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Cómo ayudar a tu hijo si tiene asma: qué hacer si empeora

Si tu hijo tiene asma, ¿qué podemos hacer cuando los síntomas empeoran y necesitamos iniciar el plan de acción rápidamente? Descubre qué señales te ayudan a saberlo.

Qué hacer si los síntomas del asma en el niño empeoran

Si tu hijo/a tiene asma es bastante probable que te preguntes qué puedes hacer en los momentos en los que sus síntomas se hacen más intensos y preocupantes. Ciertamente, aunque el pequeño puede hacer vida perfectamente normal, a pesar de que la enfermedad respiratoria persista, es necesario reconocer ya no solo cuáles son los síntomas de empeoramiento, sino cuándo iniciar el tratamiento y qué hacer en casa cuando la enfermedad se agudiza.

El asma básicamente consiste en el estrechamiento de las vías respiratorias, lo que provoca dificultad para respirar con normalidad en la persona que lo padece. Se trata de una condición que afecta a los pulmones del pequeño, y se trata de una enfermedad persistente, lo que significa que puede afectar a los pulmones del niño toda la vida, y en ocasiones tenderá a sentirse mejor, y en otras peor debido al agudizamiento de los síntomas.

¿Cuáles son los síntomas de alarma en caso de empeoramiento del asma en el niño?

Si bien es cierto que el asma leve tiende a pasar casi prácticamente desapercibida en muchas ocasiones, cuando el asma se vuelve moderada o grave sí se presentan una serie de síntomas evidentes y visibles, sobre todo cuando surge también la conocida como crisis asmática.

Entre las señales o síntomas de advertencia más comunes, podemos mencionar los siguientes: sibilancias (respiración con ruidos, con una especie de silbido característico similar a pitos que se escuchan en el pecho), cansancio y dificultad para recuperar el aliento, tos que no desaparece y/o hasta vomitar y que surge además por la noche (cuando el niño está tranquilo), respiración más rápida de lo habitual, estornudos, falta de ánimo y otros síntomas relacionados con el resfriado.

Además, pueden surgir otros síntomas aún más evidentes que indican a las claras que el asma del niño está empeorando: le cuesta hablar con normalidad, se siente somnoliento, no puede dejar de toser y/o vomitar, la piel o los labios se tornan de color azulado, la piel en el pecho o en el cuello se hunde cuando el pequeño respira.

Cuando esto ocurre, es importantísimo saber cómo ayudar a tu hijo, y especialmente, seguir el plan de acción establecido con el médico.

¿Qué hacer si el asma del niño empeora?

Si tu hijo ya es mayor puede iniciar el tratamiento por sí mismo, o si es más pequeño, por su mamá o su papá, o por cualquier otro adulto que se encuentre cerca. En este sentido, es importantísimo que tu hijo/a sepa cómo utilizar los medicamentos que debe administrarse cuando sus síntomas empeoran, a través del uso del broncodilatador.

El broncodilatador contiene dos tipos de medicamentos que ayudan a aliviar y disminuir la inflamación, para luego abrir los bronquios y permitir una respiración normal. Puede administrarse de forma directa a los bronquios respirando o inhalando por la nariz o por la boca, o también por inyecciones. En este caso, es el pediatra quién indicará qué tipo de medicamento usar, su dosis y la frecuencia de la administración.

En caso de que la crisis asmática se torne grave es importantísimo buscar atención médica de urgencia inmediata, especialmente si se observan los siguientes síntomas:

  • El pecho y los costados se meten hacia adentro cuando intenta respirar, y además esto le produce mucho esfuerzo.
  • Dolor en el pecho.
  • Aumento de los latidos del corazón.
  • Utiliza los músculos del abdomen para respirar.
  • Cuando inhala, dilata las fosas nasales.

Recuerda que los ataques de asma comienzan siempre con tos, para luego generar las conocidas sibilancias o silbidos al respirar, con dificultad para respirar.

Imágenes | Istockphoto

Este artículo se publica solo con fines informativos. No puede ni debe sustituir la consulta a un Pediatra. Le aconsejamos consultar a su Pediatra de confianza.

C.Pérez

Escribo sobre ciencia, salud y nutrición desde hace 11 años. ¡Ah! Y también papá a tiempo completo con 4 años de experiencia.

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