Es habitual asociar colesterol elevado con un problema de jóvenes y adultos. De hecho, más de adultos que de jóvenes. Aunque en los últimos años el colesterol alto se ha convertido también en un serio problema para los más pequeños de la casa, convirtiéndose así en un auténtico motivo de preocupación para médicos, padres y madres y las distintas autoridades sanitarias.
Sin ninguna duda, la infancia viene a ser uno de los mejores momentos para adquirir unos hábitos de vida tanto buenos como saludables, aunque cada vez son más los niños que, en edades muy tempranas, sufren de colesterol alto, de forma que el colesterol infantil se ha convertido en una verdadera “epidemia”.
No obstante, es preciso indicar que tener el colesterol alto en la primera etapa de la vida no viene a ser sinónimo de que siempre se padecerá colesterol elevado, pero es preciso aprender a evitar los diferentes riesgos cardiovasculares de forma temprana, y sobretodo enseñarle a nuestros hijos unos buenos hábitos alimenticios.
El colesterol es una sustancia que el cuerpo necesita para su funcionamiento normal, siendo esencial para la vida, ya que forma parte de la membrana celular, de muchas hormonas que regulan el funcionamiento del organismo, y también de los ácidos biliares que forman parte de la bilis.
Como igualmente se sabe, los niños no padecen infartos, por lo que la preocupación de que éstos tengan el colesterol alto deriva en la posibilidad de que se mantenga elevado cuando sean adultos, de forma que aumente su riesgo cardiovascular.
Al menos de momento, no existen unas pruebas de que los niveles altos de colesterol en la infancia puedan implicar que se vaya a tener el colesterol alto en la edad adulta, ya que el colesterol puede bajarse si se modifica la dieta y los diferentes hábitos alimenticios.
La cuestión en estos casos es tratar de ir modificando poco a poco la dieta en los niños, especialmente en aquellos en los que el colesterol es alto, y se sabe que diariamente comen muchas golosinas, dulces, y alimentos ricos en grasas.
Colesterol en niños: valores normales y altos
En este sentido, no debemos confundir el colesterol en sus niveles normales con los niveles en sí altos, dado que éste es una sustancia que el cuerpo necesita para su funcionamiento normal, siendo precisamente esencial para la vida.
No obstante, cuando estas cifras sobrepasan los niveles normales, es cuando se puede convertir en un problema serio de salud.
Cuando han diagnosticado hipercolesterolemia al pequeño, se debe tratar de investigar y descubrir si la alimentación que le estamos dando es la adecuada para su edad, y si en realidad es tan sana o saludable como en realidad quisiéramos que fuera.
En este punto no debemos confundirnos con la hipercolesterolemia familiar, una elevación del colesterol producida por los genes, y que habitualmente tiende a presentarse más en la etapa adolescente o juvenil.
Niveles de colesterol en niños
Clasificación | Colesterol total | Lipoproteínas de baja densidad (colesterol LDL) |
Aceptable | < 170 mg/dl | < 110 mg/dl |
Límite | 170-199 mg/dl | 110-129 mg/dl |
Alto | > 200 mg/dl | > 130 mg/dl |
Además, se aconseja mantener los siguientes valores de colesterol y triglicéridos:
- Colesterol LDL: Menor a 110 mg/dl.
- Colesterol HDL: Mayor a 45 mg/dl.
- Colesterol total: Menor a 170 mg/dl.
- Triglicéridos: Menor a 75 mg/dl en niños hasta 9 años. Menor de 90 mg/dl en niños de entre 10 a 19 años.
¿Cuándo los niños deben realizarse exámenes de sangre, y particularmente de colesterol?
No existe claridad respecto a desde qué edad es aconsejable que los niños empiecen a realizarse análisis sanguíneos de rutina. Hay pediatras que lo aconsejan antes, y quienes lo recomiendan mucho tiempo más tarde. Además, todo depende de si pueda existir algún trastorno o afección que aconseje su realización.
Sea como fuere, muchos especialistas aconsejan realizar el primer análisis de sangre para saber los niveles de colesterol sanguíneo entre los 9 a los 11 años de edad. Si los valores son normales, se recomienda volver a realizarlo entre los 16 a los 17 años.
Pero si en la familia existen antecedentes de colesterol, especialmente del conocido como colesterol genético, se aconseja realizar el primer análisis de colesterol en sangre entre los 2 y los 8 años, y el segundo a los 12 años independientemente del resultado de la prueba.
Además, existen determinados indicadores que pueden alertar al pediatra de que el niño puede tener elevado el colesterol en sangre:
- Si el niño padece hipertensión arterial o diabetes.
- Si el niño tiene sobrepeso u obesidad.
- Si los padres o algún familiar cercano tiene el colesterol total por encima de 240 mg/dl.
- Si existen antecedentes familiares de enfermedades y patologías cardiovasculares.
Cómo prevenir el colesterol elevado en niños y útiles para disminuirlo
Existen algunos consejos sencillos y muy fáciles de seguir que pueden ayudar a la hora de prevenir que los niños tengan elevados sus niveles de colesterol en la sangre. Además, lo cierto es que son trucos ideales también para bajarlo:
- Son fundamentales las verduras y frutas: Cada día se aconseja que el pequeño coma al menos entre 100 a 150 gramos de verduras y hortalizas frescas, y al menos 1 pieza de fruta.
- Se recomiendan los alimentos ricos en fibra: En lugar de alimentos con harinas refinadas. Son ideales los cereales integrales, tratando de sustituir los típicos cereales de desayuno (ricos en azúcares) por opciones más saludables como la avena.
- Elimina las grasas trans y saturadas de su alimentación: Es de vital importancia que los niños no coman alimentos ricos en grasas saturadas o grasas trans. Para ello es fundamental que leas siempre las etiquetas de todos los alimentos que compras. ¿Y cómo encontrarlas en el etiquetado? En la lista de ingredientes encontrarás si el producto contiene «grasas hidrogenadas o parcialmente hidrogenadas». No obstante, básicamente las encontrarás en productos como la bollería industrial, la comida rápida, aperitivos y snacks salados, productos precocinados y palomitas.
- Reduce, limita o elimina las bebidas y alimentos ricos en azúcares: En particular los refrescos y los zumos de fruta envasados (son mejores los recién elaborados en casa, a ser posible de extracción lenta).
Por otro lado, también es aconsejable que el pequeño practique ejercicio físico, ya sea en el colegio o en actividades extraescolares, y que sobre todo evitemos que pase mucho rato sentado delante de la televisión o del ordenador.
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