El rape es el nombre que reciben un total de 265 peces marinos, los cuales pertenecen a la familia de los Lófidos (concretamente del orden de los Lofiformes). No obstante, aunque nos encontremos con tantísimas variedades, fundamentalmente son dos las especies más consumidas: el rape común (o rape blanco) y el rape rojizo.
Es un pescado fácilmente distinguible en pescaderías y mercados, ya que presenta una cabeza ancha y aplanada con una boca realmente ancha, a la par que la parte posterior de su cuerpo se va estrechando de manera progresiva.
Aunque podemos encontrarlo todo el año, fundamentalmente son dos los mejores meses de temporada: abril y mayo.
Propiedades nutricionales del rape
El rape es un pescado blanco, lo que se traduce en que nos encontramos ante un delicioso pescado magro, que posee una bajísima cantidad en grasas y por tanto en calorías, y a su vez es realmente rico en proteínas de alto valor biológico.
100 gramos de rape aportan apenas 85 calorías y 2 gramos de grasa, de forma que se convierte en un alimento ideal en dietas de adelgazamiento, y también en dietas equilibradas y saludables.
Por su contenido en proteínas de buena calidad aporta la mayoría de aminoácidos esenciales. Además, es rico en vitaminas (fundamentalmente del complejo B, como la B1, B3 y B9 o ácido fólico), y minerales (hierro, fósforo, magnesio y potasio).
Beneficios del rape
Por un lado, podemos destacar desde un primer momento que el rape es un pescado magro. Esto significa que su contenido en grasas es realmente bajo en comparación con otros peces, aportando a su vez muy pocas calorías.
Como indicábamos en la nota anterior dedicada a las propiedades del rape, es un pescado ideal en dietas hipocalóricas y bajas en grasa que persiguen el objetivo de adelgazar y perder peso, aunque también es interesante en la alimentación infantil, por su riqueza nutricional, sabor suave y textura.
Por su contenido en vitaminas, podemos destacar los beneficios de las siguientes:
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Vitamina B1: es beneficiosa sobre la actividad mental y nuestro sistema nervioso, ayudando en casos de depresión, pérdida de concentración y memoria. Además, ayuda en el crecimiento y en la digestión de los hidratos de carbono.
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Vitamina B3: útil para el aprovechamiento de la energía que contienen los macronutrientes. Participa a su vez en la producción de hormonas sexuales y en la síntesis de glucógeno.
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Vitamina B9: conocida como ácido fólico, es imprescindible para mujeres que estén pensando quedarse embarazadas, al ayudar a prevenir defectos en la placenta, y defectos en el cerebro y la columna vertebral en el feto.
También aporta minerales, como:
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Hierro: ayuda a prevenir la anemia ferropénica, además de ser necesaria para la formación de la hemoglobina.
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Fósforo: presente en huesos y dientes, participa en los diferentes procesos de obtención de energía, además de ser útil en la actividad muscular y el sistema nervioso.
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Magnesio: mejora la inmunidad y es fundamental para el funcionamiento de los músculos, nervios e intestinos. Así mismo, forma parte de dientes y huesos.
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Potasio: interviene en el equilibrio interior y exterior de la célula, siendo necesario a su vez para la actividad muscular y el sistema nervioso.
Imágenes | The Eggplant / naotakem
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