Queremos recordaros a los afortunados que os toméis vuestras merecidas vacaciones durante las próximas semanas, lo oportuno que son estos días para regalarle a nuestro cuerpo una dieta saludable y equilibrada.
Con todo el tiempo del día a vuestra disposición, sería un auténtico delito que acudierais a restaurantes de comida rápida, pues sus menús están fritos con aceites de mala calidad y los alimentos contienen gran cantidad de grasas saturadas.
En este sentido, una manera óptima de disfrutar de unas vacaciones saludables, y además mimar y cuidar nuestra salud desde el interior, es siguiendo una dieta equilibrada y sana, basada en el consumo de frutas y verduras frescas. De hecho, es un tiempo ideal para disfrutar de excelentes ensaladas refrescantes.
También los zumos y bebidas naturales pueden ser útiles para refrescarnos en estos días, como puede ser el caso de infusiones o tés fríos, que además de mitigar el calor que podamos sentir, nos aportan propiedades depurativas que ayudan a nuestro organismo a eliminar aquellas toxinas que no necesita.
Cómo disfrutar de unas vacaciones saludables
Si te hospedas en un hotel, evita los desayunos repletos de calorías, por muy tentadores que sean, procura escoger fruta o cereales si no quieres volver con unos kilos de más.
Cuando vayas de restaurantes recuerda que no necesitas comer toda la porción que te sirvan, sino sólo hasta que te sientas satisfecho. La opción de compartir raciones muy grandes también es ideal para completar tu ruta del día sin sentirte muy pesado.
Si pasas tus vacaciones en un apartamento, estás de suerte, pues ya estés en Berlín, Estambul o Nueva York; los supermercados siempre tendrán lo que necesitas para que prepares tus ensaladas y sandwiches ligeros que podrás llevar en la mochila. Preparando tus comidás desde tu alojamiento siempre comerás mucho más barato y de mejor calidad.
No olvides comer dos piezas de fruta a diario y beber al menos 2 litros de agua para evitar deshidrataciones, bajadas de azúcar y estreñimiento. Principales molestias de las vacaciones, consecuencia siempre de una mala alimentación.
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