La Homeopatía es un sistema de tratamiento que nació a principios del siglo XIX aproximadamente, que emplea remedios carentes de ingredientes químicamente activos.
Su creador fue el médico y químico alemán Samuel Hahnemann, al que se le deben fundamentalmente las bases de la homeopatía moderna, las cuales quedaron recogidas en un libro que aún hoy constituye una verdadera «biblia» para los homeópatas.
El comienzo de la Homeopatía
La Homeopatía surgió a comienzos del siglo XIX, ofreciéndose en especial como una alternativa para la medicina natural de entonces, basada en la teoría de los humores hipocrática (teoría acerca del cuerpo humano adoptada por los filósofos y físicos de las antiguas civilizaciones griega y romana), y cuya forma terapéutica contaba con la sangría y la purgación como modos principales.
Los remedios homeopáticos se preparan diluyendo repetidas veces un agente curativo; generalmente en tal grado que ni siquiera queda una molécula de la sustancia original.
Sus bases se formularon en el siglo XIX; sin embargo, los principios en los que se fundamenta ya habían sido descubiertos en un comienzo por Hipócrates, médico griego que vivió en el siglo V a.C,.
Tal y como se puede entender, la homeopatía es una técnica terapéutica que se basa en el principio de curar una cosa con la similar, lo que consiste básicamente en administrar al enfermo sustancias que, a grandes dosis, provocan síntomas similares a los de la enfermedad.
No obstante, el secreto de esta terapia está en que estas sustancias son administradas en cantidades tan pequeñas que, en lugar de provocar la enfermedad, tienen un efecto contrario, ayudando al organismo a superarla.
Un ejemplo de aplicación homeopática
Hasta cierto punto, puede ser plausible -y entenderse- que el concepto en el que se fundamenta la homeopatía no quede del todo claro.
Por ejemplo, a un paciente con fiebre el médico «tradicional» le recetaría fármacos para bajar la temperatura. Sin embargo, un homeópata le daría otro que la aumentase, al suponerse que la fiebre es un medio utilizado por nuestro organismo para combatir el trastorno.
En cualquier caso, te recomendamos siempre seguir el consejo médico antes de someterte a cualquier tratamiento homeopático.
Algunos principios homeopáticos en la medicina «tradicional»
Si bien sus fundamentos empíricos y teóricos no son aceptados por ninguna organización científica o médica importante, existen algunos principios en los que se fundamenta la homeopatía, como puede ser el caso de las vacunas, en las que se utilizan el germen causante de la enfermedad para estimular las defensas del organismo, evitando que ésta se produzca.
Es habitual que, de hecho, la homeopatía sea muy criticada desde diversos sectores científicos, especialmente porque (al menos de momento) no existen pruebas científicas reales que demuestren su eficacia. Y, sin embargo, sí estaría demostrado que la mayoría de sus beneficios son aportados únicamente por el denominado como efecto placebo.
Por tanto, mantener cierta objetividad ante estos tratamientos nos será útil para descubrir qué hay de cierto en todo ello. Y, por supuesto, no es en absoluto recomendable cambiar el consejo y tratamiento médico por un tratamiento homeopático.
Diferencias entre la homeopatía y la Medicina tradicional
La homeopatía cura por «semblanzas», no por «contrarios». Esto es, en medicina «tradicional» la enfermedad es vista claramente como un auténtico enemigo al que debemos derrotar; sin embargo, la homeopatía tiene una visión mucho más global, ayudando a los mecanismos de defensa naturales a superar la enfermedad.
Otra diferencia muy importante es la individualización del tratamiento en sí, en tal manera que los remedios homeopáticos actúan sobre todas las esferas del individuo, de la propia persona, tanto desde un punto de vista físico como emocional.
La persona es considerada como un «todo«, y no sólo se considera la enfermedad, sino que se atiende a las necesidades de cada individuo, de tal forma que en una consulta homeopática podemos encontrar a dos hermanos que consultan por el mismo problema pero que, sin embargo, reciben tratamientos distintos.
Te recomendamos siempre seguir el consejo médico antes de someterte a cualquier tratamiento homeopático.
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