Fiesta, alegría y diversión. Son características de la Navidad, pero también la tristeza por las añoranzas, la pérdida de un ser querido, una separación, o porque, simplemente, estos días nos ponen más melancólicos de lo normal.
Es importante superar y hacer frente a tales situaciones porque, de lo contrario, esto puede derivar en una depresión pre y post navideña. Apunta nuestros consejos para frenar los pensamientos negativos durante las fiestas.
Consejos útiles para superar la tristeza navideña
Hacer sentir especiales a los demás
Es el momento de hacer más especiales a las personas que nos rodean. Pero no solamente haciendo regalos, sino estando a su lado, yendo al cine, aportando aquello que realmente necesita y haciendo felices a los demás.
Esto es una especie de bien recíproco que muchos psicólogos aconsejan poner en práctica para aumentar la autoestima y sentirnos útiles. Entre las miles de acciones que se pueden hacer durante estos días, destaca ayudar a los demás, es decir, a los más desfavorecidos, acompañando a los necesitados en sus quehaceres, formando parte de bancos de alimentos o haciendo acciones de voluntariado.
Rodearse de los seres queridos
De nuestra pareja, nuestros hijos, la familia o los amigos más queridos. Con estos podemos organizar cenas, fiestas y otras acciones, como salidas. Es importante no estar solo en los momentos más duros, aunque hay que saber vivir con la tristeza en un periodo corto de tiempo.
Excursiones, viajes… romper la norma
Aunque hay muchas personas que se van de vacaciones durante la época navideña, la tradición marca pasar con la familia la nochebuena o hacer una fiesta en fin de año. Si pensar en estas situaciones puede aumentar la tristeza, entonces es hora de hacer cosas diferentes. No es huir de la realidad, es pasarlo mejor.
Romper con las normas también es válido y uno puede hacer viajes, alojarse en una casa rural, hacer excursiones a parques naturales, hacer deporte… En definitiva, realizar lo que a uno le apetezca sin estar sometido a las acciones navideñas.
Descubre: Cómo evitar el estrés en Navidad
Visitar al profesional antes de Navidad
Si ya hace años que lo pasamos y no sabemos cómo afrontar la tristeza en Navidad, puede ser el momento de acudir al profesional que nos ayuda a encauzar las fiestas mucho mejor. Esto debe hacerse antes para poner en activo aquellas prácticas que el profesional aconseja.
Buenos pensamientos
La añoranza y el pensar que antes todo era mejor pueden derivar en una espiral de sensaciones y pensamientos negativos que, a veces, es difícil de controlar. Aprender a reconducir la negatividad es la única manera de ser más optimistas.
Para enfocarnos en cosas positivas, pensaremos en lo bueno que tenemos, en lo que nos hace felices, en distracciones, en cantar, bailar o buscar inspiraciones para hacer más llevaderos los momentos en los que prevemos que nos podemos caer.
Recordando a los que no están
Una gran parte de las personas suele pasarlo mal en Navidad al recordar aquellas personas que ya no están. Sentir algo de tristeza es algo normal, pero para superarlo podemos dedicar un momento del día a aquella persona.
Buscar una foto o un recuerdo y alegrarse de los momentos felices que se han pasado a su lado. Fuera de este instante del día debemos enfocarnos a las cenas, comidas y a otras cosas porque ya hemos destinado un tiempo al recuerdo, aunque esta persona esté siempre presente en nuestra mente.
Marcarse una lista de buenos propósitos
Es una acción bastante manida cuando empezamos un nuevo año. Pero trazar una lista de aquello que queremos conseguir nos ayuda a cumplir con una serie de objetivos en la vida. Esto nos lleva a movernos, a desear cosas y propósitos y a centrarnos en todo aquello que nos hace olvidar lo que nos pone más triste.
Podemos empezar esta lista, por qué no, en el momento en el que empieza la Navidad y no esperar a principios de año, y ponerla en práctica de inmediato.
No a los conflictos familiares
Además de estrés, algunas reuniones familiares pueden llegar a ponernos tristes. Es mejor evitar toda clase de desencuentros. Para ello, son factibles los juegos, las conversaciones amenas o hacer comentarios de los programas de televisión. Son distracciones que acaban con la monotonía y las discusiones familiares.
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