Nuestros hijos van comenzando a dar sus primeros pasos y a controlar su cuerpo y mente. Observamos un cambio por su parte, parece que están más enérgicos, inquietos y curiosos. ¿Qué hacemos para canalizar toda esa energía? ¡Vamos a apuntarlo a un deporte! ¡Para que se canse!.
Pero antes de ello es necesario asegurarnos si en realidad nuestro hijo está del todo capacitado para la práctica de ese ejercicio físico, ya que en función de la edad que tenga podrá practicar uno u otro deporte.
¿Está mi hijo preparado para realizar deporte?
Los niños comienzan a estar preparados para realizar actividades físicas dirigidas a los 2 años, pero hemos de aclarar que no todos los niños mantienen el mismo nivel de desarrollo y que algunos se verán capacitados antes y otros después.
El niño ha de estar preparado física, mental y socialmente para el desempeño de un deporte en particular. Debemos de ser conscientes de cuáles son sus características personales para elegir el deporte que más le convenga y con el cual pueda sentirse realizado. La elección de un deporte más complejo o más sencillo dependiendo de su desarrollo puede desembocar en desinterés, aburrimiento o frustración.
En este artículo te explicaremos las características que ha de tener tu hijo y los deportes más recomendados teniendo en cuenta la edad. Volvemos a recalcar que la evolución del desarrollo de los niños no es la misma para todos y que deberás de ser tú el que determine si está preparado o no.
El ejercicio físico más adecuado según su edad
De los 2 a los 5 años
En este rango de edad los niños comienzan a ser conscientes de su cuerpo, a dominarlo y a desarrollar las habilidades motrices gruesas (aquellas que comprenden el movimiento del cuerpo en su conjunto). La atención es limitada, así como la visión y la coordinación para manejar objetos, por tanto, no sería recomendable comenzar con deportes especializados.
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Por el contrario, te recomendamos la natación, la carrera o la gimnasia, así como juegos que se centren en actividades de lanzar o atrapar objetos. La mejor manera que los niños de esta edad tienen para practicar el deporte es a través del juego (no siempre dirigido), la exploración, la experimentación y la imitación. En ningún caso aconsejamos el desempeño de deportes de competición ya que el objetivo de esta etapa es el desarrollo de sus habilidades motoras básicas.
De los 6 a los 9 años
A estas edades ya el desarrollo de las habilidades motrices básicas suele estar alcanzado, por lo que ya serán capaces de desarrollar deportes de simple organización o adaptados. Son capaces de entender las reglas sencillas de los juegos pero incapaces de retener y planificar durante el mismo estrategias o desempeñar trabajo en equipo.
La natación, las carreras, el fútbol, el baloncesto, el tenis y otros deportes similares pueden ser objetivo de esta etapa. Pese a que probablemente la coordinación ojo-mano no esté lograda, la práctica de deportes que trabajen este aspecto servirá para desarrollarlo más precozmente.
La consecución de habilidades y el desarrollo físico, psíquico y social siguen siendo nuestros objetivos y el “ganar o perder” debe pasar a un segundo plano. En pro de conseguir esta visión, las normas y reglas del juego podrán ser flexibles y adaptarse continuamente a los niños, así como los materiales empleados (pelotas más pequeñas, campos de juego más cortos, menos jugadores en los equipos, etc.). El objetivo es aprender.
De los 10 a los 12 años
A estas edades los niños ya son capaces de realizar todo tipo de deportes independientemente de su dificultad. Están preparados física, mental y socialmente. Son capaces de crear estrategias, realizar actividades motrices complejas y trabajar en equipo.
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Pese a esto, recomendamos que sigue siendo preferible centrarse en el desarrollo de las habilidades específicas de los deportes, así como en la diversión y participación en vez de en la competición. A estas edades los sentimientos de frustración y fracaso tienen efectos muy negativos en el desarrollo de su autoestima y personalidad, recordemos que comienzan a entrar en la pubertad.
Otro aspecto a tener en cuenta a estas edades es que el desarrollo físico de unos niños a otros es muy variable, con esto nos referimos a que la altura, el peso, la fuerza y la complexión de niños de la misma edad son muy diferentes. Por ello recomendamos agrupar a los niños no por edades sino por características físicas, ellos se sentirán más cómodos con su grupo y no se establecerán ventajas de unos sobre otros.
Finalmente vemos coherente recalcar que el objetivo de introducir a nuestro hijo en un deporte no solo debemos verlo como un medio de canalización de la energía infantil, sino también como la enseñanza de un hábito a lo largo de la vida. El deporte es salud y como tal debemos promoverlo.
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