¿Qué son los betabloqueantes y cómo actúan?
Los betabloqueantes vienen a ser unos medicamentos muy utilizados en diversas y diferentes enfermedades cardiovasculares, ya que como veremos detalladamente a lo largo del presente artículo, actúan contrarrestando el efecto de la adrenalina sobre el organismo. Desde un punto de vista médico, son conocidos también con la denominación de «agentes bloqueantes beta-adrenérgicos».
Es decir, bloquean los distintos efectos de una hormona conocida médicamente como epinefrina, la cual es popularmente también conocida con el nombre de «adrenalina». La adrenalina puede ser positiva cuando no se libera en exceso, ya que incrementa el ritmo cardíaco, aumenta la capacidad del sistema respiratorio, expande los vasos sanguíneos y acelera el ritmo de la respiración.
Sin embargo, al tomar betabloqueantes (o betabloqueadores), el corazón tiende a latir de manera mucho más lenta, con una menor fuerza, lo que ayuda a reducir la presión arterial y mejorar el flujo sanguíneo al abrir los vasos sanguíneos. Por este motivo, los betabloqueantes se utilizan sobre todo en el tratamiento de la presión arterial elevada y las migrañas.
Existen una gran variedad de tipos de betabloqueantes, con diversas propiedades y virtudes farmacológicas, aunque es cierto que su indicación a la hora de tomarlos es común a todos ellos. Entre los betabloqueantes más usados nos encontramos con el sotalol, atenolol (Tenormin), bisoprol (Zebeta), nevibolol (Bystolic), carvedilol y metropol (Toprol-XL, Lopressor). Además de otras como acebutolol, nadolol y propanolol.
Pueden ser tomados en pastillas por vía oral o mediante uso hospitalario a partir de la administración endovenosa.
¿Cuáles son sus principales usos?
Los betabloqueantes son médicamente utilizados para distintos fines, ya sea para prevenir, tratar o mejorar los síntomas de una amplia diversidad de enfermedades y trastornos de la salud. De hecho, habitualmente se utilizan para las siguientes patologías:
- Hipertensión arterial: Enfermedad crónica en la que existe una presión arterial elevada, lo que puede aumentar el riesgo de ataque cardíaco, derrames cerebrales e insuficiencia cardíaca y renal. Se diagnostica cuando existe una presión arterial de 140/90 o más.
- Arritmia: Desorden del ritmo cardíaco producido sobre todo por un mal funcionamiento de la coordinación de la actividad eléctrica de los latidos de nuestro corazón.
- Insuficiencia y ataque cardíaco: Se produce cuando el corazón no es capaz de bombear las cantidades necesarias y adecuadas de sangre al cuerpo. Por este motivo, no es capaz de suministrar el oxígeno y los nutrientes necesarios. También se utilizan en el tratamiento del ataque cardíaco.
- Angina de pecho: Se produce cuando existe un suministro insuficiente de sangre al músculo cardíaco.
- Migrañas: Tipo de dolor de cabeza que se siente como un dolor pulsátil situado únicamente en un lado de la cabeza. Habitualmente se acompaña de síntomas como sensibilidad al sonido y a la luz, náuseas y vómitos.
Los principales efectos secundarios
Como ocurre con cualquier otro medicamento, los betabloqueantes o betabloqueadores pueden ocasionar una serie de efectos secundarios que deben ser conocidos por todas aquellas personas que empezarán un tratamiento médico a base de este tipo de fármacos.
Por ejemplo, en un comienzo una vez se ha iniciado el tratamiento médico, los betabloqueantes pueden producir vómitos y náuseas, cansancio, cefalea, alteraciones del sueño y broncoconstricción.
A su vez, a medida que el tratamiento médico avanza en el tiempo, puede también producir hipoglucemia en pacientes diabéticos insulinodependientes, una ligera elevación de los triglicéridos y un descenso mínimo del colesterol HDL (lipoproteína de alta densidad), hipotensión, bloqueo aurículoventricular, bradicardia e insuficiencia cardíaca.
Por otro lado, se sabe que, a largo plazo, los betabloqueantes pueden causar depresión y determinados problemas circulatorios en las extremidades, además de impotencia en el hombre.
¿Qué beneficios ofrecen?
Numerosos estudios llevados a cabo clínicamente desde hace años, han demostrado los beneficios de los betabloqueantes, así como su eficacia en pacientes con insuficiencia cardíaca y cardiopatía isquémica, previniendo la muerte súbita y reduciendo a su vez las arritmias ventriculares y, por ende, la probabilidad de sufrir un infarto.
En concreto, los betabloqueantes pueden ser realmente útiles en casos de cardiopatía isquémica, insuficiencia cardíaca, miocardiopatía, taquiarritmias e hipertensión arterial.
Eso sí, los betabloqueantes están contraindicados en casos de insuficiencia cardíaca descompensada con signos de bajo gasto y/o congestión pulmonar, trastornos en el sistema de conducción eléctrico del corazón, enfermedad bronquial, asma, o tensión arterial baja sintomática, entre otros.
- Beta-blockers use for hypertension in the elderly. Herrera J. Cardiovasc Hematol Agents Med Chem (2015). Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/25761100
- Beta-blockers in the management of coronary artery disease: are we on the verge of a new paradigm shift?. Elgendy IY, Mahmoud A, Conti CR. Recent Pat Cardiovasc Drug Discov (2014). Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/25174339
- Betabloqueantes. Fundación Española del Corazón. Consultado el 06/09/2018. Disponible en: http://www.fundaciondelcorazon.com/informacion-para-pacientes/tratamientos/betabloqueantes.html
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