Tanto la cirrosis biliar primaria como la denominada como cirrosis biliar secundaria se caracterizan por ser una enfermedad hepática autoinmune que suele aparecer en personas de mediana edad. De hecho, se trata de una enfermedad hepática más, aunque entra dentro de las conocidas como autoinmunes. Está íntimamente relacionada con la colangitis esclerosis, ya que está unida a una disminución de la producción de bilis.
Cabe destacar que este es un componente muy importante de nuestro organismo que se encarga de transportar todos los nutrientes necesarios para un correcto funcionamiento del organismo. Afecta sobre todo a una de cada tres mil personas y a día de hoy las causas exactas por las que pueden aparecer cirrosis biliar siguen siendo desconocidas.
Sin embargo se ha llegado a la conclusión que puede deber a una serie de factores tanto genéticos como ambientales que propician que los linfocitos ataquen a los conductos biliares provocando su progresiva destrucción.
De esta forma, el paciente irá almacenando todo tipo de sustancias tóxicas y bacterias que a la larga pueden provocar multitud de insuficiencias hepáticas. También se ha especulado con que la cirrosis biliar pueda producirse por una serie de agentes víricos, que ya se pueden tratar con todo tipo de antibióticos y fármacos que han arrojado resultados altamente positivos.
¿Qué es la cirrosis biliar primaria?
La cirrosis biliar primaria, también conocida médicamente como CBP, consiste en una enfermedad inflamatoria crónica del hígado, que se caracteriza principalmente por tener una evolución más bien lenta.
Se denomina de esta forma porque la lesión empieza no por la obstrucción de los conductos extrahepáticos por la presencia de cálculos en la vesícula, sino porque comienza en los conductos biliares intrahepáticos.
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Precisamente, según la lesión va avanzando el hígado tiende a sufrir un constante proceso de cicatrización fibrosa. No obstante, en la mayoría de los casos las personas con cirrosis biliar primaria presentan únicamente una ligera fibrosis, y no una cirrosis en sí misma.
Se trata, como indicábamos al comienzo, de una enfermedad autoinmune, lo que significa que el sistema inmunitario del organismo tiende a atacar a las diferentes células que revisten el interior de los pequeños conductillos biliares, causando una inflamación alrededor de los mismos.
¿Cuáles son los síntomas de la cirrosis biliar primaria?
Una vez que hemos conocido en profundidad cómo se comporta la cirrosis biliar y algunas de las causas por las que puede aparecer, vamos ahora a detallar cuáles pueden ser sus síntomas:
- Sensación de fatiga. Esta enfermedad provocará que antes o después aparezca un gran malestar acompañado de una sensación de fatiga después de ingerir cualquier comida. Esta situación se puede traducir después en cuadros de vómitos y náuseas.
- Bilirrubina elevada. La cirrosis biliar hará que la bilirrubina se dispare, creando un claro caso de ictericia o amarillamiento de los ojos, piel y palidez en las heces.
- Picazón por multitud de zonas de la piel. Ante estos casos lo mejor es ir un dermatólogo para que ponga un tratamiento especializado.
- Sequedad en la boca y ojos. También denominado como síndrome Sjögren, un problema que se caracteriza por la falta de segregación de saliva.
- Dolor abdominal. También es posible que alrededor del 20% de los pacientes sufran también de un fuerte dolor en la parte superior del abdomen.
- Aparición de enfermedades autoinmunes. Como por ejemplo el hipotiroidismo, una afección que es muy frecuente en aquellos pacientes que sufren un estado avanzado de esta cirrosis.
- En los casos más graves, también es posible que aparezca un claro caso de osteoporosis múltiple, una enfermedad que se caracteriza por la pérdida de densidad en los huesos.
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¿Qué tratamiento hay para la cirrosis biliar?
El tratamiento que existe para la cirrosis biliar primaria suele ser de un fuerte carácter farmacológico para que así la hinchazón de los conductos biliares vaya remitiendo poco a poco. De esta forma, se consigue que la destrucción de las células hepáticas se detenga.
Aunque para ello, habrá que acudir a nuestro médico para que haga un análisis previo y nos recete la medicación que mejor nos convenga. Para estos casos, también se suele administrar ácido ursodesoxicólico para detener el deterioro del hígado.
Si el caso va a mayores, en muchas ocasiones no quedará más remedio que realizar un trasplante de hígado. Es posible que después de esta operación vuelva a aparecer la cirrosis, pero ya no se convertirá en una afección tan grave.
A partir de ahí, es altamente recomendable reducir completamente el consumo de alcohol si empiezan a presentarse los primeros síntomas de esta cirrosis biliar. Y después acompañar a este proceso una dieta sana y equilibrada. Sobre todo en todo tipo de vitaminas como A, D, E que se pueden tomar por vía oral a través de multitud de alimentos.
¿Cuál es la evolución de la cirrosis biliar primaria?
Como te indicábamos, la cirrosis biliar primaria es una enfermedad que evoluciona de forma lenta. Esto permite que, a día de hoy, la mayor parte de los diagnósticos médicos se lleven a cabo en las fases iniciales de la enfermedad, de manera que para la mayoría de personas con CBP el pronóstico es por lo general bueno.
No obstante, una pequeña proporción de los pacientes podría necesitar un transplante de hígado o distintas complicaciones derivadas de la insuficiencia hepática.
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