El momento del año en el que precisamente se produce un mayor número de cortes de digestión, sobre todo en el caso de los niños, es durante el verano. El motivo, evidentemente, es bastante claro: introducirse en el agua rápidamente y de forma brusca.
No obstante, ¿cuántas veces no nos repitió nuestra madre que no nos metiéramos en el agua después de comer, teniendo la obligación de esperarnos 2 horas? Si tienes hijos/as seguramente que ya habrás utilizado esta popular y común frase. Sin embargo, ¿sabes que en realidad no es del todo cierta?.
Efectivamente, no es aconsejable introducirnos en el agua después de haber comido, pero lo recomendable es no hacerlo rápidamente y de manera brusca. Además, no se produce un corte de digestión entendido como tal, dado que la digestión sigue su curso e incluso puede llegar a durar hasta cuatro horas (con lo que la frase de “tener que esperarnos 2 horas” no es en realidad cierta).
Desde un punto de vista médico, lo que se produce es un shock periférico por dificultades en la vasculación de nuestro organismo, dado que al introducirnos rápidamente en el agua provocamos un cambio de temperatura brusco, y es ésta la consecuencia del mal denominado como corte de digestión, y no el haber comido recientemente.
¿Cuáles son las causas del corte de digestión?
Debemos tener en cuenta, en un primer momento, que la digestión empieza desde el mismo momento en el que comenzamos a comer cualquier alimento. Sin embargo, de ahí su nombre, la digestión tiende a «cortarse» cuando el proceso se interrumpe de manera repentina, pudiendo ocurrir por muy distintas causas.
Es muy habitual que, desde que éramos pequeñitos, el corte de digestión se asociara al verano, ya que precisamente una de las causas del corte de digestión en niños es el ‘choque’ que produce el contacto con el agua fría sobre el cuerpo, especialmente cuando el pequeño se baña inmediatamente después de haber comido.
Este choque puede ocasionar una pérdida del conocimiento, al disminuir el flujo de sangre en el cerebro. De ahí que una de las señales más evidentes y peligrosas sea el desmayo, ya que en caso de que el niño se encuentre en el agua, puede ocasionar que se ahogue en esos momentos de inconsciencia.
Síntomas del corte de digestión en niños
Los síntomas del corte de digestión son los siguientes:
- Dolor de cabeza.
- Sensación de obnubilación (visión de los objetos como a través de una nube).
- Visión borrosa.
- Mareos y náuseas.
- Zumbidos en los oídos.
- Pérdida del conocimiento, desvanecimiento.
- En casos más graves: paro cardiaco.
Por tanto, es fundamental que se salga del agua ante el mínimo síntoma, para evitar la pérdida de conciencia y se corra el riesgo de ahogarnos por inmersión.
¿Cómo prevenir el corte de digestión en los niños?
Es fundamental evitar que el niño entre en el agua hasta que no hayan pasado 2 horas después de haber comido, especialmente si el agua se encuentra fría o muy fría y el pequeño ha comido de forma copiosa.
En el caso de los más pequeños, que tienen la costumbre de pasarse la mayor parte del tiempo en el agua y suelen entrar en ella de forma brusca (no solo en las piscinas sino también en el agua de mar), además de estar siempre pendientes de ellos es importantísimo ayudarles a que entren en el agua poco a poco.
Es fundamental remojarles muy despacio cada parte de su cuerpo, lo que ayudaremos a que su pequeño organismo se acostumbre a la temperatura tan fría del agua.
¿Es necesario entonces que nos esperemos 2 horas después de comer?
Debemos tener en cuenta que lo que se produce en realidad no es un corte de digestión, sino un shock periférico como consecuencia de un cambio de temperatura brusco en nuestro organismo.
Teniendo en consideración que el proceso de digestión puede durar hasta 4 horas, de ser cierto este mito en realidad tendríamos que esperarnos este tiempo como medida preventiva, y no sólo 2.
Por tanto, sí es posible bañarnos después de haber comido, pero haciéndolo siempre con precaución: remojando cada parte de nuestro cuerpo poco a poco, y evitar introducirnos en el agua bruscamente.
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