Tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS), como la propia Asociación Española de Pediatría (Aeped) o la Academia Americana de Pediatría (AAP) recomiendan la lactancia materna durante al menos los primeros seis meses de vida, siendo partidarios a su vez de la leche materna como la mejor opción para la alimentación infantil. Luego, después de la introducción de los alimentos sólidos, se aconseja que la lactancia materna continúa durante el primer año de vida, y si así se desea, más adelante.
Esto es debido a que la leche materna, por sus diferentes propiedades para el recién nacido y sus cualidades nutritivas, posee una concentración elevada tanto de vitaminas como de minerales, además de antioxidantes y inmunoglobulinas naturales que ayudan a proteger al pequeño mientras su sistema inmune y su sistema digestivo aún se encuentra en desarrollo.
Por tanto, mientras que el bebé se encuentre sano y sea alimentado por una mamá saludable no es necesario ninguna suplementación con otro complemento nutricional o vitamínico, salvo en el caso de la vitamina D.
De hecho, aunque existen distintas posturas respecto a si es adecuado recomendar o no la administración de esta vitamina durante la lactancia materna, la AAP recomienda su administración durante los primeros 2 meses de vida (1), y se continúe luego hasta después del primer año de vida si se continúa con la lactancia materna, o bien hasta el momento en el que empiece a beber una cantidad suficiente de leche de fórmula enriquecida con vitamina D.
En este sentido, la Organización Mundial de la Salud es clara: «Los datos actuales indican que los suplementos de vitamina D pueden resultar eficaces a la hora de prevenir el raquitismo, sobre todo en los niños que corren un mayor riesgo de padecerlo debido a su escasa exposición a la luz solar o por ser de tez oscura» (2). No obstante, no recomienda específicamente su administración por hacer falta más estudios.
No obstante, yéndonos un poco más cerca, la propia Asociación Española de Pediatría recomienda suplementar con vitamina D al recién nacido desde los primeros días de vida, y mantenerlo hasta que, una vez producido el destete, «el pequeño ya toma al menos 1 litro diario de leche de fórmula adaptada enriquecida en vitamina D» (3). Igualmente, aquellos lactantes menores de un año que son alimentados con leche de fórmula pero consumen menos de 1 litro diario deben recibir dicho suplemento.
Respecto a la cantidad de vitamina D aconsejada, se recomienda un suplemento de 400 UI/día de vitamina D.
¿Por qué es necesaria la suplementación con vitamina D durante la lactancia materna?
Como manifiesta la propia Asociación Española de Pediatría a través de su Comité de Lactancia Materna, puede parecer extraño que un bebé que se alimenta de leche materna necesite una suplementación de vitaminas (en este caso en concreto, de vitamina D).
La explicación -y su justificación- es bien sencilla. Y es que si bien es cierto que la leche materna es muy completa nutritivamente hablando (y en definitiva es el mejor alimento para el bebé durante al menos los primeros 6 meses de vida), la fuente principal de vitamina D es la exposición solar.
Con los hábitos de vida actuales, es común que hoy en día la mamá no realice tanta actividad al aire libre junto con el pequeño, y si lo hace, lo haga con protectores solares y con ropa. Por lo tanto, no es posible que la el cuerpo de la mamá pueda ser capaz de sintetizar la cantidad suficiente de vitamina D para cubrir con ello las necesidades de su hijo. Y esta dificultad es aún mayor para las personas de piel oscura que han emigrado hacia países del norte.
Por tanto, es absolutamente normal -y de hecho es aconsejable- si tu pediatra te ha prescrito la suplementación de la vitamina D durante la lactancia materna. De esta forma puedes estar tranquila de que tu bebé recibirá la cantidad recomendada de esta vitamina, la cual es fundamental para la prevención del raquitismo.
Se aconseja la administración de 400 UI/día de vitamina D desde los primeros años de vida y su mantenimiento hasta después del destete. Si el niño después del destete no toma 1 litro diario de fórmula enriquecida con esta vitamina, debe recibir también el suplemento con la misma cantidad.
¿Qué es el raquitismo y por qué es tan grave?
El raquitismo es una enfermedad grave que causa el desarrollo de huesos blandos y débiles en los niños, pudiendo producir síntomas tales como sensibilidad y dolor en los huesos, deformidades tanto en huesos como en dientes, y problemas diversos de crecimiento (4).
Se trata de una enfermedad que surge cuando no se recibe la suficiente cantidad de vitamina D, ya que es una vitamina esencial para que los huesos aún en crecimiento sean capaces de absorber minerales tan fundamentales como el calcio o el fósforo. Por este motivo, no solo puede ocurrir por un déficit de vitamina D, sino también de calcio y de fósforo.
- (1) Vitamin D Supplementation for Infants. AAP.. Disponible en: https://www.aap.org/en-us/about-the-aap/aap-press-room/pages/Vitamin-D-Supplementation-for-Infants.aspx
- (2) Administración suplementaria de vitamina D al lactante. OMS.. Disponible en: http://www.who.int/elena/titles/vitamind_infants/es/
- (3) Preguntas Frecuentes sobre la Lactancia Materna. Aeped.. Disponible en: https://www.aeped.es/comite-lactancia-materna/preguntas-frecuentes-sobre-lactancia-materna
- (4) Raquitismo. MedlinePlus.. Disponible en: https://medlineplus.gov/spanish/rickets.html
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