¿Sabías que la conocida como candidiasis forma en realidad parte de ese grupo de enfermedades que más frecuentemente afectan a las personas? Incluso algunos autores señalan de acuerdo a sus estadísticas e investigaciones científicas que prácticamente todas las personas padecerán de candidiasis alguna vez. Aunque cualquier persona la puede sufrir, lo cierto es que la candidiasis tiende a ser más conocida como una enfermedad propia de la mujer, cuando la realidad es que es causada por un hongo que se genera de forma natural en la boca y en la piel, además de en la vagina y en el tubo digestivo
Se trata de una infección causada por diversas variedades de un hongo conocido con el nombre de Candida albicans, que se genera y encontramos de forma totalmente natural en la vagina, en la boca y en la piel, tal y como indicábamos anteriormente. Este hongo es parecido a la levadura, que en la mayoría de las ocasiones no causa infección ni síntomas. Sin embargo, cuando la cantidad de este hongo aumenta se produce lo que se conoce como candidiasis.
¿Por qué aparece la candidiasis?
La candidiasis aparece cuando el hongo Candida albicans se ha multiplicado en una cantidad mayor a la normal. Debemos tener en cuenta que este hongo se encuentra presente de forma natural y en cantidades más bien pequeñas en la boca, la piel, el tubo digestivo y la vagina, lugares en los que no causa problemas, síntomas ni molestias hasta que se multiplica en cantidades mayores.
Causas de la candidiasis
La realidad es que, aunque la candidiasis es más frecuente en diabéticos o enfermos de SIDA porque tienen un sistema inmunológico debilitado, la infección de las membranas mucosas ocurre también frecuentemente entre las personas con un sistema inmunológico normal. De hecho, las mujeres embarazadas también suelen sufrirla con mayor asiduidad.
En realidad existen muchísimos factores que predisponen a que una persona sufra de una infección por candidiasis, de forma que mientras que unos factores dependen exclusivamente del individuo, otros dependen de las condiciones ambientales.
Así, por ejemplo, las personas que toman determinados medicamentos (como antibióticos, corticoides o inmunosupresores) suelen sufrir de candidiasis con frecuencia. Lo mismo ocurre con pacientes con enfermedades debilitantes, diabetes, diversos tipos de cáncer (como linfomas o leucemias), o con síndrome de Down.
Por otra parte, para sufrir de candidiasis no es preciso estar enfermo o tomar medicamentos, dado que también lo sufren habitualmente los recién nacidos, las embarazadas y aquellas mujeres con el periodo premenstrual.
Debemos tener en cuenta que los casos de candidiasis vaginal aumentan en verano, ya que en esta época del año es habitual que muchas personas tengan la ropa de baño húmeda durante muchas horas. En este sentido, la humedad es un riesgo que favorece la multiplicación del hongo de Cándida.
Cuáles son los síntomas de la candidiasis
Dependiendo de la localización donde se haya producido la multiplicación del hongo los síntomas varían. Destacan las candidiasis mucosas, donde nos encontramos con el conocido como muguet, que se manifiesta como unas planas cremosas de color blanquecino, que aparecen en la mucosa gingival, en el paladar o en el dorso de la lengua. Cuando se desprende dejan al descubierto una mucosa rojiza. También puede aparecer lengua roja, brillante, lisa y dolorosa.
Cuando se trata de una candidiasis vaginal sus síntomas son: enrojecimiento y edema de los labios menores, acompañado de priurito y sensación de quemazón y picor. También puede afectar a los genitales externos masculinos.
Tratamiento médico para la candidiasis
Ante el menor síntoma es fundamental acudir al especialista médico. Así, por ejemplo, si sospechas que se trate de una candidiasis vaginal se debe acudir al ginecólogo, quien tomará una muestra y la enviará a análisis para diagnosticar la posible presencia de candidiasis.
Sobre los tratamientos médicos más utilizados, dependiendo de la extensión y del estado general de la persona se puede decidir por un tratamiento médico tópico o por un tratamiento médico sistémico. De forma tópica se emplea habitualmente cotrimazol al 1%, naftilina, ketoconazol o sertonocazol. Mientras que los tratamientos sistémicos son habitualmente fluconazol o itraconazol.
Imágenes | Kat Masback / Iqbal Osman / Partha S. Sahana
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