La diabetes consiste en una enfermedad crónica que se produce o aparece cuando el páncreas no es capaz de sintetizar la cantidad de insulina que nuestro cuerpo necesita, no la utiliza con eficacia o simplemente la elabora con una calidad inferior a la precisa.
¿Y qué es la insulina? Como probablemente sabrás, la insulina consiste en una hormona producida por el páncreas, cuya función principal -entre otras importantes funciones- es la de mantener los valores adecuados de glucosa en la sangre, permitiendo que ésta pueda entrar en nuestro organismo y ser transportada al interior de las células, donde precisamente se transforma en energía para que tanto los tejidos como los músculos funcionen adecuadamente.
Cuando existe diabetes significa que hay un exceso de glucosa en la sangre, lo que médicamente se conoce con el nombre de hiperglucemia. Seguir un adecuado tratamiento médico y unos estilos de vida saludables son fundamentales para controlar la glucosa, ya que aquellos pacientes que no lo hacen la glucosa elevada va dañando poco a poco los tejidos del organismo, y producir graves complicaciones con el tiempo.
La importancia del ejercicio físico cuando tienes diabetes
Precisamente el ejercicio físico se convierte en una de las formas adecuadas y fundamentales de tratamiento de la diabetes mellitus, cumpliendo con varios objetivos: no solo es útil para controlar la glucemia (y por tanto los valores de glucosa o azúcar en la sangre), también es fundamental para evitar la aparición de complicaciones derivadas de un mal control de la glucosa, perder peso en caso de ser necesario y mantener el peso, y disfrutar de una mejor calidad de vida.
No obstante, es fundamental que la actividad física se practique diariamente, ya que aunque momentáneamente el ejercicio físico puede aumentar la sensibilidad a la insulina en casos puntuales, ello no implica que el control de la diabetes se realice de manera automática. Por tanto, la regularidad es imprescindible.
¿Qué hacer si tienes diabetes mellitus tipo 1?
Es también conocida como la diabetes insulinodependiente. En estos casos es necesario mantener una serie determinada de normas básicas, que se deberán tener en cuenta siempre antes de empezar la práctica deportiva:
- Inyectar insulina en grupos musculares que no participen activamente o no se movilicen durante la práctica de la actividad física.
- Administrar una cantidad extra de carbohidratos antes o durante el ejercicio físico. O bien, reducir la dosis de insulina.
- Evitar la práctica deportiva cuando hace mucho calor o mucho frío.
- No se aconseja realizar ejercicio físico en periodos de descontrol metabólico.
Por otro lado, es de vital importancia planificar el ejercicio físico, de forma que lo realizaremos siempre de manera regular y a la misma hora del día, adaptándolo al horario de las comidas y a las horas de acción de la propia insulina. ¿Y cuál es el mejor momento del día para practicarlo? Preferiblemente durante las primeras horas de la mañana.
¿Cuáles son los beneficios del ejercicio físico en caso de diabetes?
Aunque sus beneficios son evidentemente los mismos en una persona con o sin diabetes, en el caso de tener diabetes la práctica regular de ejercicio físico moderado ayuda muchísimo a la hora de controlar los valores de glucosa en la sangre. Por ejemplo, aumenta la utilización de glucosa por el músculo mejorando la sensibilidad a la insulina.
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Además, reduce la incidencia de enfermedades cardiovasculares tan relacionadas con la existencia de una diabetes mal controlada, al ayudar a mantener la tensión arterial y los niveles de colesterol en sus niveles normales, y reduce las necesidades diarias de la insulina.
De hecho, en caso de que por el seguimiento de un estilo de vida poco saludable y una nula práctica de actividad física haya provocado la aparición de la diabetes tipo 2, ahora más que nunca la práctica de ejercicio físico regular es cuanto menos fundamental.
¿Por qué? Fundamentalmente porque la actividad física –sobretodo los ejercicios aeróbicos– ayudan en las personas con diabetes a disminuir el riesgo de problemas cardiovasculares, de manera que se reduce la mortalidad, al reducirse el riesgo de accidentes vasculares o cerebrales, arteriosclerosis e infarto de miocardio.
No debemos olvidarnos tampoco de la importancia del ejercicio físico en el control del peso, lo que unido al seguimiento de una dieta sana y adecuada, ayudan de forma muy positiva a regular los niveles de glucosa en sangre.
¿Sabías que el ejercicio físico también ayuda a prevenir la diabetes?
En el caso de la diabetes tipo 2, se ha demostrado que seguir un estilo de vida poco saludable, basado en el mantenimiento de una dieta poco equilibrada y rica en alimentos con alto contenido en grasas y azúcares, y a su vez unido al sedentarismo (esto es, poca o nula práctica de actividad física) influye de forma decisiva en su aparición.
Por ello es fundamental mantener un peso ideal, de acuerdo a nuestra complexión física y estatura. Para conseguirlo, además de seguir un estilo de vida saludable y mantener una dieta variada y sana, es imprescindible la práctica de ejercicio físico.
Entre otros aspectos, la actividad física aeróbica ayuda a reducir el peso que nos sobra cuando tenemos sobrepeso u obesidad, lo que luego se traduce en una regulación en niveles normales de la glucosa en sangre.
Además, es útil para sentirnos mejor con nosotros mismos, es un buen desestresante y ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares (por ejemplo, disminuye la presión arterial alta, el colesterol LDL y los triglicéridos, a la vez que aumenta las cifras de colesterol bueno).
Bibliografía:
- Merlotti C, Morabito A, Pontiroli AE. Prevention of type 2 diabetes; a systematic review and meta-analysis of different intervention strategies. Diabetes Obes Metab. Aug;16(8):719-27. doi: 10.1111/dom.12270. Disponible en: https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1111/dom.12270
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