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Alcohorexia: dejar de comer para beber alcohol

La alcohorexia consiste en un trastorno alimenticio en el que la persona deja de comer para beber alcohol. Descubre en qué consiste y por qué es tan peligroso.

La alcohorexia es un trastorno alimentario consistente en que la persona deja de comer para beber alcohol. Como consecuencia, causa una serie de síntomas que permiten identificar el problema. Su tratamiento debe ser interdisciplinar.

A día de hoy existe consenso en señalar como trastornos alimentarios principalmente tanto la bulimia como la anorexia nerviosa. Sin embargo, los especialistas coinciden en señalar la existencia de determinados trastornos de la conducta alimentaria no especificados (TCANE).

Alcohorexia

Entre estos trastornos alimenticios no especificados nos encontramos con la vigorexia, ortorexia y la diabulimia. Y también con un nuevo trastorno alimentario que ha recibido el nombre de alcohorexia.

¿Qué es la alcohorexia?

Consiste en un trastorno alimenticio en el que la persona come poco de día para poder tomar alcohol de noche. El objetivo de la persona, como vemos, es conseguir un adelgazamiento generalizado a través de un bajo consumo de alimentos, para no aumentar la ingesta calórica y así poder tomar alcohol de forma abusiva de noche.

Puede ser habitual que la persona inconscientemente padezca alcohorexia y para ello no es necesario que la persona padezca un trastorno alimentario como tal por el hecho de querer perder peso o verse obesa. Basta con seguir una alimentación poco equilibrada y nada saludable, y beber alcohol por las noches.

Es una práctica común en muchos jóvenes adolescentes, quienes se convierten en el grupo más vulnerable, ya que conocidos son por todos las fiestas de botellón que se practican cada fin de semana en nuestro país.

Estados Unidos es un buen ejemplo: los especialistas estiman que un 35% de los jóvenes entre 18 a 24 años se saltan comidas para luego tomar alcohol por la noche.

¿Cuáles son sus causas?

Muchos especialistas médicos coinciden en señalar que la alcohorexia está muy relacionado con la anorexia, dado que la persona que sufre este trastorno alimenticio suele a su vez tener miedo de aumentar de peso, de tal manera que tienden a percibirse gordos/as cuando en realidad pueden incluso estar muy delgados.

Alcohorexia trastorno alimenticio

Síntomas de la alcohorexia

Existen algunos síntomas que permiten identificar si una persona está sufriendo o no este trastorno alimenticio. Los más habituales son los siguientes:

  • Desnutrición.
  • La persona tiende a seguir hábitos alimentarios irregulares.
  • Miedo a engordar, aún a pesar de estar delgado/a.
  • La persona evita comer para tomar alcohol.
  • Pérdida de proteínas, vitaminas y minerales.
  • Obesidad abdominal debido al excesivo consumo de alcohol.
  • Riesgo de enfermedades del hígado, como hígado graso, hepatomegalia (inflamación y agrandamiento del hígado) y cirrosis.

Además, suele ser habitual que se produzca una caída del pelo evidente (como consecuencia del mal estado de salud), así como cambios en la forma de ser.

Las peligrosas consecuencias de sufrir alcohorexia

Debemos tener en cuenta que la conocida como alcohorexia lo que hace es fusionar dos problemas graves, ya que mientras que la persona que lo padece deja de comer correctamente (de manera que no obtiene todos aquellos nutrientes necesarios para su organismo), a esto debemos sumarle el consumo de bebidas alcohólicas, no solo con demasiada frecuencia, sino también en ayunas.

Sintomas de la alcohorexia

Por tanto, cuando la alcohorexia se mantiene en el tiempo y no es debidamente tratada pueden surgir muchos y graves problemas de salud, como:

  • Desnutrición.
  • Enfermedades del corazón.
  • Alteraciones de la memoria.
  • Daño del hígado.
  • Daño de los riñones.
  • Cansancio y fatiga excesivas.

Tratamiento de la alcohorexia

Como cualquier trastorno de la alimentación, el tratamiento a seguir debe ser interdisciplinario. En casos graves se recomienda trabajar en grupos de psico educación, que enseñe al paciente a modular sus emociones.

Se requiere por tanto un control clínico y toxicológico, combinado con terapias psicológicas y además en un asesoramiento de nutricionistas.

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C.Pérez

Escribo sobre ciencia, salud y nutrición desde hace 11 años. ¡Ah! Y también papá a tiempo completo con 4 años de experiencia.

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Escribo sobre ciencia, salud y nutrición desde hace 11 años. ¡Ah! Y también papá a tiempo completo con 4 años de experiencia.

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