El reflujo en los bebés es algo muy común. Se trata de un problema habitual que afecta a los bebés durante sus primeros meses de vida, y que médicamente es conocida como reflujo gastroesofágico en bebés, aunque es cierto que se trata de una situación que puede surgir cualquier persona (tanto adultos, como niños o bebés).
Cuando un bebé tiene reflujo significa que, cuando la leche que ha tomado el bebé se encuentra en su estómago, tiende luego a volver al esófago, pero lo hace agriada por los diferentes jugos gástricos presentes en el estómago, pasando al esófago y de ahí a la boca.
En cualquier caso, se trata de un problema causado por el mal funcionamiento del cardias, que consiste en una válvula situada entre el esófago y el estómago, que se encarga de impedir que, una vez tomado el alimento, éste vuelva a subir al esófago (es decir, detiene el contenido del estómago para impedir que vuelva al esófago). Concretamente, muchos pediatras consideran que ocurre por un desarrollo incompleto de esta pequeña válvula.
¿Cuáles son los síntomas que alertan de un posible reflujo en el bebé?
Cuando el bebé sufre de reflujo es común que tienda a regurgitar entre tetada y tetada (o entre biberón y biberón, si está tomando leche artificial). Es habitual que, de hecho, esta regurgitación ocurra entre cuatro a cinco horas después de la última comida, justo en el momento en el que puede aparecer de nuevo el apetito.
Lo cierto es que la regurgitación se trata de un mecanismo natural de autorregulación, mediante el que el recién nacido expulsa el exceso de leche, sobre todo cuando ésta no ha sido aún digerida. Es decir, se trata de un fenómeno fisiológico, total y absolutamente normal.
Esto ocasiona malestar e incomodidad en el bebé, lo que causa a su vez llantos y agitación, motivo por el cual el reflujo gastroesofágico es habitualmente confundido con los cólicos, aunque a diferencia de éstos, el reflujo tiende a continuar después del tercer mes (que es, sin embargo, cuando habitualmente los cólicos desaparecen).
¿Qué puede hacer la mamá y el papá para aliviar las molestias y síntomas asociados al reflujo?
Existen una serie de consejos básicos que pueden ayudar no solo a la hora de aliviar las molestias asociadas al reflujo gastroesofágico en el bebé, sino para prevenirlo. Por ejemplo, durante la comida se aconseja que el niño esté en posición erguida o sentado. Luego, tras la comida, se debe dejar que eructe, de esta manera eliminará el aire que ha ingerido durante la toma.
Además, se recomienda no colocarlo inmediatamente en la cuna, sino dejarlo semitumbado y evitar los zarandeos.
En cualquier caso, si las molestias asociadas al reflujo han aparecido, se recomienda:
- Que el bebé descanse boca arriba, con la cabeza más elevada que los pies. Recuerda que los expertos no recomiendan dejar al bebé dormir boca abajo, ya que incrementa el riesgo de síndrome de muerte súbita.
- Comprueba que el pañal no le apriete. En caso contrario, es aconsejable aflojárselo en la medida de lo posible.
También es muy útil darle menos cantidad de leche de pecho o de fórmula en cada toma, compensándolo dándole de comer más veces. De esta manera no estará tan lleno.
Imágenes | Istockphoto
Bibliografía:
- NASPGHAN. Coping when your baby has reflux or GERD. North American Society for Pediatric Gastroenterology, Hepatology, and Nutrition.
- Mayo Clinic. Sin fecha. Reflujo Gástrico Infantil. Disponible en: https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/infant-acid-reflux/symptoms-causes/syc-20351408
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