Las hernias consisten en un saco formado por el revestimiento de la cavidad abdominal, el cual pasa a través de un agujero o área débil en la capa fuerte de la pared abdominal que rodea el músculo, la cual es médicamente conocida con el nombre de fascia.
Dependiendo de su ubicación podemos distinguir diferentes tipos de hernias: femoral, hiatal, inguinal, umbilical y quirúrgica o eventración. No obstante, en el caso de mujeres embarazadas la más común es la hernia umbilical, pero no debemos hablar de que la gestación sea una causa de aparición de la hernia, sino que ésta en realidad existe desde el nacimiento, pero es en este periodo cuando se manifiesta o diagnostica por vez primera (sobretodo durante el segundo trimestre, como consecuencia del crecimiento del útero).
Se trata, de hecho, de una complicación bastante frecuente que aparece durante el embarazo, aunque lo más habitual es que no dé problemas ni durante la gestación ni durante el parto. Es más, muchos especialistas médicos consideran como algo «excepcional» que una hernia umbilical se estrangule durante el embarazo.
¿Qué es una hernia umbilical?
Desde un punto de vista médico podemos definir a una hernia como la salida al exterior de un órgano recubierto por el peritoneo, que consiste básicamente en una membrana que recubre los distintos órganos de nuestro abdomen.
Habitualmente tiende a ser una parte del intestino delgado, o por ejemplo de las diferentes capas que lo envuelven, ya sea través de un orificio o de un defecto que se produce en la pared abdominal que encontramos justo por debajo de la piel.
La más común es la hernia umbilical, y como su propio nombre indica es aquella que aparece en el ombligo o alrededor de éste.
Puede ser de dos tipos dependiendo de su etiología u origen: la hernia umbilical primaria que es aquella que está presente desde el momento del nacimiento, o la hernia umbilical incisional que surge como causa de intervenciones quirúrgicas previas en la zona, la cual luego encuentra un lugar por donde salir o protruir al exterior tras la realización de distintos esfuerzos continuos en la zona abdominal.
Por qué aparece en el embarazo
Las causas de la hernia umbilical en el embarazo son prácticamente las mismas que cualquier otra hernia umbilical que aparece en otro momento de la vida: se produce como consecuencia de un defecto anatómico del ombligo.
Es decir, como indicábamos anteriormente, no se trata de una hernia que aparezca como consecuencia del crecimiento del abdomen o el peso del feto. De hecho, lo más común es que ésta ya esté presente desde el nacimiento, pero en definitiva o se diagnostica o se hace más latente en este periodo.
Se trata por tanto de una afección que ya existe antes del embarazo, pero que en realidad no tiende a manifestarse hasta el momento en el que la mujer se queda embarazada.
Síntomas de la hernia umbilical en el embarazo
Generalmente las hernias umbilicales son asintomáticas, es decir, en la mayoría de las ocasiones no producen síntomas. Pero esto no significa que en determinadas ocasiones no aparezcan.
De hecho, sí es posible distinguir o apreciar un aumento de volumen del ombligo, o bien la salida de una protuberancia umbilical al momento de realizar esfuerzos abdominales.
¿Cuál es el pronóstico de la hernia umbilical en el embarazo?
En general el pronóstico es en realidad muy bueno, no afectando a la evolución normal del embarazo y habitualmente no requiere tratamiento quirúrgico. Es más, no implica riesgos para el feto.
De hecho, durante la gestación es importante evitar la cirugía, al implicar riesgos y una reincidencia alta de la hernia por el estiramiento continuo de la pared abdominal.
De ahí que, en caso de tratamiento quirúrgico, se aconseje únicamente después de transcurrido el parto.
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