Visitamos un supermercado, nos dirigimos a la zona de cereales (de desayuno, para merendar o para cenar), y nos encontramos con una amplísima diversidad de marcas, muchas de ellas especialmente dirigidas para los más peques de la casa. Pero, ¿sabes qué tienen todas en común? Como ya te comentábamos en el artículo Por qué los cereales de desayuno de tus hijos no son tan sanos como piensas, todos se caracterizan por contener una cantidad horrible y exagerada de azúcar.
El resultado es más que evidente, además de peligroso y alarmante: cada vez que tu hijo/a se come un tazón de estos «cereales de desayuno» está consumiendo a su vez una media de entre 24 a 35 gramos de azúcares; de forma que, cada vez que los consumen, provocan un pico en la hormona insulina, encargada de que la glucosa se convierta en grasa.
¿Y cuál es el resultado final? En los últimos 40 años el número de niños y adolescentes con obesidad infantil se ha multiplicado por 10. Mientras que, en España, se estima que la obesidad infantil se ha incrementado entre un 2% al 8% para las niñas, y entre un 3% al 12% en los niños (El Mundo).
Por tanto, se hace evidente que la mayor parte de la población mundial tiene un grave problema de salud, especialmente cuando no somos conscientes de la grandísima cantidad de azúcar que tienen la mayoría de productos alimenticios que consumimos cada día. En el caso de los alimentos o productos alimentarios infantiles, de hecho, el problema es aún peor (y evidentemente más grave).
Dicho esto, no hay duda que la solución más adecuada es desterrar el pasillo de los cereales de desayuno del supermercado, y hacer una visita por el pasillo donde sí encontrarás cereales mucho más nutritivos, saludables, y adecuados para nuestros hijos. Pero, antes de ello, a continuación podemos resumirte en una única imagen cuáles son aquellos cereales de desayuno que deberías eliminar ahora mismo de tu despensa:
¿Cuáles son los cereales más saludables, ideales para el desayuno de nuestros hijos?
Lo cierto es que no tenemos que buscar mucho para encontrarnos en el supermercado con cereales que sí son adecuados nutricionalmente hablando, y que se convierten de hecho en una opción saludable y recomendable no solo para nuestros hijos, sino también para nosotros mismos.
Los copos de cereales integrales son una opción más adecuada que los típicos cereales de desayuno, ya que es la forma más saludable de procesar los cereales en su versión integral. ¿Y qué significa que un cereal es integral? Básicamente indica que nos encontramos ante un cereal que contiene el grano de cereal completo.
De hecho, podríamos decir que todos los cereales son integrales de manera natural, justo antes del momento en el que se procesan, cuando se muelen y se separa el salvado y el germen, dejando solo el endospermo, convirtiéndose así en un cereal refinado.
A la hora de escogerlos basta con atender bien a la etiqueta que encontramos en la parte trasera o lateral del producto, con toda la información nutricional del mismo. Lo ideal son aquellos cereales integrales con al menos 5 gramos de fibra por cada porción, y con menos de 5 gramos de azúcar.
Eso sí, la clave está en encontrar en la etiqueta un ingrediente del tipo trigo integral o salvado de trigo, recordando siempre que el ingrediente que esté primero es el que más contenido tiene en el producto.
Avena
La avena es un cereal maravilloso, que aporta interesantes propiedades nutritivas, y además se convierte en una opción ideal para nuestros hijos. Por ejemplo, contiene una mayor cantidad de proteínas que otros cereales, pero no posee proteínas de alto valor biológico.
No obstante, aporta hidratos de carbono de absorción lenta, que son ideales para proporcionar energía a nuestros peques poco a poco, sin causar picos de glucosa. Además, es un cereal muy rico en fibra, conteniendo de hecho tanto fibra soluble como insoluble.
Por último, no podemos olvidarnos de su contenido en grasas saludables, en especial grasas del tipo insaturadas, que protege la salud de nuestras arterias y del corazón.
Eso sí, contiene gluten, por lo que su consumo no está aconsejado en niños que tengan intolerancia al gluten y sean celíacos.
Una receta rápida para preparar el desayuno de nuestros hijos es en forma de porridge, el tradicional desayuno inglés, tremendamente nutritivo y muy versátil en cuanto a que nos brinda la posibilidad de añadir una amplia variedad de saludables ingredientes.
Su preparación es muy sencilla: solo tienes que poner el equivalente a una taza o vaso de leche en un cazo al fuego, y añadir 3 cucharadas de copos de avena integrales (es preferible finos, en caso contrario puedes triturarlos un poco con el vaso de la batidora). Cuécelos al fuego, removiendo constantemente, durante 5 minutos, hasta que espese un poco. Luego aparta del fuego y deja que se enfríe. Si lo deseas, puedes acompañar con unos trozos de plátano, uvas pasas… En definitiva, las frutas preferidas de tu peque.
Salvado de trigo
Hoy en día es sumamente sencillo encontrarnos con paquetitos de salvado de trigo en muchos supermercados. Consiste en la parte de la molienda de los granos de trigo, destacando precisamente por ser la cáscara del grano de cereales pulverizados durante el proceso de trituración. Se constituye, por tanto, como la parte más fibrosa del trigo.
También podemos disfrutar del salvado de otros cereales, como por ejemplo es el caso del salvado de avena. No obstante, el salvado de trigo destaca igualmente desde un punto de vista nutritivo por su elevado contenido en fibra insoluble, además de vitaminas del grupo B y hidratos de carbono complejos.
A la hora de tomarlo en el desayuno es muy sencillo, aunque se aconseja primero dejarlo un poco en remojo en agua, para que se ablande y su textura sea más agradable para los más peques. Luego, si lo deseas, puedes añadir 2 o 3 cucharadas de salvado de trigo a la leche o al yogur.
Eso sí, también posee gluten, por lo que no es recomendable en niños con celiaquía o alergias alimentarias relacionadas.
Centeno
El centeno se convierte también en otra opción nutritiva y además muy deliciosa. Se convierte, de hecho, en una de las mejores opciones, junto con otros cereales nutritivos como por ejemplo es el caso de la avena.
Desde un punto de vista nutritivo, el centeno es muy rico en fibra dietética, una mayor cantidad que la que nos aporta el trigo entero. Además, es rico en hidratos de carbono de absorción lenta y grasas saludables, vitaminas del grupo B (destacando sobre todo el ácido fólico) y vitamina A, entre otros.
Para que nuestros peques lo disfruten en su desayuno podemos optar por los copos de centeno, y por los mismos pasos que hemos seguido para elaborar el porridge de avena. De hecho, solo tenemos que sustituir los copos de avena por los de centeno. Eso sí, dado que éstos tienden a ser algo más gruesos, es posible que al momento de cocerlos parezcan estar algo más duros.
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