Los recién nacidos requieren muchísimos cuidados, y más aún durante la época estival. Hay que tener en cuenta que los bebés son muy delicados, de manera que hay que prestar especial atención a múltiples factores para evitar que se deshidraten, que les piquen insectos, que se quemen por el sol…
Por tanto, cuando nuestro hijo ha nacido en pleno verano, o en unas fechas aproximadas antes de que la época estival haya llegado, lo mejor es protegerlos cuidando que su hidratación sea la más adecuada, escoger la ropa recomendada, protegiendo su piel y ayudándolo a dormir mejor, especialmente si en casa o en el lugar donde nos encontremos hace calor en exceso.
A continuación, se explican algunos cuidado básicos para proteger a los recién nacidos en verano.
Hidratación
Los recién nacidos no toman agua; su hidratación depende de su alimentación. Si están con la lactancia materna, generalmente en la época estival los bebés piden el pecho con más frecuencia, tanto de día como de noche. En función del pequeño las tomas pueden ser más largas o más cortas.
De hecho, no es aconsejable que los recién nacidos beban agua, dado que como recomiendan la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la propia Asociación Española de Pediatría, el niño que se amamanta a demanda no necesita ningún otro líquido más.
Ropa
Una de las dudas más frecuentes de los padres con bebés recién nacidos durante el verano tiene que ver con cómo vestir a sus hijos. Hay que evitar que los pequeños puedan sufrir un golpe de calor.
Por lo tanto, si la temperatura es elevada, superior a los 30 grados, es importante recordar que no necesitan más ropa que los adultos, de manera que no es conveniente abrigarles en exceso; por ejemplo, con un body y un conjunto corto de algodón es suficiente.
Siempre es aconsejable llevar una mantita por si hay algún cambio de temperatura, por ejemplo, en el transporte público con el aire acondicionado o cuando entramos en un centro comercial.
Piel
Hay que tener en cuenta que la piel de los recién nacidos es muy delicada, de manera que solo hay que utilizar cremas y otros productos que sean acordes a su edad. Es importante recordar que no se debe exponer a los bebés de menos de seis meses directamente a la luz del sol; deben permanecer siempre a la sombra. Aún así, siempre es aconsejable proteger su piel con un protector solar específico para recién nacidos.
En cualquier caso, los paseos en verano con bebés deben hacerse por la mañana temprano al atardecer; esto es, cuando el calor y la intensidad de los rayos UV están en su punto más bajo. Y es recomendable proteger a los pequeños con un gorro.
Insectos
Los insectos son uno de los mayores quebraderos de cabeza para los padres con bebés recién nacidos durante el verano. Los insectos más frecuentes durante la época estival son los mosquitos, por lo que es recomendable tomar algunas medidas para evitar que piquen a los pequeños; lo ideal es proteger su cuna y su coche con una mosquitera. Y es que no hay duda que las picaduras de mosquito tienden a ser sobre todo las más molestas e incómodas.
Además, en las farmacias se pueden encontrar pulseras antimosquitos que resultan muy efectivas. En cualquier caso, se debe evitar aplicar lociones antimosquitos directamente sobre la piel de los más pequeños; como se ha comentado en el punto anterior, tienen la piel muy sensible, de manera que no son adecuadas para ellos.
Sueño
Los bebés recién nacidos duermen muchísimas horas, tanto durante el día como durante la noche. No obstante, en verano, debido a las altas temperaturas, les puede costar un poco más dormir, sobre todo por el día. Los padres deben tener paciencia e intentar que su habitación esté a una temperatura de entre 22 y 23 grados. Para evitar la sequedad, se puede instalar un humidificador.
Es importante que los pequeños nunca estén expuestos a corrientes de aire y que estén siempre tapados en su cuna, aunque sea con una manta ligera, pero si hace mucho calor, con una sábana algo más gorda será suficiente.
Calor
En el caso de que se vaya a viajar con un recién nacido, hay algunas precauciones básicas a tener en cuenta. En primer lugar, resulta recomendable ventilar el interior del vehículo abriendo de vez en cuando las ventanillas.
Luego hay que hacer paradas de descanso en zonas con sombra cada dos horas. Y, en tercer y último lugar, el aire acondicionado reseca las mucosas de las vías aéreas, por lo que es aconsejable desconectarlo de vez en cuando.
Teniendo estos consejos básicos en cuenta, los padres podrán disfrutar muchísimo más de sus bebés, recién nacidos, en verano. Son recomendaciones muy sencillas de seguir, que merecen la pena tener en cuenta.
Comentar