¿Eres amante y fiel consumidor de carne roja? ¿Tiendes a consumirla todos los días y, además, sufres de hipertensión? Entonces deberías replantear tu dieta diaria para evitar males mayores en tu salud.
Muchas cosas se dicen alrededor de la carne roja y sus efectos negativos en la salud del ser humano, sobre todo en su influencia. Dicen, algunos expertos, que consumir carne roja teniendo hipertensión es malo. La carne roja, desde el punto de vista nutricional, es la que proviene de los mamíferos. Como por ejemplo, la carne de ternera, la del cerdo, de cordero, entre otras más.
Diversos estudios han relacionado el consumo de carne roja con la hipertensión, ya que está contiene altos niveles de grasa saturada. Estas son las que contienen moléculas de triglicéridos, que al mismo tiempo tienen ácidos grasos. Es uno de los tres tipos de grasas. También están la insaturadas y las grasas trans.
Es bien sabido, lo han dicho estudios y una diversidad de reconocidos médicos especialistas, que las grasas saturadas pueden aumentar el riesgo de sufrir enfermedades del corazón, tales como la hipertensión arterial.
Hay que recordar que la hipertensión, conocida comúnmente como tensión alta, es una patología que consiste en el aumento de la presión arterial, lo que significa que hay mucha sangre haciendo presión en la pared de las arterias.
La hipertensión es una enfermedad cardiovascular y que afecta a una gran cantidad de personas en el mundo. Nada más en el territorio español, 14 millones de personas viven con esta afección. De ese número, 9.5 millones no están controlados y unos 4 millones aún no tienen diagnostico.
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Retomando el tema de la carne roja y su afectación en las personas con hipertensión, hay que tomar en cuenta que cuando consumimos demasiada carne de res y, además, tenemos una dieta poco saludable, con altos valores de grasas saturadas y también de colesterol, el riesgo de sufrir de hipertensión es mayor. Esto, sin embargo, dependerá de la cantidad que vayamos a ingerir.
No se aconseja el consumo de carne roja si tienes hipertensión.
En el año2014 se llevó a cabo en Suecia un estudio científico en el que participaron alrededor de 37.000 hombres, determinó que aquellos hombres que consumían más de 75 gramos de carne roja por día tenían un riesgo 1,3 veces mayor de padecer o sufrir insuficiencia cardíaca, en comparación con los consumían menos de 25 gramos al día.
En contra parte, otro estudio hecho por la Universidad de Purdue, ubicada en West Lafayette, Estados Unidos, concluyó que consumir unos 85 gramos de carne roja, tres veces por semana, no era un factor de riesgo en cuanto a enfermedades cardiovasculares se refiere.
En el caso de las mujeres, un trabajo publicado en el Journal of Hypertension y llevado a cabo por médicos del Hospital Brigham and Women’s (Boston, Estados Unidos), determinó que la ingestión de carne roja aumentaba el riesgo de sufrir hipertensión y por lo tanto su consumo debía ser dosificado cuando la persona en cuestión ya comience a presentar los síntomas de esta enfermedad.
Una hipertensión no tratada puede desencadenar en una a apoplejía, ataque cardiaco, insuficiencia cardiaca o insuficiencia renal.
En el mismo documento, los especialistas, en sus recomendaciones, les sugirieron a las personas con hipertensión dar un vuelco de 180 grados a su dieta. Aconsejaron el consumo de frutas, verduras y fibra.
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También recordaron que el consumo de carne roja no debe ser eliminado en su totalidad ya que una dieta saludable necesita de las grasas saturas, pero que la cantidad debe ser limitada.
Para sustituir la carne roja podemos optar por consumir pescados, que tiene menos grasas saturadas que la carne. Además, son ricos en Omega 3, que son ácidos grasos que son beneficiosos a la hora de reducir el colesterol.
¿Qué alimentos evitar si tenemos hipertensión, además de la carne roja?
Otros alimentos y bebidas que debes evitar si sufres hipertensión son: la sal, los refrescos dietéticos, el alcohol, los dulces, tocineta, margarina, encurtidos, alimentos fritos y los productos lácteos.
De hecho, es sumamente aconsejable limitar y reducir el uso de sal en la cocina, así como evitar añadir una mayor cantidad de sal en los alimentos que vayamos a comer. En este sentido, es muy útil tratar de acostumbrarnos al sabor natural de los alimentos, sobre todo, acostumbrar a nuestro paladar a disfrutar de platos saludables sin tener que añadir sal a las comidas.
Entonces, ¿se puede comer carne roja?
En conclusión, la carne roja es la mayor fuente de proteínas y grasas en la mayoría de las dietas, pero debemos consumirla de manera moderada y acompañarla con un consumo de comidas saludables. Eso sí, siempre que no tengamos ningún problema de salud.
En caso de sufrir hipertensión, lo más adecuado es sustituir la carne roja por carne blanca (como el pollo o el conejo), y el pescado, convirtiéndose éstas en las mejores alternativas.
El motivo es más que evidente: aunque la carne roja sea fuentes de proteínas de buena calidad y en especial hierro, contiene una elevada cantidad de grasa saturada, lo que contribuye a aumentar aún más si cabe nuestra tensión arterial, a lo que se le une que afecta a la formación de coágulos de sangre como consecuencia de la formación de plaquetas en nuestras arterias.
Por tanto, la recomendación es más que evidente: teniendo hipertensión no es ni mucho menos adecuado comer carne roja.
Además, es importante acudir al médico para revisar la presión arterial y que este le suministre una dieta acorde a sus características físicas y necesidades.
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