Aunque médicamente se trata de una infección conocida con el nombre de oxiuriasis, lo cierto es que nos encontramos ante una de las infecciones parasitarias intestinales más comunes y habituales en la etapa infantil, que popularmente es conocida con la denominación de lombrices.
Se estima que todos los niños/as, en algún momento de su etapa infantil (especialmente cuando son pequeños), sufren una infestación de oxiuros o «lombrices». Y, habitualmente, si durante la noche el pequeño se muestra incómodo e irritable, con molestias en la zona del ano, es bastante probable que las tenga.
La propia Asociación Española de Pediatría estima que la infección por oxiuros tiende a afectar a entre un 40-50% de los niños/as en edad escolar, habitualmente entre los 5 a 10 años de edad. De hecho, su infección en niños menores de 2 años es considerada más bien rara (aunque evidentemente no imposible).
¿Qué son las lombrices en niños (oxiuros)?
Si para la cabeza y el cabello uno de los mayores temores para la mayoría de mamás y papás es la presencia de liendres y piojos, las molestias en la zona del ano, especialmente por la noche, provoca un nuevo temor entre muchos padres, ya que puede ser una alerta de la presencia de unos incómodos visitantes: las temidas «lombrices».
El parásito intestinal que más comúnmente causa esta infección son los oxiuros conocidos con el nombre de Enterobius vermicularis, una lombriz o gusano de color blanco y forma cilíndrica, que puede llegar a alcanzar alrededor de 1 centímetro.
Esta lombriz vive en los intestinos de los seres humanos. Tras producirse el apareamiento, el macho muere y se elimina a través de las heces. Así, las hembras preñadas permanecen en el intestino, de manera que durante la noche pasan a través del intestino hacia el ano, lugar donde tiende a dejar sus huevos. Luego intentan regresar hacia el interior del ano, aunque no siempre lo consiguen (pueden ser eliminadas a través de las heces).
Mediante una secreción especial los huevos se adhieren a la piel circundante y a los márgenes del ano. Justo en este momento es cuando puede volver a reiniciarse el contagio.
¿Cómo se contagian las lombrices en los niños?
Entre los niños pequeños es muy habitual -y tremendamente simple y sencillo- el contagio de las lombrices. En la mayoría de las ocasiones, la presencia de huevos en el ano provoca una molesta e incómoda picazón.
Si el niño se rasca pueden quedar huevos en las uñas, de manera que pueden surgir dos tipos de contagio: si el niño toca juguetes o utensilios de otros pequeños, se produce el contagio propiamente dicho a otros niños cuando los cogen y luego se los llevan a la boca, y el reinicio de un nuevo contagio en el niño que ya está sufriendo la infestación, cuando se lleva las manos a la boca.
Por ello, mantener una higiene adecuada es fundamental para evitar el contagio de las lombrices entre los más pequeños, intentando siempre que el niño se lave las manos, especialmente si hay constancia de que en la guardería o escuela hay más casos de infestación de lombrices u oxiuros.
¿Cuáles son los síntomas de las lombrices en los niños?
Aunque desde el momento en el que se produce el contagio, hasta que finalmente se produce la infestación y surgen los síntomas típicos de las lombrices en los más pequeños, pueden llega a pasar entre uno a dos meses, cuando aparecen son más que evidentes: surge una molesta e incómoda picazón en la zona del ano, e incluso también en los genitales.
El picor anal y la irritabilidad son dos de los síntomas que pueden alertar de la presencia de lombrices intestinales a los padres.
Esto puede provocar irritabilidad e incomodidad en el niño. Dado que la puesta de los huevos por parte de los oxiuros en la zona del ano se produce durante la noche, es muy común que estos síntomas surjan durante la noche, siendo muy habitual que el pequeño se despierte incómodo, y tenga un sueño intranquilo.
Es posible que el picor se extienda hacia la zona genital, especialmente en las niñas, ya que pueden hacerse daño con las uñas y producirse pequeñas heridas, pudiendo surgir una sobreinfección y llegar hasta la vagina o la uretra. Por este motivo es importantísimo vigilar que no haya irritación y malestar al orinar, picor o flujo.
Creo que mi hijo tiene lombrices… ¿qué hago?
Si los primeros síntomas o molestias te alertan de la posibilidad de que tu hijo/a se haya podido infectar de lombrices, es el momento de revisar la zona perianal del pequeño. Para ello es imprescindible tener una buena iluminación, y separar con cuidado las nalgas para poder observar bien la zona del ano.
Es bastante posible que observes alguna lombriz de cierto tamaño -pueden alcanzar entre 0,5 a 1 centímetro de largo- que intenta regresar a la zona interior del ano. ¿Y cómo son estas lombrices? Las distinguirás como pequeños hilitos de color blanco, muy finos que se mueven. También es posible encontrar lombrices en las heces del pequeño.
El agua tibia puede ayudar a calmar las molestias y el picor anal en el niño. Hasta que esperamos a administrar el tratamiento adecuado tras consejo del pediatra.
A partir de este momento mantén la calma. Si es la primera vez que te pasa es bastante probable que no tengas en casa el tratamiento médico eficaz para poder tratar las lombrices. Si es así y no tienes una farmacia de guardia cerca, ten paciencia y trata de calmar las molestias del pequeño remojando la zona afectada en el bidé con un poco de agua tibia.
Luego, al día siguiente, si acudes a la consulta del pediatra te aconsejará un medicamento que administrado por vía oral ayuda a matar las lombrices adultas después de la administración de la primera dosis. Pero ojo, ningún medicamento es por el momento eficaz para eliminar también los huevos. Por este motivo se aconseja repetir una nueva toma 15 días después, que es el momento que tardan los huevos en eclosionar.
Efectivamente, es recomendable que el tratamiento lo sigan tanto el niño afectado como toda la familia.
Es fundamental que el tratamiento se repita 15 días después, tanto en el niño como en el resto de la familia, para eliminar las lombrices que han nacido tras la eclosión de los huevos.
Uno de los tratamientos médicos más conocidos es el Lomper, que consiste en un medicamento con Mebendazol especialmente indicado para el tratamiento de las parasitosis intestinales, sobre todo en caso de Oxiuriasis (Enterobiasis), Anquilostomiasis, Trichuriasis, Ascaridiasis y Necatoriasis.
En los niños pequeños lo más común es optar por Lomper 20 mg/ml, administrando una cucharadita de 5 ml. de suspensión en una única dosis de 100 mg. Y luego se aconseja repetir el tratamiento después de 2 y 4 semanas.
En las mamás y papás y en el resto de la familia es probable que el pediatra te aconseje optar por Lomper de 100 mg. en comprimidos, con la toma de un solo comprimido, y luego repetir el tratamiento luego de 2 y 4 semanas. Pero esta dosis es solo adecuada en caso de infestación por Oxiuriasis, la infección más común de lombrices en niños.
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