La anemia en los niños se trata de una patología causada básicamente por unos bajos niveles de hierro en la sangre. El hierro es un micromineral fundamental para que nuestro organismo lleve a cabo distintas funciones vitales, interviniendo en el transporte de oxígeno y dióxido de carbono, y participando en la producción de la hemoglobina, entre otros elementos de la sangre.
Sabemos que el hierro es una de las sales minerales fundamentales para todo buen funcionamiento del organismo, desempeñando por ejemplo un papel muy importante en la formación de la hemoglobina contenida en los glóbulos rojos de la sangre, en numerosas encimas indispensables para el correcto funcionamiento del organismo, y en la formación de la mioglobina de los músculos.
No obstante, se calcula que la mitad de los niños menores de tres años sufren de anemia infantil, entendiéndose a ésta por la disminución de la hemoglobina por debajo de los límites que se consideran normales de acuerdo a la edad y al sexo del niño o niña.
Causas de la anemia infantil
Aunque como indican muchos expertos, la anemia infantil puede tener varias justificaciones, la causa principal en la mayoría de los casos se debe a una ingesta ciertamente insuficiente de hierro en la dieta, provocando déficit.
De hecho, la anemia ocasionada por unos niveles bajos o disminuidos de hierro es la causa más común de anemia, y sobre todo de anemia infantil.
El crecimiento de los más pequeños implica un aumento del volumen tanto de sangre como del músculo, motivo por el cual tiende a incrementarse las necesidades de este mineral. Esto es aún más importante durante el periodo de la pubertad, donde incluso es necesario un incremento en el consumo de hierro.
También existen otros nutrientes que pueden causar anemia infantil, como puede ser el déficit de ácido fólico y/o vitamina B12, provocando un tipo de anemia que tiene que ver a una alternación en la síntesis del ADN.
Existen otras causas que pueden ocasionar la aparición de la anemia por un bajo nivel de hierro en los más pequeños. Por ejemplo:
- Incapacidad del organismo para absorber con normalidad el hierro (a pesar de que el niño mantenga una dieta adecuada que aporte cantidades recomendadas y suficientes de este mineral).
- Pérdida de sangre lenta y prolongada. Suele ser común durante los periodos menstruales (por ejemplo, tras la llegada de la primera menstruación), o por algún tipo de sangrado en el tubo digestivo.
Cuáles son los síntomas más comunes en la anemia infantil
Entre algunos de los síntomas que suelen presentar los niños anémicos dependen principalmente de la severidad de la enfermedad, de tal manera que, por ejemplo, en los casos leves los síntomas son algo inespecíficos, pero en estadios algo más avanzados ueden cursar alternaciones cardiorrespiratorias.
Además, el déficit de hierro puede llegar a provocar incluso dificultades en el aprendizaje, por lo que la anemia infantil puede incidir negativamente en un supuesto y posible fracaso escolar.
Así, cuando la anemia infantil es leve puede no presentar síntomas en la mayoría de las ocasiones. Sin embargo, a medida que el conteo sanguíneo de hierro disminuye con el paso del tiempo, sí pueden surgir síntomas, como por ejemplo:
- Estado de ánimo irritable.
- Trastorno de pica (comer alimentos inusuales o no comestibles, como papel o tierra).
- Cansancio y debilidad, que se extiende durante todo el tiempo.
- Dolor de cabeza.
- Mareos.
Cuando la anemia aumenta, y se torna grave, también pueden surgir otros síntomas como: piel pálida, coloración azulada de la esclerótica de los ojos (esto es, la parte blanca de los ojos) y uñas quebradizas.
¿Cuáles son las pruebas o exámenes que ayudan a su diagnóstico?
Cuando se sospecha de la existencia de una anemia en el niño es probable que el pediatra prescriba la realización de determinadas pruebas o exámenes médicos que ayudan a descubrir si existen o no niveles disminuidos de hierro en sangre.
A la hora de realizar el análisis de sangre es posible que se incluya el estudio de los siguientes elementos: hierro sérico, hematocrito, ferritina sérica y capacidad total de fijación del hierro (CTFH en sus siglas).
¿Cómo es el tratamiento de la anemia infantil?
Se estima que la mayoría de niños/as necesitan un consumo aproximado de entre 3 mg a 6 mg de hierro por día. No obstante, fácilmente esta cantidad se puede administrar a través del seguimiento de una alimentación variada y equilibrada.
¿Y cuáles son las mejores fuentes de hierro en la dieta infantil? Pollo, pavo, pescado y ternera, lentejas y judías secas, albaricoques, huevos, uvas pasas, espinacas, col rizada y otros vegetales de hoja verde y ciruelas pasas.
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