Seguramente que si te nombramos la palabra toxoplasmosis te venga a la cabeza otras dos palabras o imágenes más: embarazo y gatos. De hecho, es muy común escuchar frases como que por el hecho de tener gatos y que la mujer se quede embarazada debe quitarlos porque sí o sí contraerá la toxoplasmosis. Sin embargo, nos encontramos ante un ejemplo claro de cómo una creencia errónea pero muy difundida se convierte en sinónimo de completa y absoluta ignorancia.
La toxoplasmosis se caracteriza por ser una enfermedad infecciosa causada por el parásito protozoo Toxoplasma gondii. Por lo general es una enfermedad leve, pero puede llegar a complicarse hasta convertirse en fatal, sobretodo en gatos y en fetos humanos.
La mejor forma de saber cómo evitar el contagio por toxoplasmosis es descubrir cuáles son las principales vías de infección de este parásito:
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Por contacto oral con agua, tierra y hortalizas infectadas (es decir, por ingestión).
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Transfusiones de sangre o trasplante de órganos sólidos.
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Comer carne cruda, mal cocida o poco hecha infectada.
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Por contacto inadecuado con heces de gato infectadas (es decir, si tocas las heces y luego sin darme cuenta te llevas las manos a la boca, cosa más que improbable si mantienes unas pautas básicas de higiene).
Pautas para evitar el contagio por toxoplasmosis
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Evita consumir carnes mal cocidas.
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Lávate las manos después de manipular carne cruda.
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Quita la piel o lava bien las hortalizas antes de consumirlas.
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Lávate muy bien las manos después de estar en contacto con suelo contaminado posiblemente con heces de animales.
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Si tienes un huerto o un jardín realiza los trabajos con guantes.
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Limpia y lava siempre las bandejas de los gatos con agua caliente.
Pautas básicas para prevenir el contagio de toxoplasmosis en caso de embarazo
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Evita limpiar las cajas de desechos de los gatos.
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Evita tocar nada que pueda contener heces de gatos.
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Evita tocar insectos expuestos a las heces de gatos, como cucarachas o moscas.
Imagen | toyohara
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