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Cómo cuidar el pie diabético y consejos para evitar complicaciones

¿Cómo cuidar el pie diabético en casa? Para evitar complicaciones graves, te explicamos algunos consejos sencillos que te ayudarán a cuidar tus piernas si tienes diabetes.

Cómo cuidar el pie diabetico

¿Por qué es importante cuidar el pie diabético?

La diabetes es una enfermedad multifactorial que afecta de forma -en ocasiones- muy negativa a prácticamente todas las partes de nuestro cuerpo: órganos, tejidos, piel… Particularmente, tiende a producir daño tanto en los nervios como en los vasos sanguíneos, ocasionando con el paso de los años una pérdida de la sensación en los pies.

Esto causa que la persona afectada o sea capaz de sentir cuando se produce una llaga, una ampolla, una cortadura o incluso hasta una herida más grave en cualquiera de sus pies. Como resultado de ello, es posible que estas lesiones se infecten o se ulceren, precisamente porque no ha sido detectada ni limpiada a tiempo. Cuando la herida es muy grave puede derivar en una situación muchísimo más seria: la amputación del miembro afectado.

Pero esta pérdida de sensibilidad no es lo único que la diabetes puede causar en las piernas de los pacientes afectados. Por ejemplo, el daño en los distintos vasos sanguíneos puede influir negativamente en que éstas no reciben suficiente sangre y oxígeno, lo que precisamente influye negativamente en la situación anterior: el pie tarda más en curarse cuando se produce una infección, llaga o herida. Son una serie de complicaciones que médicamente se conoce como pie diabético.

Consejos útiles para cuidar el pie diabético cada día

Supervisa tus pies cada día

Aunque es un consejo que deberíamos hacer todos/as diariamente (y nos olvidamos ya que siempre tendemos a lavarlos los pies sin prestar atención a su estado), cuando se tiene diabetes es casi una obligación.

Como te comentábamos, cuando los niveles de glucosa son altos, a largo plazo tiende a causar daños en los nervios y en los vasos sanguíneos. Este daño es mayor en aquellas zonas más alejadas del corazón, como por ejemplo es el caso de las piernas.

Supervisar pie diabético

Como consecuencia de ello, se pierde cierta sensibilidad, de manera que el diabético -o diabética- no se da cuenta cuando se lesiona o se daña alguna parte de sus pies, lo que con el paso del tiempo y sin un tratamiento y limpieza adecuadas puede derivar en problemas más serios.

Por ello, la clave está en supervisar los pies cada día en el momento cuando te los vayas a lavar, prestando atención a zonas menos visibles como por ejemplo alrededor de los dedos y el talón.

Es fundamental estar atentos a problemas como ampollas con líquido o hinchazón, manchas rojizas, cortaduras, llagas, callos o callosidades, así como áreas calientes.

Revisa y corta tus uñas con cuidado

Las uñas grandes y mal cortadas puede causar estragos en zonas próximas del pie, ya que pueden dañar la piel situada alrededor y ocasionar heridas que en una persona con diabetes puede no advertir hasta que es demasiado tarde. De hecho, si este tipo de lesiones y heridas no se limpian y se tratan pueden infectarse fácilmente.

Por tanto, dentro de la rutina de higiene habitual de los pies, es aconsejable revisar las uñas para analizar su estado, y si es necesario, cortarlas con cuidado. Si eres muy mayor o simplemente no puedes hacerlo por ti mismo/a puedes pedir ayuda a un familiar cercano o a tu médico.

Uñas en el pie diabético

Cuando se tiene diabetes es importantísimo evitar problemas comunes de las uñas, como por ejemplo es el caso de las uñas encarnadas (ocurre cuando alguno de los bordes de las uñas crecen enterradas en la piel).

Para evitar que se las uñas se encarnen la clave está en cortarlas siempre en línea recta, con la ayuda de un cortaúñas, y no cortar las esquinas de las uñas para evitar posibles heridas pequeñas de las que no nos percatemos.

Mantén una higiene adecuada

Al igual que es importante supervisar el estado general de nuestros pies, y cortar las uñas cuando sea preciso, es tan fundamental como importante tratar siempre de mantener una higiene de los pies adecuada

Para ello, es aconsejable lavarte siempre los pies con agua tibia y jabón. Además, no es recomendable dejar los pies en remojo, dado que esto resecará la piel (y en caso de diabetes no es muy adecuado).

Cuando termines, sécate bien los pies, especialmente entre los dedos, dado que es una zona que fácilmente tiende a retener mucho la humedad.

Otros consejos útiles que te ayudarán a cuidar tus pies

  • Mantén un adecuado flujo sanguíneo en los pies: Es de vital importancia que el flujo sanguíneo se mantenga, especialmente si tienes diabetes. Por ejemplo, puedes poner los pies en alto siempre que estés sentado, y mover los dedos de los pies durante algunos minutos cada día. Además, es recomendable hacer ejercicio físico con regularidad.
  • Utiliza zapatos y calcetines: No es aconsejable caminar descalzo o con calcetines, incluso aunque estemos en casa. Lo mejor es utilizar siempre calzado cómodo, y hacerlo con calcetines. Además, debes revisar cada día el interior de los zapatos que te vayas a poner para evitar si existen piedritas que pueden causarte daños.

Consejos para cuidar el pie diabético

¿Es posible evitar complicaciones en el pie diabético?

Sí, por supuesto. La clave está en controlar los niveles de azúcar en la sangre, especialmente después de que se haya producido el diagnóstico de diabetes. Y, además, es aconsejable mantener una adecuada y buena higiene de los pies. Para ello, es necesario revisarlos y lavarlos debidamente todos los días. Además, es necesario:

  • Mantener la piel de los pies hidratada y suficientemente humectada.
  • Cortarse las uñas con regularidad. De esta forma evitaremos posibles daños causados por uñas grandes.
  • En caso de limarse callos y callosidades, hacerlo siempre suavemente y con cuidado.

También es aconsejable tratar de proteger los pies tanto del frío como del calor, ya que los cambios bruscos de temperatura tienden a influir de manera negativa.

Por otro lado, es fundamental mantener una adecuada circulación sanguínea. ¿Cómo? Es cien por cien recomendable la práctica de ejercicio físico regular y moderado, cada día, durante al menos 30 minutos. Esto ayuda de forma positiva no solo a la hora de mantener una buena circulación, sino a reducir los niveles de glucosa en sangre.

Este artículo se publica solo con fines informativos. No puede ni debe sustituir la consulta a un Médico. Le aconsejamos consultar a su Médico de confianza.
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C.Pérez

Escribo sobre ciencia, salud y nutrición desde hace 11 años. ¡Ah! Y también papá a tiempo completo con 4 años de experiencia.

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Escribo sobre ciencia, salud y nutrición desde hace 11 años. ¡Ah! Y también papá a tiempo completo con 4 años de experiencia.

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