El síndrome de piernas inquietas es una patología que afecta a muchas personas. Esta patología afecta tanto a la población adolescente como a la población adulta siendo más alto el porcentaje de afectados en las personas que tienen más de 70 años. El porcentaje alcanza a un 6 u 8 % de la población comprendida entre los 20 y 65 años. Se trata de una patología conocida también con el nombre de enfermedad de Willis-Ekbom.
Sin embargo en el caso de las personas mayores de 70 años llega a situarse en un 15 o 20 %. Seguramente en más de una ocasión habrás notado los síntomas que acompañan a este síndrome como es la necesidad casi difícil de controlar que te lleva a mover las piernas incluso cuando nos encontramos reposando o durmiendo.
Consiste básicamente en un trastorno de origen neurológico caracterizado porque se producen unas sensaciones molestas en las extremidades (sobre todo en las piernas) durante el reposo, ya sea cuando la persona permanece acostada o sentada. Como consecuencia, se tiene la necesidad de levantarse, moverse y caminar, dado que con el movimiento las sensaciones y los síntomas desagradables tienden a desaparecer o aliviarse.
Causas del síndrome de piernas inquietas
Las causas que pudieran provocar esta patología pueden ser varias aunque en un porcentaje bastante alto puede ser el factor genético.
Otras causas que pudieran causar estos síntomas podrían ser:
- El consumo de cafeína o de alcohol.
- La carencia de algunas vitaminas.
- Carencia de hierro.
- La toma de algunos fármacos.
- La diabetes.
- La artritis reumatoide.
- Insuficiencia renal.
¿Que síntomas causa?
Los síntomas pueden ser varios aunque el más común como hemos dicho anteriormente es la necesidad de mover las piernas. Otros síntomas son la sensación de hormigueo, pinchazos.
Estos síntomas suelen aparecer cuando nos encontramos en reposo o mientras estamos durmiendo.
Como consecuencia de estos síntomas nos cuesta conciliar el sueño incluso una vez dormidos la inquietud y necesidad de mover las piernas nos despierta con lo que perdemos tanto el sueño como su calidad no llegando a lograr un sueño reparador.
La noche se puede volver eterna y al día siguiente nuestra calidad de vida se ve afectada.
El síndrome de piernas inquietas puede aparecer también durante el día aunque es más frecuente durante la noche en los momentos antes mencionados.
Hay ocasiones en los que el problema se agrava cuando aparece con mucha frecuencia y pasamos muchas noches sin dormir, al día siguiente no podemos hacer las tareas cotidianas con normalidad por lo que muchas personas pueden llegar a padecer de ansiedad e incluso padecer depresión en los casos más graves.
El síndrome de piernas inquietas se mide por la frecuencia de la aparición llegando a ser intermitente cuando aparece menos de dos veces durante la semana, o crónico- persistente cuando aparece dos o más veces durante la semana.
Los tratamientos que los profesionales prescriben para este síndrome suelen ir destinados a calmar los síntomas y mejorar la calidad de vida de la persona afectada.
Si en algún momento notaras alguno de los síntomas que te pudieran hacer sospechar que padeces el síndrome de piernas inquietas acude a tú médico, él sin lugar a dudas sabrá indicarte el tratamiento que mejor te vaya para esta patología.
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