Dentro de lo que habitualmente se conoce un análisis de sangre rutinario (esto es, aquel que nuestro médico de cabecera nos recomienda hacer cada cierto tiempo, comúnmente una vez al año o en menos tiempo si existe algún tipo de patología o enfermedad que así lo aconseje), el examen de monocitos es uno de los parámetros que se incluye en el mismo.
En lo que se refiere a su propio análisis o examen, lo encontramos usualmente dentro del apartado dedicado al estudio tanto de los glóbulos blancos como de los glóbulos rojos (hemograma), ya que, concretamente, se trata de una variedad de glóbulos blancos que localizamos en la circulación sanguínea.
A diferencia de otros tipos de leucocitos, su tamaño es muchísimo mayor. Es decir, consisten en un tipo de glóbulo blanco que encontramos en la sangre.
¿Qué son los monocitos y cuáles son sus funciones en el cuerpo?
Como te comentábamos, los monocitos son un tipo de glóbulo blanco, que encontramos por tanto presente en la circulación sanguínea. Los glóbulos blancos forman parte del sistema inmunitario de nuestro cuerpo, y entre otras importantísimas funciones, ayudan al organismo a combatir infecciones y otro tipo de enfermedades.
Los monocitos se diferencian de otros glóbulos blancos como los granulocitos (neutrófilos, basófilos y eosinófilos) y los linfocitos (células B y células T) en su tamaño, ya que destacan precisamente por ser leucocitos con un tamaño mayor de lo normal.
Se forman en la médula ósea, donde tienden a vivir entre 3 a 4 días, hasta que finalmente terminan por concentrase en los tejidos sanguíneos y en determinados órganos del cuerpo.
En el caso particular de los monocitos, al formar parte del sistema inmune, se encargan de ayudar al organismo a eliminar microorganismos extraños, así como células muertas. Por tanto, cuando se realiza un examen de monocitos en sangre, lo más común es que su valor varíe dependiendo de cómo se encuentren las defensas de nuestro cuerpo.
Valores normales de monocitos en sangre
Como ya vimos en una ocasión anterior cuando te hablábamos sobre los valores normales de los glóbulos blancos, en el caso particular de los monocitos su valor normal se sitúa entre 200 y 800/μL, en adultos. En bebés, sin embargo, puede variar entre 400 y 3100/μL.
Dependiendo del laboratorio que haya realizado la analítica sanguínea es posible que la forma de medición de los monocitos varíe. Así, es posible encontrarnos valores normales de monocitos de entre 1000 a 4500 células por ml.
Causas de los valores anormales de monocitos en sangre
Dependiendo de los niveles encontrados en la prueba de sangre, es posible que encontramos los monocitos altos o bajos. A continuación te exponemos cuáles son sus causas más habituales:
- Causas de los monocitos altos: Es habitual que los monocitos aparezcan elevados cuando se ha pasado recientemente o se está pasando una infección causada por virus o parásitos. Es un indicativo de que nuestro sistema inmune está luchando o ha luchado contra una infección. En circunstancias mucho menos comunes, los valores altos de monocitos en sangre podría ser debido a la existencia de tumores o leucemias, que es un tipo de cáncer que afecta a los órganos productores de la sangre, por la proliferación excesiva de glóbulos blancos o leucocitos, ya sea en la sangre o en la médula ósea.
- Causas de los monocitos bajos: Conocido médicamente con el nombre de monocitopenia, se trata de una condición que surge cuando los valores de monocitos están bajos de lo considerado como normal. Es común que no suela causar síntomas, aunque esto depende de la patología o enfermedad que esté ocasionando su disminución. Por ejemplo, los más comunes tiende a ser la tuberculosis, VIH o deficiencias de vitamina B12 o folato. Además, también terapias médicas como la radioterapia o la quimioterapia pueden influir.
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