Los riñones, al igual que ocurre con el hígado, son órganos fundamentales en la desintoxicación y depuración de nuestro organismo, sobretodo porque se encargan en la eliminación de aquellas toxinas y de los desechos que nuestro cuerpo no necesita.
Se convierten de hecho en uno de los principales filtros de nuestra sangre, los cuales la depuran reteniendo aquello que nuestro organismo sí que puede aprovechar, y eliminando solo aquello que el cuerpo debe desechar a través de la orina.
Además, los riñones se encargan de regular tanto la tensión arterial como el equilibrio hidrosalino de nuestro organismo. Asimismo, estimulan la producción de los glóbulos rojos en la sangre.
¿Qué son los riñones?
Los riñones son un par de órganos con forma o apariencia que recuerda mucho al frijol o habichuela, y que presentan un tamaño de un puño cerrado (unos 13 centímetros de largo y 8 centímetros de ancho).
Los encontramos en la parte posterior de la cavidad abdominal, situados justo por encima de la cintura. En el caso del riñón derecho descansa debajo del hígado, mientras que el riñón izquierdo lo hace debajo del diafragma.
Sobre cada riñón encontramos una glándula suprarrenal, las cuales ejercen la función de regular la respuesta de nuestro organismo al estrés.
¿Cuál es el tamaño normal de los riñones?
¿Sabías que los riñones pueden ser visualizados por el nefrólogo y el urólogo a través de una ecografía? Se trata de una técnica fundamental en la evaluación de todas aquellas personas que puedan sufrir una enfermedad o patología renal.
Gracias a esta técnica el especialista médico puede visualizarlos, comprobar su estado, si existen o no masas extrañas que puedan alertarle (o incluso que sean benignas, como ocurre con los quistes renales), y sobre todo, descubrir si están o no agrandados.
En este sentido, un riñón sano mide entre 10 y 12 centímetros; no obstante, es común -y totalmente normal- que el riñón izquierdo sea un poco mayor que el derecho. Eso sí, debemos tener en cuenta que el tamaño de los riñones está también relacionado con el peso y con la talla de la persona, influyendo a su vez la edad. Así, es habitual que los riñones crezcan de manera muy rápida desde la infancia hasta los 18 años, y luego empiece a disminuir de tamaño a partir de los 50 años, ya que tiende a perderse masa renal.
¿Sabías que los riñones de una persona procesan y filtran cada día alrededor de 190 litros de sangre?.
¿Cuáles son las principales funciones de los riñones?
Los riñones ejercen una función tanto excretora como reguladora. Es decir, además de excretar agua para eliminar a través de la orina todos aquellos productos del desdoblamiento de los alimentos que pueden ser nocivos para nuestro organismo, también la conservan, devolviéndola a la sangre.
De hecho, los riñones filtran alrededor de 190 litros de líquidos cada día, de los que sólo se eliminan 2 litros en forma de orina, en cuya composición nos encontramos con productos de desecho y agua.
También aporta la sangre glucosa, potasio y sal, además de otras sustancias fundamentales para mantener el medio interno sin que la dieta, el clima u otros factores puedan influir en ello.
Respecto a la depuración, los riñones recogen los productos de desecho de la sangre para su posterior eliminación, a la par que regulan el contenido de las sales y los fluidos internos.
Purifican toda la sangre cada 50 minutos, lo que significa que al final del día han pasado por los riñones 1.700 litros de sangre.
En resumen, a continuación te indicamos brevemente cuáles son las principales funciones de los riñones:
- Depurar la sangre.
- Regular la homeostasis del organismo.
- Excretar los derechos a través de la orina, y regular su producción.
- Secretar hormonas.
- Participa en la reabsorción de electrolitos.
- Regula la presión arterial.
- Regula el volumen de los fluidos extracelulares.
Dado que nuestra dieta y diversos hábitos como el consumo de alcohol y tabaco pueden ser nocivos para la salud de nuestros riñones, siempre es útil saber cómo cuidar los riñones. Además, se aconseja depurar los riñones al menos una vez al año.
Respecto a la dieta, un consumo excesivo de sal puede llegar a sobresaturar los riñones. Por tanto, incluso aunque no exista ninguna patología ni enfermedad renal, no se aconseja comer sal en exceso, ya que muchos de los alimentos que consumimos en nuestra dieta nos aportan el sodio que nuestro organismo necesita.
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