La conocida como hernia inguinal se produce sobre todo cuando un órgano de la zona abdominal se va desplazando paulatinamente de su posición original debido a un agente externo o por el debilitamiento de cierto músculo o tejido en toda la zona circundante. Se suele producir en la zona del intestinal, muy próximo a la región inguinal y se caracteriza por la aparición de un pequeño bulto en la ingle o en el saco escrotal.
Este canal se cierra, impidiendo que los testículos regresen nuevamente al abdomen. No obstante, si esta zona no se cierra completamente, un tramo de intestino puede moverse al interior del citado canal, originando la hernia.
Se trata, de hecho, también de una afección que también puede aparecer en las niñas y mujeres adultas, puesto que aunque no tengan testículos, sí cuentan con el canal inguinal.
¿Qué es la hernia inguinal?
La denominada como hernia inguinal se trata de un tipo de hernia que, según diversos datos estadísticos, tiende a representar en torno al 85% de la totalidad de las hernias. No en vano, se constituye como uno de los procedimientos quirúrgicos más comunes, que se realizan durante la infancia.
A medida que el feto varón crece y madura durante el embarazo, los testículos se desarrollan en el abdomen. Luego se desplazan al escroto, a través de una zona que recibe el nombre de “canal inguinal”.
Es decir, básicamente consiste en un abultamiento en la región de la ingle, que tiende a aumentar del tamaño con el esfuerzo que pueda llevar a cabo la persona, y que disminuye o desaparece cuando ésta se encuentra en reposo o en la cama.
¿Cuáles son sus causas?
La hernia inguinal puede aparecer tras el nacimiento y por tanto puede ser una patología congénita debido a una serie de malformaciones durante el periodo de gestación. También se caracteriza por ser una hernia que tiene una incidencia mayor en los hombres de mediana años edad (40%) mientras que en las mujeres no supera el 20%.
En definitiva, este tipo de hernias suelen manifestarse debido a un defecto o malformación o canal inguinal. Sin embargo, existen otros factores de riesgo que hacen que aumentan de forma considerable el desarrollo de esta patología.
Entre todos ellos, cabe destacar sobre todo en aquellos hombres mayores de 50 años de raza caucásica con un alto historial familiar en hernia inguinal. También una tos crónica o estreñimiento generalizado puede estar íntimamente relacionado con la aparición de esta hernia.
Asimismo, un excesiva carga física y con demasiada presión en la zona abdominal acompañado de otras afecciones como la obesidad o un tabaquismo descontrolado también pueden provocar la aparición dela hernia inguinal.
Por tanto, como te comentábamos, aunque la hernia inguinal puede aparecer en la infancia debido precisamente a la debilidad de la pared abdominal inferior fruto del mal cierre del “canal inguinal”, también existen otras causas de la hernia inguinal:
- Debilitamiento de los tejidos fruto de la edad.
- Embarazo en la mujer.
- Esfuerzo intenso de los músculos abdominales.
Síntomas de la hernia inguinal
Como ya os hemos comentado, esta hernia se caracteriza por la aparición de un leve bulto alrededor de toda la ingle o el abdomen que en la mayoría de ocasiones viene acompañado de un fuerte dolor e hinchazón en toda la zona circundante. Aunque a estas molestias, también pueden venir acompañadas de los siguientes síntomas:
- Fibrosis o fiebre alta
- Dolor que suele aparecer de forma repentina
- Estreñimiento considerable a cualquier hora del día.
- Nauseas, vómitos y malestar general
- Dolor de estómago
- Irritación en la zona y llanto si son los bebés los que están sufriendo esta hernia.
Por otro lado, cabe destacar que la hernia se suele hacer visible cuando la persona realiza un esfuerzo involuntario al toser de manera descontrolada o al hacer demasiado esfuerzo o presión a la hora de defecar.
Tratamiento de la hernia inguinal
El tratamiento más común y extendido a la hora de tratar la hernia inguinal suele consistir en una cirugía que recibe el nombre de herniorrafia o hernioplastia, una operación que ya se ha practicado en más de 20 millones de pacientes a lo largo de los últimos años.
Sin embargo, debido a que existen hernias inguinales que con algunas sutiles diferencias, el procedimiento para tratarlas puede variar levemente.
De hecho, si este tipo de hernia todavía no se ha desarrollado demasiado, existe la posibilidad de eliminarla de manera manual haciendo un leve masaje con los dedos por toda la zona afectada durante las 24-48 posteriores a la aparición de los bultos.
Aunque aquellos pacientes que sufren de una hernia inguinal mucho más desarrollada y dolorosa, se antoja muy importante que se sometan a una operación quirúrgica en la mayor brevedad posible para así mitigar sus síntomas poco a poco.
Una vez sabido esto, vamos a diferenciar entre dos tipos de cirugía para tratar la hernia inguinal. En primer lugar está la cirugía abierta que consiste básicamente en una incisión de 6 cm de longitud a lo largo de la ingle. Ahí se va reduciendo la hernia para después añadirle una malla de polipropileno que cierra la herida pero que permite a la vez una correcta circulación.
Por otro lado, existe otra cirugía más moderna que se llama reparación laparoscópica y que consiste en introducir un tubo delgado con una diminuta cámara en su interior. Una vez llega a la zona afectada, se lleva a cabo una incisión donde a través de este tubo se introduce un gas que va “inflando” toda la zona abdominal. Se trata de un tipo de cirugía que apenas deja molestias y su cicatrización es mucho más rápida.
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