Las podemos encontrar con muchísima facilidad en las estanterías de todos los supermercados, y habitualmente son conocidas con el nombre de bebidas rehidratantes, aunque lo más común es que sean denominadas como bebidas isotónicas.
Se las conoce igualmente como bebidas deportivas por sus diferentes cualidades para evitar la deshidratación causada por la sudoración derivada de cualquier práctica deportiva, de ahí que se asocien habitualmente con el deporte y con la práctica del ejercicio físico. Pero sus usos no acaban ahí.
Básicamente podemos decir que las bebidas isotónicas son bebidas que presentan la capacidad de rehidratar nuestro organismo, a la vez que aumentan nuestro rendimiento.
Para conseguirlo, en su composición encontramos agua, determinados hidratos de carbono complejos (como por ejemplo la maltodextrina o los polímeros de glucosa), hidratos de carbono simples (como la dextrosa, la sacarosa, la fructosa o la sacarosa) y determinadas sales minerales (en especial potasio, fósforo, sodio y cloro).
Es decir, son bebidas especialmente pensadas para evitar la deshidratación, para rehidratar a nuestro organismo en determinadas situaciones. Por ello no están solo aconsejadas durante la práctica deportiva, sino también cuando sufrimos de diarreas o vómitos, al suponer la pérdida de agua y electrolitos tan importantes y fundamentales para el buen funcionamiento de nuestro organismo.
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Entonces, ¿qué son las bebidas isotónicas?
Tal y como te hemos comentado, las bebidas isotónicas son bebidas rehidratantes que habitualmente se utilizan durante la práctica deportiva. Por este motivo son igualmente también conocidas con el nombre de bebidas deportivas.
Explicado de otra forma, destacan por ser líquidos o preparados que, entre otras importantísimas funciones, ayudan positivamente a la hora de favorecer la hidratación del organismo, así como la reposición de los electrolitos perdidos sobre todo durante la práctica deportiva.
¿Y por qué son conocidas con el nombre de bebidas isotónicas? Fundamentalmente porque contienen una cantidad de azúcares y minerales disueltos en el agua bastante parecida a la que encontramos en la sangre, de manera que en nuestro intestino se absorben rápidamente, pasando a la sangre y mejorando por tanto la hidratación.
¿Por qué se conocen como bebidas deportivas?
Como te indicábamos, también son conocidas con esta denominación porque, en un primer momento, fueron efectivamente diseñadas para ello: para la práctica deportiva, ayudando a la hora de reemplazar tanto el agua como los minerales que comúnmente se pierden a través tanto del sudor como de la respiración.
Por ello, son muy útiles y adecuadas en caso de llevar a cabo actividades deportivas prolongadas o de pequeña duración pero intensas, más aún si la actividad se practica en climas calurosos o húmedos.
Eso sí, no deben ser confundidas con las bebidas energizantes o estimulantes, dado que aunque sean confundidas en ocasiones, no son lo mismo.
¿Cuándo es recomendable consumirlas?
Aunque lo más habitual es consumir bebidas isotónicas cada vez que practicamos algún deporte o cuando simplemente hacemos ejercicio físico, la realidad es que en verdad no son del todo imprescindibles ante determinados ejercicios, especialmente cuando la práctica no dura más de una hora y su intensidad es baja o ligeramente moderada.
Siempre y cuando el ambiente no sea caluroso y la sudoración sea excesiva, momento en el que su consumo sí sería más que aconsejable.
Esto significa que el consumo de bebidas isotónicas es recomendable cuando la actividad física es intensa, sudamos en exceso y se alarga en el tiempo. ¿Por qué? Muy sencillo: cuando practicamos alguna actividad física de manera intensa la temperatura del cuerpo sube de forma considerable, lo que nos lleva a sudar en exceso.
Esto a su vez causa que nuestro cuerpo pierda agua sales a través de los poros de nuestra piel, por lo que una opción útil para recuperar las sustancias que hemos perdido es optar por una bebida isotónica.
A la hora de practicar deporte, es interesante beber uno o dos vasos de agua antes de comenzar con la actividad, mientras que en el trascurso de la misma o después de haber acabado con la práctica deportiva es útil beber bebidas isotónicas incluso aunque no tengamos sed. Esto nos ayudará, como te hemos comentado, a reponer los nutrientes y líquidos que nuestro cuerpo ha perdido, y a mantener el ritmo en caso de que sigamos con la actividad.
Imágenes | ISTOCKPHOTO/THINKSTOCK
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