El colesterol alto es considerado como un peligro ciertamente silencioso para nuestra salud, porque no produce síntomas y sólo se diagnostica cuando, de forma rutinaria, nos hacemos una analítica de sangre.
Aunque existe una condición hereditaria que causa un aumento crónico de niveles altos de colesterol en la sangre (la cual recibe el nombre de hipercolesterolemia familiar), en la mayoría de los casos ese aumento de grasas en sangre se debe a la dieta que sigue la persona y al estilo de vida que lleva cada día: es común que siga una dieta desequilibrada, pobre en frutas y verduras frescas y rica en alimentos muy grasos, y además la práctica de ejercicio físico es casi nulo.
Según la Fundación del Corazón, se diagnostica colesterol alto cuando los niveles de colesterol total superan los 200 mg./dl.; o también cuando los niveles de LDL son superiores a 130 mg./dl. o los de HDL son inferiores a 35 mg./dl. en hombres y 40 mg./dl. en mujeres.
Por suerte, el ejercicio físico ayuda a bajar los niveles de colesterol alto, de manera efectiva y sencilla.
Beneficios del ejercicio para bajar el colesterol
Dado que con la práctica de ejercicio físico aumenta el gasto energético, y por tanto, el consumo de grasas, cuando se practica de manera moderada y regular diariamente ayuda a rebajar los niveles de colesterol (especialmente los niveles de colesterol LDL).
Pero sus beneficios no acaban ahí, ya que además de rebajar los niveles de colesterol malo, también ayuda a aumentar las cifras de colesterol HDL (conocido también como colesterol bueno).
Para que el ejercicio físico sea efectivo en este sentido, es fundamental que sea un tipo de ejercicio aeróbico, ya que son ejercicios de media o baja intensidad pero de larga duración, de forma que nuestro organismo quema grasas e hidratos de carbono.
¿Qué ejercicio físico es mejor para reducir el colesterol?
Dentro de los ejercicios aeróbicos puedes optar siempre por el que más se adecue a tu estado de forma y gustos personales: correr, caminar, andar en bicicleta, nadar…
Lo mejor es practicarlo diariamente o 3 veces a la semana, al menos 30 minutos cada vez (lo más indicado es que siempre sea de 30 a 40 minutos, pudiendo llegar a 1 hora).
Imagen | GeS
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