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Cuáles son los síntomas de una flora intestinal dañada o alterada

Cuando tenemos una flora intestinal alterada, disminuida o dañada suelen surgir algunos síntomas claros que nos ayudan a identificar este problema común. Descubre cuáles son.

Conocemos como flora intestinal a todo el conjunto de bacterias que viven en nuestro intestino y que forman parte de la microbiota normal, dado que en su gran mayoría estas bacterias lejos de ser dañinas para nuestra salud nos aportan muchísimos beneficios. Se cree que en nuestro organismo existen alrededor de 2.000 especies bacterianas distintas, de las que en realidad únicamente 100 sí pueden llegar a ser perjudiciales.

Entre las importantes funciones que realiza y lleva a cabo la flora intestinal, nos encontramos con que es muy importante para el buen funcionamiento de nuestro sistema inmunitario; más concretamente se encarga de la especialización del tejido linfoide asociado a la mucosa de los intestinos. Esto se traduce en algo muy sencillo: las bacterias presentes en la flora intestinal se encargan de mostrarle a los linfocitos T qué cepas son útiles para el organismo y cuáles no, lo que aporta ventajas añadidas dado que brinda la posibilidad de que nuestro sistema inmune sea capaz de reconocer a los antígenos invasores.

¿Cómo saber si la flora intestinal está dañada?

Pero sus funciones no quedan aquí, ya que determinados tipos de flora intestinal poseen enzimas útiles para la digestión de los hidratos de carbono, especialmente carbohidratos como el almidón, los oligosacáridos y algunos azúcares que sin embargo nuestro organismo no absorbe durante el metabolismo.

¿Por qué es tan importante cuidar nuestra flora intestinal?

Si tenemos en cuenta las funciones principales que lleva a cabo la flora intestinal, no hay duda que su cuidado es fundamental a la hora de poder disfrutar de una buena salud, y que nuestro sistema inmunológico pueda funcionar de forma adecuada y correcta.

Y es que solo debemos fijarnos en esas funciones para percatarnos de por qué es tan importante cuidarla: por ejemplo, aumenta la resistencia a las infecciones (protegiéndonos frente a posibles infecciones víricas o bacterianas), impiden el crecimiento de bacterias culpables de trastornos en el tránsito intestinal, ayudan en la digestión de los alimentos, y permiten una mejor absorción de los nutrientes.

Existen diferentes hábitos fáciles de seguir y útiles a la hora de cuidar nuestra flora intestinal: comer yogur, probióticos y prebióticos son una opción sencilla puesto que son ricos en microorganismos y bacterias vivas beneficiosos para nuestra flora, por ello también son recomendados a la hora de fortalecer nuestro sistema inmunológico. También es importantísimo seguir una dieta rica en alimentos con alto contenido en fibra, como por ejemplo frutas, verduras, hortalizas, cereales integrales, legumbres y frutos secos.

¿Cómo saber si nuestra flora intestinal se encuentra dañada?

Existen algunos síntomas que tienden a surgir cuando nuestra flora intestinal está dañada. Podríamos decir que son signos o señales que nos ayudarán a descubrir si nuestra flora se encuentra mal o debilitada y ponernos por tanto manos a la obra para poder regenerarla.

Gases, flatulencias y flora intestinal

Los síntomas a tener en cuenta y que pueden indicar la posible existencia de una flora intestinal dañada, alterada o disminuida son los siguientes:

  • Problemas digestivos e intestinales: cuando nuestra flora intestinal se encuentra alterada surgen problemas y síntomas digestivos comunes, como por ejemplo es el caso de la hinchazón abdominal, gases y flatulencias.
  • Cambios en el hábito a la hora de ir al baño: es común que surja estreñimiento, lo que se traduce en que nos costará más ir al baño hasta que la flora no se regenere. No obstante, también se pueden alternar periodos de estreñimiento con diarrea frecuente.
  • Cambios en las heces: al igual que se producen cambios en nuestro hábito a la hora de ir al baño, también pueden aparecer cambios en las heces. Por ejemplo, es común que las heces se vuelvan con un olor muy desagradable.
  • Cólicos intestinales: suelen surgir más habitualmente molestias y cólicos en los intestinos, que causan dolor en la zona abdominal.
  • Aumento de las infecciones: al disponer de una flora intestinal dañada o alterada tienden a aumentar las infecciones, ya que nuestras defensas se encuentran debilitadas.

¿Qué hacer para recuperar la flora intestinal?

A la hora de regenerar y recuperar nuestra flora intestinal es esencial seguir una alimentación variada y equilibrada. En este sentido, es posible aumentar el consumo de determinados alimentos útiles para su regeneración. Son los siguientes:

  • Yogur: rico en microorganismos beneficiosos es fundamental para cuidar la flora intestinal. Además, aporta otros nutrientes como minerales, vitaminas y proteínas de buena calidad.
  • Probióticos y prebióticos: son productos ricos en bacterias vivas y en ácido láctico, útiles para fortalecer el sistema inmunológico. Destacan sobre todo los prebióticos, que ayudan a la estimulación del crecimiento de las bacterias beneficiosas presentes en el colon.
  • Alimentos ricos en fibra: como es el caso de frutas y hortalizas en general, especialmente la manzana, pera, fresas, kiwi e higos.
  • Raíz de jengibre: es una opción natural maravillosa a la hora de mantener saludable nuestra flora intestinal, convirtiéndose además en un remedio excelente para cuidar nuestros sistema digestivo.
  • Kéfir: destaca por ser un alimento probiótico útil para regenerar la flora intestinal, de manera que su consumo es ideal cuando existe algún desequilibrio en nuestra flora intestinal.

yogur-flora

Como vemos, es importantísimo fijarnos en los síntomas que pueden señalar la  posible existencia de una flora intestinal reducida o en mal estado para ocuparnos de su regeneración y protegerla. No hay duda que nuestra salud y nuestras defensas lo agradecerán.

Este artículo se publica solo con fines informativos. No puede ni debe sustituir la consulta a un Médico. Le aconsejamos consultar a su Médico de confianza.

C.Pérez

Escribo sobre ciencia, salud y nutrición desde hace 11 años. ¡Ah! Y también papá a tiempo completo con 4 años de experiencia.

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Escribo sobre ciencia, salud y nutrición desde hace 11 años. ¡Ah! Y también papá a tiempo completo con 4 años de experiencia.

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