Se estima que una de cada 500 personas sufren de enfermedad inflamatoria intestinal (EII), el grupo de enfermedades que entre otras afecciones incluye la colitis ulcerosa y el síndrome de Crohn (también conocido médicamente con el nombre de enfermedad de Crohn). Alrededor de 550.000 personas sufren de alguna enfermedad inflamatoria intestinal en Estados Unidos, mientras que se cree que hay 3 o 4 casos nuevos por cada 100.000 personas cada año.
Como vemos, se trata de una enfermedad que cada vez afecta a un mayor número de personas, y que si bien es cierto que no es considerada como una afección que amenace la vida (se atribuyen menos de 1.000 muertes a la enfermedad inflamatoria intestinal cada año), sí se trata de una afección que afecta a la calidad de vida de quien la padece.
¿Qué es la enfermedad de Crohn?
Nos encontramos ante una enfermedad que causa hinchazón o inflamación e irritación en cualquier parte del tracto gastrointestinal (o tubo digestivo), es decir desde la boca hasta el ano.
Pero en la mayoría de las ocasiones afecta sobre todo al íleon, que se trata de la última porción del intestino delgado. De hecho, la colitis ulcerosa o ulcerativa tiende a afectar especialmente al intestino grueso (que incluye el colon y el recto).
La inflamación de larga duración o crónica que origina esta enfermedad da lugar a que se forme tejido cicatricial en el revestimiento del intestino, de forma que cuando este tejido se acumula el conducto puede llegar a estrecharse, haciendo que las heces o los alimentos que ingerimos pasen más despacio por el tubo digestivo, pudiendo ocasionar síntomas característicos como cólicos, dolor y diarrea.
Se trata de una enfermedad crónica que alterna periodos de brote con otros de inactividad, aunque los síntomas que surgen y aparecen en cada momento en realidad dependen de cada persona, de manera que existen personas que tienen largos periodos sin síntomas y sin tratamiento, y otros que presentan síntomas graves con agudizaciones bastante frecuentes.
Causas de la enfermedad de Crohn
Hasta el momento ninguna investigación llegada a cabo ha ayudado a conocer de forma certera cuáles son las causas reales que ocasionan la aparición de la enfermedad de Crohn. Sí se ha identificado una importante influencia genética, de manera que alrededor de un 20% de las personas con esta enfermedad tienen familiares afectados por este trastorno.
Por tanto, los especialistas establecen una causa meridianamente clara: tener un familiar que padece la enfermedad es uno de los factores de riesgo más importantes para desarrollar una enfermedad inflamatoria intestinal.
Por otro lado, se sabe también que las personas afectadas poseen un sistema inmunitario que tiende a reaccionar de manera exagerada ante bacterias o virus que llegan al intestino, ocasionando una reacción inflamatoria de las paredes intestinales.
También existen otros factores que influirían en la aparición de esta enfermedad: el consumo habitual de tabaco y el estrés diario.
¿Cuáles son sus síntomas?
Lo cierto es que los síntomas de la enfermedad de Crohn pueden variar de una persona a otra. No obstante, sí existen unos síntomas comunes tales como:
- Dolor abdominal: que tiende a situarse en la parte inferior derecha del abdomen. Empeora tras las comidas y mejora al ir al baño.
- Diarrea: no suele acompañarse de sangre. Es común realizar entre 4 a 8 deposiciones por día.
- Hemorragia: que se observa al ir al baño o en la ropa interior.
- Pérdida de peso: sobre todo involuntaria, debido a la diarrea o a la falta de apetito.
- Vómitos: no son tan comunes pero igualmente pueden darse.
Como vemos, nos encontramos ante síntomas comunes que pueden aparecer o no de una persona a otra, al igual que algunos pacientes pueden tener síntomas más graves o fuertes en comparación con otros.
También debemos tener en cuenta que existen otros órganos que se ven afectados por esta enfermedad. Puede surgir artritis de grandes o pequeñas articulaciones de brazos y piernas, que empeoran cuando los brotes aparecen. Igualmente surgen alteraciones en la piel, las mucosas y los ojos.
Por otro lado, es común que la persona con enfermedad de Crohn tenga una mayor predisposición a desarrollar piedras en el riñón debido especialmente a la deshidratación –leve y continua- que se produce como consecuencia de la diarrea.
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