Como ya te hemos comentado en bastantes ocasiones, sin ninguna duda, la leche materna se convierte en el mejor de los alimentos que podría consumir y tomar un bebé en sus primeros meses de vida, desde el primer momento en que nace.
Y es que, como de buen seguro sabrás, son muchos los beneficios y cualidades que le aporta: defensas naturales gracias a su riqueza en inmunoglobulinas, es muy digestiva, es muy rica en nutrientes esenciales fundamentales para el crecimiento y desarrollo del recién nacido…
Y, efectivamente, también aporta interesantes beneficios para la madre: mejora la anemia a la vez que aumenta las reservas de hierro, ayuda en la pérdida de peso, optimiza el metabolismo del calcio, disminuye el riesgo de cáncer y crea un vínculo íntimo sumamente especial entre la mamá y el bebé.
De hecho, como defiende y recomienda la propia Organización Mundial de la Salud, la leche materna debe convertirse en el alimento exclusivo del bebé hasta los 6 meses de edad, siempre y cuando las posibilidades de la mamá así lo permitan.
No obstante, una vez finaliza el periodo de baja tras el embarazo y finalmente después del parto y del periodo de lactancia, llega el momento en el que la mamá debe hacer frente a la vuelta al trabajo. Es en estos momentos cuando surgen dudas relacionadas con la lactancia materna, no solo sobre qué hacer y cómo hacerlo, sino de qué manera seguir con la leche materna.
Es un momento sin duda alguna complicado para muchas madres, que se plantean la posibilidad de abandonar la lactancia materna y pasar al biberón con leche en polvo artificial.
Aunque es una decisión que debe tomar cada cual de forma consecuente con sus propias posibilidades, lo cierto es que existe la oportunidad de seguir con la lactancia materna a pesar de que debas ausentarte fuera de casa. Una opción sencilla es extraerte tú misma la leche materna y conservarla en varios biberones, para que la persona que se quede con el bebé lo continúe alimentando a demanda.
Es en este momento cuando surgen igualmente dudas relacionadas, tales como: ¿dónde debo dejar la leche materna, y durante cuánto tiempo se conserva perfectamente y sin problemas?.
La conservación de la leche materna: cómo y durante cuánto tiempo
Conservar la leche materna en la nevera brinda a las madres la oportunidad de que el bebé continúe tomando leche materna mientras ella trabaja o se encuentra ausente por cualquier otra causa.
La leche materna debe extraerse con ayuda de un sacaleches y llenar con ella los biberones que vayas a necesitar para las tomas del bebé mientras no estés en casa para poder amamantarlo.
Ten en cuenta las siguientes cuestiones básicas:
- La leche materna a temperatura ambiente se conserva durante unas 3 o 4 horas.
- En el frigorífico se conserva unas 8 horas.
- La leche materna también puede conservarse congelada. En estos casos no se recomienda volverla a congelar una vez haya sido descongelada.
También se pueden utilizar los recipientes caseros o bolsas de plástico que podemos conseguir en el supermercado y que son adecuados para este fin. A la hora de dar la toma al bebé pasamos la leche de estos recipientes al biberón, y lo calentaremos al baño María.
A pesar de las recomendaciones indicadas básicas, desde Alba Lactancia Materna nos informan de distintos consejos a tener en cuenta dependiendo del método de conservación escogido. Así, por ejemplo:
- Leche materna recién exprimida en un recipiente cerrado: a temperatura ambiente (25ºC o menos) se conserva de 6 a 8 horas. En el refrigerador entre 3 a 5 días. En el congelador 2 semanas.
- Leche materna previamente congelada, o descongelada en el refrigerador pero no usada ni calentada: a temperatura ambiente 4 horas o menos (solo hasta la próxima toma). En el refrigerador 24 horas. No se recomienda volver a congelar.
- Leche materna descongelada fuera del refrigerador en agua caliente: a temperatura ambiente solo hasta el momento en el que termine la toma. En el refrigerador 4 horas o hasta la próxima toma. No se recomienda volver a congelar.
- Leche materna que sobra de la toma: a temperatura ambiente únicamente hasta que la toma termine (luego desechar). No se aconseja refrigerar ni congelar.
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