulgaricus, streptococcus y thermophilus.
La presencia de estas bacterias ácido-lácticas conforman todo un amplio conjunto de microorganismos benignos, que fabrican ácido láctico como el producto final del proceso de fermentación.
No te pierdas Los beneficios de comer un yogur al día.
El yogur es tan bueno para la flora intestinal porque las bacterias presentes en este alimento se complementan a la perfección con las presentes en la propia flora intestinal, lo que significa que contribuyen de forma activa al buen funcionamiento de nuestro sistema digestivo, regenerando la flora intestinal.
Debemos tener presente que esta flora puede verse afectada por una amplia variedad de causas, siendo las más comunes el seguimiento de una alimentación poco adecuada y nada saludable, infecciones y el consumo de determinados medicamentos (como por ejemplo es el caso de los antibióticos).
Cuánto yogur tomar al día para regenerar y cuidar nuestra flora intestinal
Debemos tener en cuenta que el yogur es un alimento saludable que en la mayoría de las ocasiones no tiende a presentar contraindicaciones. Como cualquier producto lácteo, al ser de origen animal puede caer mal o pesado en personas con el estómago delicado o con intolerancia a la lactosa.
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En estos casos una posible solución es sustituir el yogur elaborado a partir de leche de vaca por el elaborado con leche de cabra, aunque es más probable que la mejor solución sea optar por yogur tradicional de verdad, y no el que –por desgracia- nos encontramos hoy día a mansalva en las estanterías de refrigerados del supermercado. Es más, ¿sabías que los componentes vivos presentes en el yogur tradicional (entre los que podemos mencionar lacto-bacilus y electrococus) ayudan a las personas con intolerancia a la lactosa a asimilar mejor la sustancia?.
A la hora de disfrutar de los beneficios del yogur para cuidar la flora bacteriana basta con comer un yogur al día. Y no, no vale cualquier yogur, debemos evitar los yogures con sabores y optar preferiblemente por yogur natural y tradicional sin azúcar añadido. ¿Por qué? Principalmente porque luego podremos o bien comerlo solo o añadirle fruta, frutos secos o miel, aumentando a su vez sus cualidades nutricionales.
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