Aunque se les conoce popularmente con el nombre de cantores (además de otros nombres populares, como por ejemplo tazón himalayo, tazón cantador o rin gong), lo cierto es que tradicionalmente su nombre más conocido es el de cuenco tibetano. A pesar de que en realidad se desconoce su origen, históricamente han sido fabricados en el Tíbet, China, Bután, Japón y Corea.
Como de buen seguro sabrás, consiste en un artefacto de metal con forma de cuenco, cuyos lados y bordes vibran cuando son frotados y golpeados con un bazo, produciendo una especie de vibración y sonido tan particular como característico.
Esta vibración es, en definitiva, la que aporta sus beneficios y propiedades tan conocidas: ayuda a reducir la ansiedad y aliviar el estrés, mejora la concentración, equilibra los hemisferios cerebrales, mejora la creatividad, alivia los dolores de cabeza, ayuda a equilibrar el sistema endocrino y equilibra y limpia el aura y los chakras de la persona.
Mención especial debemos hacer de su uso a la hora de practicar tanto la meditación como la relajación, ya que al mejorar la concentración de forma fácil y sencilla resulta especialmente útil a la hora de conseguir una meditación muchísimo más profunda. Por ello también resulta útil su uso en la práctica del yoga.
A la hora de poder disfrutar de los distintos beneficios de la musicoterapia, y especialmente del uso de los cuencos tibetanos, es importantísimo saber cómo utilizarlo de manera adecuada.
Para usar el cuenco tibetano en realidad sólo necesitamos situarnos en un lugar relajado y tranquilo. Si practicas relajación o meditación habitualmente, éste puede convertirse en la zona ideal para utilizarlo igualmente.
Sólo tienes que sentarte en una silla o en un sillón en la que te sientas cómodo/a, o bien en suelo en la conocida como posición de la flor de loto. Sitúa el cuenco a la altura de tu pecho, un poco alejado, y trata de frotar el mazo por sus bordes, lentamente formando círculos, sin detenerte.
Si consigues cogerle el truco y hacerlo con paciencia comprobarás como en pocos segundos o minutos empezarás a escuchar una especie de sonido vibratorio.
Si al comienzo te cuesta producir el sonido sólo con frotarlo, hay quienes le dan un ligero toque en el centro del cuenco, para repetidamente comenzar a frotar sus bordes con el mazo. Es otra opción útil, aunque recuerda que no es muy recomendable golpearlo, ya que en ese caso sólo conseguirías estropearlo.
Una vez consigas producir el sonido vibratorio simplemente debes sumergirte en su vibración, respirar tranquila y pausadamente, y concentrarte en él. Si la vibración termina, puedes volver nuevamente a seguir los pasos indicados anteriormente.
¿Para qué sirve el cuenco tibetano y cuáles son sus principales usos?
Los cuencos tibetanos, también conocidos con el nombre decuencos cantores, se convirtieron en una herramienta fundamental por parte de los maestros tibetanos como ayuda para la relajación, la meditación, la armonización y los diferentes bloqueos energéticos.
La leyenda cuenta que un meteorito cayó sobre un poblado, y de esos restos se descubrió una aleación natural de diferentes metales con los que se creó el primer cuenco, que en los momentos iniciales servía como ofrenda sagrada para los budistas.
Poco a poco se dieron cuenta de sus diferentes virtudes y cualidades, sobretodo cuando era golpeado con una vara de madera y ésta se hacía rodar por su borde, generando un sonido que les ayudaba positivamente a la hora de meditar.
En meditaciones y ejercicios de relajación
Sobretodo durante la práctica del yoga, y particularmente cuando se practica meditación y relajación, los cuencos tibetanos se convierten en una herramienta o en un elemento interesante.
Su sonido estable permite relajar y calmar la mente, destensa los músculos y además proporciona una relajación total.
Útil en caso de estrés y ansiedad
El sonido y las vibraciones que producen los cuencos tibetanos al utilizarlo ayuda a conseguir una relajación total, de forma que es especialmente útil para personas que habitualmente viven estresadas y con ansiedad.
De hecho, los sonidos que producen los cuencos tibetanos ayudan a estimular el equilibrio de ambos hemisferios cerebrales, a la vez que estimulan la actividad de las ondas alfa y beta de nuestro cerebro.
Además, mientras que el sonido relaja, la vibración producida por el cuenco tibetano al utilizarlo ayuda a descongestionar la mente.
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