Aunque un virus estomacal puede contraerse en cualquier momento del año, es cierto que los casos aumentan de forma alarmante durante el verano, meses durante los que es habitual que el calor repercuta negativamente sobre la calidad de determinados alimentos.
Como de buen seguro sabrás, el calor se convierte de hecho en uno de los mayores enemigos para el buen estado de los alimentos, ya que éste es bastante peligroso a la hora de descomponerlos.
No obstante, aunque muchas personas lo llaman como virus de estómago, no es el mismo virus que causa la gripe. Habitualmente a esta afección se la conoce con el nombre de gastroenteritis, y efectivamente es ocasionada por un virus.
Causas del virus estomacal
La causa es evidente: un virus (norovirus, rotavirus, astrovirus o adenovirus entérico) afecta a una persona o a un grupo de personas que hayan ingerido el mismo alimento, o hayan tomado la misma agua contaminada.
Síntomas del virus de estómago
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Dolor de abdomen.
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Náuseas.
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Diarrea.
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Vómitos.
También pueden aparecer los siguientes síntomas:
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Fiebre.
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Escalofríos y sensación de piel fría o húmeda.
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Dolor muscular o rigidez.
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Pérdida de peso.
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Pocas ganas de comer.
¿Cuándo aparecen los síntomas?
Los síntomas aparecen uno o dos días después de la exposición al virus estomacal (o bien entre las 4 a 48 horas después), y pueden durar hasta 10 días.
Tratamiento del virus estomacal
Uno de los principales objetivos del tratamiento es prevenir la deshidratación a causa de la diarrea o los vómitos, de forma que los diferentes líquidos, sales y minerales que se han perdido deben ser repuestos tomando líquidos en abundancia (agua sobretodo, o bien el médico puede prescribir el consumo de suero).
También se pueden tomar cantidades pequeñas de alimentos: cereales, pan, patatas, carnes magras, verduras, frutas (plátanos y manzanas frescas) y yogur natural.
Imagen | celinecelines
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