El nacimiento de un bebé es sin lugar a dudas uno de los momentos más álgidos y felices que se pueden vivir en una pareja. Es la constatación más pura del amor y afecto que existe entre ambos y que puede durar perfectamente hasta el final de sus días. En definitiva, un nuevo miembro en la familia supone un hito que nos marcará el resto de nuestras vidas para siempre-
Desde el preciso que se conoce el sexo del bebé, son muchas las parejas que ya empiezan a elucubrar y discutir sobre qué nombre debería llevar el mismo. ¿Y vosotros? ¿Estáis en esta situación y os encontráis completamente perdidos a la hora de cómo llamar a vuestro futuro hijo/a?.
Pues a través de las siguientes líneas os daremos una serie de pautas que seguro que os van a ser de gran utilidad.
Llega a un acuerdo con tu pareja
Antes que nada, se antoja de vital importancia que ambas partes lleguéis a un acuerdo. Son muchas las parejas que se ven inmersas en cruentas discusiones “imponiendo” el nombre que más es de su agrado sin tener la más mínima intención de llegar a un acuerdo.
A todos ellos solo podemos decirles que tener un bebé es una cosas de dos. Y empezar ya con discusiones sobre el nombre del niño no van a llegar a ninguna parte. Es más, estas puede poner en peligro la relación si las llevamos al plano personal.
Por esta razón, intentad siempre en la medida de la posible llegar a un acuerdo. Y si os gustan dos nombres muy diferentes, siempre podéis unir ambos en uno compuesto, una opción que puede contentar a ambas partes sin necesidad de llegar a la confrontación.
El nombre de tu bebé tiene que ser un reflejo de tu herencia
También es muy común que mucha gente se encuentre completamente perdida a la hora de elegir el nombre de su bebé. Ante esto, lo mejor es pensar detenidamente qué factores culturales e identitarios definen a cada uno de los padres.
Un claro ejemplo de esto lo vemos con la cantidad de nombres bíblicos que nos ha aportado la religión cristiana y que se han convertido indudablemente en la mayoría de nombres comunes de todos todas las generaciones del mundo occidental.
También es posible elegir un nombre en honor a un familiar fallecido recientemente y que no queremos que caiga en el olvido. En este sentido, os recomendamos pedir consejos a vuestros familiares más cercanos (sobre todo a esas abuelas) si andáis faltos de ideas.
Evita las rimas o sonidos demasiado rimbombantes
De acuerdo, ya hemos podido elegir finalmente el nombre del bebé. Sin embargo, el problema viene justamente al unirlo con el apellido familiar. Es posible que suene de una manera algo bizarra, sobre todo si crean rimas o sonidos raros entre el nombre y el apellido.
Por ello, se desaconseja elegir nombres completos que puedan resultar después en que el niño se convierta en el centro de mofas y burlas al llegar al colegio. Hay que tener en cuenta que el bullying es un tema bastante serio que afecta a millones de menores en la actualidad y que puede tener un efecto de lo más negativo en el desarrollo normal de su infancia.
De esta manera, si podemos evitar nombres rimbombantes o demasiado estrafalarias, seguro que el niño nos lo agradecerá de por vida cuando tenga cierta edad.
Estudia detenidamente el significado del nombre para tu bebé
Cabe destacar que la mitología griega también nos ha dejado infinidad de nombres que se deben tener muy en cuenta a la hora de asignárselos a nuestro bebé. Por ejemplo, Alicia significa mujer noble, mientras que Damián se relaciona con lo divino.
Celia por su parte tiene mucho significado con la luna y todo lo relacionado con el misterio de la noche. Hector significa héroe y Julio significa hombre con pelo coloreado o Sixto hombre adulador
En definitiva, existen multitud de fuentes que podemos consultar a través de la Wikipedia y que pueden servir como fuente de inspiración a la hora de elegir el nombre más adecuado para nuestro hijo. La verdad que es una decisión de lo más importante ya que el nombre de nuestro hijo le acompañará para siempre desde el preciso instante de su nacimiento.
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