Es bastante probable que, al igual que yo, también lo hayas hecho en alguna ocasión: compramos una botella de plástico con agua mineral y tras terminarla la guardamos para, al paso de unos días, volver a rellenarla de nuevo con más agua. Se trata como vemos de un hábito muy común y rutinario, pero con evidentes riesgos para nuestra salud si no mantenemos unas protecciones adecuadas mínimas. Lo mismo ocurre en definitiva con cualquier envase de plástico y no solo con botellas de agua.
En primer lugar debemos tener en cuenta que este tipo de recipientes fueron en un primer momento pensados para un solo uso, de ahí que sea evidente que nos hagamos la siguiente pregunta: ¿es totalmente seguro volver de nuevo a reutilizar recipientes de plástico como por ejemplo una botella de agua?.
Las dudas van principalmente por dos lados: por un lado la existencia de bacterias contaminadas presentes en el interior de la botella, y por otro lado la presencia o no de Bisfenol A o BPA, un producto químico muy común que puede liberarse desde las botellas hacia el líquido.
La presencia de Bisfenol A o BPA en las botellas y otros recipientes de plástico
Hasta hace algunos meses diferentes estudios científicos habían alertado acerca del uso de Bisfenol A o BPA en recipientes de plástico rígido y sus posibles efectos relacionados con problemas endocrinos. Un producto químico asociado sobre todo a los envases de policarbonato y que puede llegar a liberarse y alcanzar bebidas y alimentos.
Si bien es cierto que por un principio de precaución en Europa está prohibido el uso del Bisfenol A o BPA en productos destinados para la lactancia y la edad temprana (como es el caso de biberones o vajillas concebidas para niños), en enero de este mismo año las autoridades europeas concluyeron que “el BPA no constituye ningún riesgo para la salud de los consumidores de ningún grupo demográfico en los niveles actuales de exposición”.
No obstante, en el caso de botellas de plástico flexibles están elaboradas con PET (tereftalato de polietileno), las cuales destacan por ser cien por cien reciclables y además no utilizan Bisfenol A en su composición.
Por tanto, como señalan la mayoría de expertos, en realidad el verdadero riesgo para nuestra salud que supondría la reutilización de botellas de agua y otros recipientes de plástico es sobre todo microbiológico; es decir, se pueden llegar a convertir en un gran nido de bacterias.
La presencia de bacterias, aumentando el riesgo de contaminación bacteriana
Esta es evidentemente el principal problema que nos podemos encontrar al reutilizar recipientes de plástico: aunque las lavemos continuamente, precisamente ese proceso de lavado y reutilización puede llegar a estropear el plástico, agrietándolo o estrechándolo. Y es que como manifiestan muchos expertos, la resistencia mecánica de una botella de agua está pensada solamente para un único uso.
En este punto las bacterias pueden sobrevivir en las grietas del plástico y convertirse en un auténtico riesgo para la salud. A este problema se le une la presencia de microorganismos procedentes de nuestra propia boca y manos, lo que puede aumentar el riesgo de contaminación bacteriana.
¿Cómo reutilizar botellas de plástico de forma adecuada?
Si a pesar de las recomendaciones te empeñas en seguir utilizando la misma botella de plástico varias veces, una opción adecuada es tratar de mantener una serie de hábitos básicos que impidan la contaminación con microorganismos y bacterias:
- No pegar la boca: se trata de un consejo básico que ayuda a que no se queden en la boquilla de la botella distintos microorganismos provenientes de nuestra boca, las cuales tienden a ser las que ocasionan mal olor al momento de destapar la botella.
- Lavarte bien las manos: las manos también contienen microorganismos que pueden pasar al plástico de la botella, y de ahí a su interior. Por tanto, como cualquier otro tipo de recomendación de higiene básica al momento de comer o de beber agua, es de vital importancia lavarnos bien las manos.
- Limpiar y lavar bien la botella: después de cada uso es fundamental lavar la botella utilizando un jabón suave y agua no demasiado caliente (si utilizas agua más caliente podrías dañar el plástico).
- Observa bien la botella: antes de cada reutilización es importantísimo que te fijes en el deterioro físico que pueda presentar la botella o el recipiente de plástico. Debes asegurarte de que no presenta roturas ni grietas, y en caso de que existan lo más adecuado es reciclarla directamente.
Como vemos, aunque reutilizar botellas de plástico puede suponer un riesgo para la salud por la presencia de determinados microorganismos y bacterias (por ello lo mejor es darles un solo uso y reciclarlas luego), si mantienes unos determinados consejos básicos es posible su reutilización. Pero siempre con cuidado.
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