¿Pupitres bicicleta? ¿Dónde se nos ocurriría situar un pupitre bicicleta para nuestro hijo? ¡Desde luego en la escuela no! Los niños han de estar y mantenerse en sus sitios a lo largo de las 5 horas lectivas que marca la ley. Tienen que aprender y absorber pasivamente todos los conocimientos.
Esta visión del alumno pasivo que se mantiene en correcto silencio y orden está poco a poco desapareciendo de nuestro sistema educativo, teniendo en cuenta los malos resultados que obtiene. La atención sostenida de un niño es de 45 minutos (hablando de cursos de primaria), así que pretender que continúen a lo largo de las 5 horas excepcionalmente atentos es imposible.
Actualmente se están llevando a cabo metodologías que incitan a practicar 5 minutos de ejercicio antes de comenzar las lecciones con el fin de activar el cerebro. De esta manera, se ha demostrado que el rendimiento de los alumnos se incrementa sin lugar a dudas y se descargan las energías que se han ido acumulando a lo largo de la mañana. Así, la necesidad de movimiento o alboroto en el aula se reduce en la sesión tras la realización de estos ejercicios.
Sin embargo, cuando hablamos de inquietud en el aula, de necesidad de movimiento y de descarga de energía, a los profesionales de la educación en seguida nos viene a la mente el TDAH (Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad). ¿Es positivo para estos alumnos excitarse antes de comenzar con la lección del día?
Cada vez son más los niños diagnosticados con este tipo de trastorno, por lo que cada vez es más habitual que un docente esté en contacto con él y tenga la necesidad de adaptarse a sus necesidades.
Algunos métodos que emplean los docentes tras la experiencia es convertir al alumno en cuestión en “chico de los recados” con el fin de que este pueda moverse y focalizar su energía.
También ser más flexible en cuanto al movimiento por el aula. Sin embargo esto crea diferencias y posibles conflictos para el resto del alumnado, por ejemplo: ¿Por qué “Antonio” puede levantarse a afilar 200 veces y a mí se me pide que espere al cambio de clase?
Siendo conocedor de esta situación, Mario Leroux decidió marcar la diferencia: inventó la bicicleta-pupitre.
¿En qué consiste la bicicleta-pupitre?
Su nombre la describe. Es un pupitre que en lugar de tener un asiento normal, tiene una silla con el artilugio de una bicicleta. De esta forma, el alumno cuando siente la necesidad de moverse simplemente pedalea y descarga la energía que le sobra para poder seguir centrándose en la tarea.
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Los profesionales de la educación han corroborado los beneficios de este artilugio y ya un colegio de Canadá está implantando este sistema como, en algunos casos, sustitución de la medicación de algunos alumnos (dependiendo siempre de los casos).
Las investigaciones afirman que tras 15 minutos de pedaleado, los alumnos con este tipo de trastornos se encuentran preparados para aprender en las mejores condiciones.
¿Funciona con todos los alumnos?
La necesidad de movimiento inmediato que presenta el TDAH no lo presenta otro tipo de alumno sin ningún tipo de trastorno. Como veníamos diciendo, el ejercicio antes de la lección es muy positivo para ambos tipos de alumno. Sin embargo, el pupitre-bicicleta que tan beneficioso resulta para los alumnos con TDAH, para los alumnos que no lo presentan son motivo de distracción y desvían su atención.
La mente de un niño con TDAH está llena de estímulos y este no tiene un filtro para separar los relevantes de los irrelevantes, es por eso que pierde la atención y no logra concentrarse. Pero si ponemos a su alcance un estímulo que requiere de coordinación y concentración reduciremos la cantidad de estímulos que le llegan y lo centraremos en la tarea del aprendizaje dándole la posibilidad de movimiento que necesita.
Por tanto podemos decir, que los pupitres-bicicletas estás especialmente dirigidos para aquellos alumnos que presentan algún tipo de trastorno y que continuamente sienten la necesidad de moverse.
Dónde conseguir un pupitre-bicicleta
Por ahora esta novísima técnica no ha llegado a España, así que difícilmente podremos conseguir alguna. Sin embargo existen tutoriales de cómo crear un pupitre con estas características.
En relación a las escuelas, al tener que tener unas características especiales tales como no emitir ningún tipo de sonido para no molestar a los demás alumnos, la opción de fabricarla uno mismo resultaría más compleja. Además es importante decir que este tipo de mobiliario escolar nos saldría por unos 900 euros. Algo que la mayoría de las escuelas no pueden permitirse.
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